𝐌𝐢𝐚 𝐎 𝐃𝐞 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞- 𝐌𝐚𝐭𝐭𝐡𝐞𝐨 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 [+18] «En Edición»

45. explicaciones.

Cuando Mattheo apareció con el rostro rojo de la furia, Adrian soltó su cintura. Comenzó a golpearlo, por los celos acumulados y una forma de desquitarse también de la rabia. Adrian se intentaba defender lanzando uno que otro golpe y pellizcando su cara.

—¡Mattheo! ¡Mattheo, ya déjalo! Mattheo por favor, déjalo.— suplico desesperada. Cuando vio sangre rápidamente fue hasta Mattheo para tomar su hombro. No pudo decirle nada más cuando un codazo del mismo le llegó al rostro. Se cayó al suelo, algo aturdida por la fuerza.

—¡Amelie!— jadeo Adrian. Mattheo abrió los ojos, dejando de golpearlo para darse la vuelta. Jamás fue su intención, ni siquiera notó cuando ella se puso tras él.

—amor...

—¡Carajo!— sollozo agarrando su nariz molesta. Mattheo se levantó, queriendo acercarse.— eres un idiota.

En realidad lloraba más por la ruptura, pero él no lo sabría.

—amor, lo siento tanto. ¿Estás bien? Vamos a enfermería.

—no me llames así, que no soy nada tuyo.— se levantó con cuidado, algo mareada. Mattheo la tomó de la cintura para ayudarla, pero ella de un empujón lo aparto.— ¡No te me acerques!

—cariño...

—¡¿Eres idiota?!— Adrian se levantó, también con sangre en la cara. Tomó varias toallas de papel para llevarse las y presionarlas en su nariz.— ¡La acabas de golpear! ¡Le rompiste la nariz!

—¡No fue con intención, pedazo de imbécil!

—¿Si? Pues intenta explicarle eso a Snape.— tomó la cintura de Amelie, para comenzar a guiarla fuera de ahí.

Mattheo bufó, sintiéndose aún peor. ¡Él jamás se atrevería a tocarle un solo pelo a su novia! Jamás, jamás golpearía a una mujer, menos a Amelie. La amaba, y no sería capaz de lastimarla... Pero lo hizo.

Lavo sus manos y dudo cuál sería su siguiente movimiento, sin embargo se decidió en enfrentar todo e ir a ver cómo seguía Amelie. Al llegar vio a Draco, más el grupo y unas camillas más allá estaba Adrian con la nariz inflamada aún.

—¡¿Tú la golpeaste?!— Pansy lo miro exaltada y camino hasta él con impotencia. Mattheo la ignoro, hasta que ella jalo su mano.

—no sería capaz de tocarle un puto pelo a esa chica. Ella estaba detrás, y todo fue un mal accidente.— siguió hasta que llegó frente a ella. Amelie se había limitado únicamente a mirarlo, sorprendida de su presencia.— ¿Nos dejan un momento a solas?

—¿Es en serio? Han pasado treinta minutos y recién te dignas a venir.— Mattheo le iba a decir algo, pero Amelie se le adelantó.

—los dos, cállense. No quiero oírlos ahora.— gruñó recostandose con cuidado, aún delicada.

—exacto. Lo único que necesita está chica es descansar.— Madame Poppy llegó hasta el grupo. Todos le dieron la razón, y comenzaron a despejar el lugar, menos él; Mattheo seguía de pie sin poder dejar de ver a Amelie. Su alma había estado colgando de un hilo.— he dicho que lo mejor es que dejemos descansar a Amelie, Mattheo.

—solo... Solo cinco minutos, por favor. Le juro que me iré de inmediato.— Madame Poppy estaba estupefacta ante la súplica tan nostálgica de alguien como Mattheo. Asintió y lo dejo yendo hacia otro lado.

—Amelie...— llegó hasta ella, ganándose su atención.— perdóname, en serio lo siento mucho. Juro que no te ví preciosa, de ser así-

—esta bien.— lo hizo dejar de hablar tan solo con el tono seco y cortante que utilizo.— puedes irte ya. No estoy cómoda con tu presencia. Solo vete.— sin más, sin nisiquiera mirarlo se volteo dándole la espalda.