Geheimnis #1 COMPLETA

CAPITULO 54

El miedo es un arma de doble filo, solo hay que saber como y cuando utilizarla.

De inmediato algunos comienzan a avanzar hacia a mi sin dejar de apuntarme. Mi mente calcúla y maquina miles de ideas, miles de escenarios, miles de posibilidades. Todas diferentes, y la mayoría con un terrible final, pero lo aceptaré, por eso el plan principal es atacar a Hans frente a mi, sin importaar cuantos hombres restantes me asesinen, él no lo hará.

Estoy a punto de atacar al que me intenta llegar por detrás cuando escucho una explosión del otro lado del parque que desvía la atención de muchos, no me molesto en darle más vueltas a lo que está pasando y alzo mis brazos a mi alrededor disparándole a los primeros dos hombres, giro en mi lugar matando a otros dos y salto hacia al suelo para dar una maroma, esquivando las balas que me lanzan, estiro mi pierna y desvío una pistola, enredo mis piernas con la de este hombre y de una llave lo hago caer hacia mi, me cuelo entre sus piernas y lo uso de escudo. Las balas lo matan a él dejándome intacta.

Aviento su cuerpo a un lado, donde un hombre viene a por mi y corro en la lluvia dejándome caer de rodillas, patino por el lodo y tiro mi torso atrás dejando que los dos que me apuntaban se maten entre si. Robo sus armas y disparo a otros dos hombres que me apuntaban, pero uno me ha atinado en la oreja, siendo una cortada superficial pero me descoloca cuando dejo de escuchar lo que sucede a mi alrededor, siendo remplazado por un pitido.

Mi espalda se estampa contra una rodilla cuando me jalan del cabello, el dolor me hace gemir y perder el aire, dándole ventaja para cuando me levanta y me aprieta el cuello cortándome la respiración, otro hombre aprovecha mi voulnerabilidad y comienza a golpearme el estómago llevándose el aire restante de mis pulmones.

Matalos.

Acábalos.

Gana.

Mata.

Mata.

Mata.

Abro mi boca y muerdo el brazo que me rodea el cuello, aprovecho su agarre y salto enredando mis piernas en el cuello del otro hombre y con el impulso perfecto nos hago rodar hasta zafarme. Lo primero que hago es degollar a un hombre con una navaja de mi seno, corro hacia otro hombre impulsándome y me giro en el aire tomándole la cabeza y llevándomelo conmigo en la caida que le rompe el cuello. Con su pistola matoa dos hombres más terminando con los últomos que quedaban aquí.

Ojitos y Hans no están por ningún lado.

Corro en búsqueda de ellos pero un tubo se atraviesa en mi camino mandándome a volar. Caigo de cara al suelo que raspa mi mentón y desenfoca mi mirada. Me toman de los pies jalándome y el escuchar algo pesado y de metal ser levantado me aterra con la idea de ser partida a la mitad, me apollo en mis manos y pateo hasta zafarme, me doy un giro esquivando la pala que me atacó a arrancarme la cabeza.

Maldito hijo de puta.

De un brinco me recompongo y me toca retroceder a saltos los valances de su pala contra mi, tira a mi estómago y no logro esquivar, el crujir de mi costilla me horroriza y mi pieel pica con la llegada de un ataque de pánico. La pala impacta mi rostro tirándome un diente y mandando mi cabeza a la estatua a mi lado, pierdo control de mi misma con el pánico que me arrebata las fuerzas y deja que mi cuerpo tiemble.

REACCIONA.

DESPIERTA.

TOMA EL CONTROL.

El cansancio me tiene mal, no se si voy a...

Otro golpe en mi rostro me manda a no ver nada, el dolor se difumina por segundos en los que me quedo foltando en un limbo que me brinda tranquilidad y paz, hasta que siento un dolor despertarme cuando me rompen dos dedos de mi mano, desgarro mi garganta en un grito aterrador y abro los ojos a más no poder sintiéndolo todo.