CAPITULO 49

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~ Desconocido ~

Salto del edificio cayendo al pasto mientras escucho como explota la granada en el techo del salón. Cubro mi cabeza haciéndome un ovillo en el suelo cuando pedazos de la construcción, e inclusive, de personas vuelan por los aires creando un aire masivo de destrucción. Dos helicópteros llegan por donde vinieron Adler y Tobías con metralleta disparando a lo loco. Con eso noto la ausencia de esos mismos.

Reviso mi celular viendo a donde se dirige el rastreador de esa maldita perra.

¿ya tan rápido te vas? ¿No que querías jugar hija de puta.?

Salgo por los lados del edificio avanzando hacia mi auto. Desvío mi mirada un segundo al otro lado de la calle donde hay una persona viéndome mientras pasa su cuchillo por su cuello en forma de amenaza. Trago duro viendo como desaparece de un segundo a otro.

Su maldita sombra.

Robo un auto sin pensarmela y salgo de esta guerra provocada, pero en la que los importantes ya no pelean. Acelero sintiendo enojo y más enojo cubrir mi cuerpo como una capa tan gruesa que solo me mantiene consiente para pensar en eso. Que la mataré, y lo disfrutaré demasiado. Le coseré la boca y la apuñalaré cien veces hasta que su rostro quede en nada.

Con el rastreador como guía acelero mi paso acercándome a donde su auto se maneja, y se detiene. Se detiene en aquel lugar. Ese lugar donde la secuestré y la torturé por días antes de aventarla al pozo. Ese lugar donde satisfací mi necesidad de escucharla delirar, de verla voulnerable y dolida.

Aunque la muy hija de puta no me haya demostrado cuan mierda se sentía y se aprovechaba de mi inexistente pasciencia para carcajearse en mi cara.

Estaciono el auto en las afueras de la calle antes de bajarme impacientemente y salir corriendo hacia donde ella baja de su auto y corre, con su vestido negro ayudándola a perderse en la noche pero su melena dorada brillando por la poca luz de este lugar.

Empuño mi arma en mis manos y ni siquiera intento dispararle de lejos, para cuando parpadeo ella ya se a pasado detrás del muro. La alcanzo y antes de adentrarme a este lugar que hoy se encuentra en pobres circunstancias, le mando mi ubicación a mi ayudante dándole a entender a la perfección lo que debe hacer ahora.

Me meto al lugar escuchando el eco de su risa y de sus pisadas por todo el pasillo. Veo su sombra entrar específicamente al lugar donde la tuve colgada por días. Mi corazón se acelera al tenerla tan cerca, tan a mi merced nuevamente. Como la he tenido toda mi vida.

Verifico el lugar adentrándome al cuarto de tortura, que para mi miseria, ahora es un cuarto de espejos. Me golpeo la cabeza tres veces con la pistola intentando calmar mis ganas de aniquilarla.

-Te dije que no debías jugar Conejita.-le grito atrapando el eco.-Ahora tus amiguitas pagaran tus jueguitos.-Ríe causándome desesperación. ¿Es que no entiende la gravedad del asunto?.-¡No estoy jugando!-grito mientras veo su reflejo a mi alrededor al llegar al centro del laberinto.

Una llamada entra al teléfono con el que solo me comunico con ella. Y es ella la que me llama, Lo cual es imposible y tira de mis nervios. Hay algo más joder, ¿qué no estoy viendo?.

Respondo con brusquedad.

- Déjate de juegos. - demando.

- ¿Ya no es divertido? - pregunta como niña pequeña. - Para mi si lo es.

La luz se apaga y escucho su risa a mi alrededor y en la llamada. Un eco en la que su irritante risita me llega por todos lados haciéndome imposible descubrir donde está. Un foco rojo se prende justo encima de mi, dejándome ver su sombra pasando a mi lado.

Geheimnis #1 COMPLETAWhere stories live. Discover now