Un ultimo baile.

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Empacó solo un par de cosas en la maleta mientras sentía un dolor sordo en el pecho. Inhaló profundo, repitiendo varias veces en su mente que eso era lo mejor para ambos y si lo era entonces ¿Por qué dolía tanto?

Dejo el cuarto y camino a la salida, pero primero tenía que despedirse aún que no creía que eso contara, se seguirían viendo prácticamente todos los días. Simplemente solo tratarían de mantener su relación a una platónica amistad, era ridículo de pensar pero la alternativa de no volver a verse era aún más devastadora y esto no sería definitivo. Se volverían a encontrar más tarde, cuando ambos fueran libres y lo intentarían de nueva cuenta por el momento cada quien seguiría su camino, buscarían el amor en otras personas, en aquellas que tuvieran permitido amar.

Se talló la cara con frustración, era imposible para el siquiera imaginarse que llegaría a querer a alguien tan solo la mitad de lo que quería al rizado e imaginarlo a el queriendo a alguien más, de la forma que ahora lo hacía con el lo hería de tantas formas que alejaba a toda costa la idea de su mente.

Pero ahí estaba en la cocina del que hasta ese momento era su hogar, mirando la espalda de Harry, estaba con las manos apoyadas contra la encimera y por la manera que sus hombros se sacudían, podía darse cuenta que lloraba. El primer instinto de Louis fue correr y abrazarlo, asegurarle que todo estaba bien y que encontrarían la solución a todo sin embargo eso no haría ningún bien al momento de partir solo lo haría más difícil, sus ojos picaron y tuvo que contener las lágrimas de impotencia que amenazaban con descender por sus mejillas.

Estaban pasando por una racha muy mala, después de incontables días de fotos planeadas, artículos engañosos, interacciones no permitidas, días enteros de mal humor y estres dónde casi no hablaban solo se sentaban uno al lado del otro e innumerables noches sin dormir, abrazados el uno al otro como si la vida se les fuera en ello. Sin peleas, sin gritos amándose con cada latido de sus corazones habían decidido que lo más sano sería separarse, no estaban para nada seguros de la decisión pero no se les ocurría nada más.

"Ya me voy" declaró Louis después de aclararse la garganta para ahuyentar las lágrimas que cortaban su voz, observó como el rizado se limpiaba la humedad de las mejillas con el dorso de su mano antes de voltear.

"Yo, pensaba" habló el menor, con los ojos enrojecidos por el llanto " si tal vez querías tomar un té antes de irte"

"Podría" quería explicar las razones por las que sería una mala idea pero la esperanza en los ojos del otro chico lo hizo aceptar "podría ser buena idea gracias"

Dejo la maleta sobre el piso, el ruido que hizo al colocarla llamo la atención del ojiverde, dejándolo paralizado por un momento. Trato de recuperarse rápidamente y saco todo lo necesario para preparar la bebida, mas el temblor de sus manos era evidente.

Sin saber que hacer, Louis tomo asiento en un banco, observando cada rincón de la cocina y con cada lugar donde se posaba su mirada caía sobre el una avalancha de recuerdos, las veces que habían echo el amor sobre aquellas superficies, aquella ocasión cuando Harry intentaba enseñarlo a cocinar, el día en que decidió cocinar hot cakes para el rizado y termino con un montón de panecitos a medio quemar y el ojiverde agradeciéndole el gesto con una radiante sonrisa a pesar de lo feos que eran. Pero un recuerdo fue el que más le calo, en cuanto apareció se hundió en su corazón, como una cuchilla de acero caliente.

Ellos bailando en esa misma cocina, el día que se mudaron ahí, contentos de tener una espacio para ellos solos para hacerlo su hogar. Y las tantas oportunidades en las que lo habían repetido, estando felices, emocionados, en medio de una cena romántica o solamente por el placer de sentir el cuerpo del otro junto al suyo después de tantas horas sin poder estar cerca en público .

La historia que escribimosWhere stories live. Discover now