55. el disgusto de Draco

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Mattheo jadeo cuando Amelie lo apego a la pared de su propia habitación. Lo beso con ganas mientras paseaba sus manos por su pecho. Estaba tan ansiosa por sentirlo que lo atacó desde ya comenzando a quitarle el saco.

Mattheo lo estaba gozando agitado mientras los besos húmedos en su mejilla lo estremecían por completo. Su cabeza cayó a la pared dejando que le quitarán la camisa también rompiendo unos cuantos botones. Cuando se ponía así de atrevida juraba que quería metérsela con más ganas.

La volvió a mirar con ganas de no perderse ni un solo detalle y rápidamente desabrochó su pantalón sin quitarle la mirada. Amelie subió por su cuerpo para verlo y también deslizó el cierre de su vestido para bajarlo.

—¡Oh, joder! ¡Mujer bendita!— gruñó acercándola a él de la cintura y contorneando su figura antes de darle vuelta y correr su cabello mostrándole la cama. Estaba llena de pétalos de rosas, se sentía el perfume a rosas por la habitación y como habían velas apagadas que le daban un toque más romántico mientras la luz plateada de la luna se colaba por la ventana.— quiero darte una noche inolvidable...

—y yo a ti también.— se volteo pegandolo nuevamente a la pared y bajo ayudándolo con su ropa interior. Mattheo acaricio su rostro queriendo llenarle los pechos de sus fluidos y también su boca.— te encantará.

—lo sé, claro que lo sé.— Amelie se inclino a besar su glande sin despegar su mirada. Lo recibió gustosa antes de escupir y ayudarse con sus manos. Jugaba con el movimiento de su rostro coqueto con un vaiven y mirada seductora. Empezó a chupar con necesidad, como si su vida dependiera de ello. Se concentro en su pene hinchado dentro de su boca y saboreo encantada.

Le encantaba chupársela a su ahora prometido.

—¡Ah... Aah!— dejo escapar todo el aire de sus pulmones y agarró su cabeza únicamente para poder tocarla mientras ella seguía. Cuando comenzó a succionar sus piernas temblaron, es que los movimientos con su lengua formaban figuras que parecían tocar los lugares preciosos para hacerlo estremecerse.

—Amelie... Amor. ¡Mmm!— gruñó meciendo sus caderas. Era una lengua fantástica que lo invitaba a meterse más a su boca. Amaba el que al salir unos centímetros sintiera frío y al meterse en su boca sientiera su calor.

—uff...— se separó cerca de correrse, Amelie lo motivo sacando la lengua y subiendo una mano a acariciar sus testículos hasta que recibió todas las descargas en su lengua. Ya al terminar enhto la lengua para aprovechar de tragar todo siendo ayudada a levantarse para volver a quedar de frente.

—sabes muy bien...— él volvió a unir sus labios metiendo su lengua para entrelazarla con la de ella y se agregaron a la cama.

—compre esto... Para que tomemos los dos.

—¿Qué es?— cuestionó al ver cómo tomaba en sus manos una pequeña botellita con un líquido transparente y pequeñas gotas rojas que no se mezclaban.

—un afrodisíaco. Me advirtieron que era muy fuerte.— quitó la tapa con los dientes y lo lanzó al piso.

—¿Me darás?— Mattheo agarró su mandíbula inclinandola para dejar caer un chorro y bebió también esperando tan solo unos segundos antes de sentir una energía recorrerles el cuerpo dejando al paso una temperatura delirante.

Sus reacciones fueron evidentes. Amelie cruzó las piernas mordiendo su labio con un quejido y Mattheo la empujó a la cama. No demoro en tomar uno de sus pies para empezar a besar subiendo cada vez más hasta que llegó a su muslo interno. Su aroma era una confirmación de que iba a saber deliciosa.

—Mattheo... Por favor.— suplico inquieta. Sus bragas comenzaron a deslizarse por sus piernas.— ¡Agh, por favor!

—shh... Tranquila.— volvió a acomodarse y tomó sus muslos para acercarla a él y bajar a devorarla. Lamió a lo largo recogiendo sus fluidos mientras intentaba verla. Era toda una poseía su expresión y como su cuerpo reaccionaba. Tocó el portaligas de sus muslos y se levantó sonriéndole mientras acariciaba sus muslos.— te ves tan sensual...

𝐌𝐢𝐚 𝐎 𝐃𝐞 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞- 𝐌𝐚𝐭𝐭𝐡𝐞𝐨 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 [+18] «En Edición»On viuen les histories. Descobreix ara