28. tendrá su merecido.

8.9K 424 127
                                    

TW:Abuso sexual.

La cena no transcurrió con tranquilidad para Amelie. Lucius en cambio, estaba con una sonrisa de oreja a oreja al saber que su propia hija era la mismísima prometida del hijo de Lord Voldemort. Mattheo estaba inquieto, quería estar a su lado nuevamente para decirle que todo estaría bien, que no tenía de que preocuparse a su lado, que la quería mucho.

—creo que lo más coherente es que estén casados lo antes posibles, osea que pase lo que ustedes saben al terminar el año escolar.— todos rieron cómplices. Voldemort volvió a mirar a Amelie.— eres perfecta para Mattheo. Sangre pura, inteligente, próxima mortifaga... Se que los Malfoy están muy felices.

—lo estamos, como familia estamos muy emocionados.— agrego Lucius.

—¿Y tú Mattheo? ¿Cómo te sientes?— cuestionó Voldemort a su hijo.

—estoy muy feliz. Amelie es una chica sublime e ideal, lo que siempre he querido.— sonrió sabiendo que sus palabras eran lo único que no incluían mentiras.

Sin embargo se sentía mal, ya que esto era todo lo que Amelie quería evitar.

—¡Entonces que siga la celebración!— elevó su copa y todos lo imitaron. Amelie bebió de su copa aún con lágrimas cayendo por sus mejillas rojas.

Sentía la cena eterna, y a pesar de no haber probado bocado se sentía llena y aburrida. Lucius era el único feliz de los Malfoy.

Esta era la peor cena de su vida. Quería irse.

—¿Y cómo se conocieron, hija? Te lo tenías bien guardado.— bromeó. Ella estaba odiando el aire se superioridad con el que comenzó a hablar desde que se enteró.

—ella a principio de año era prefecta, así que me guió a la habitación...— Mattheo hablo por ella. Todos notaron que ninguno queria hablar. Al terminar la cena todos se levantaron y fueron hasta la sala.

Amelie se puso al lado de la chimenea, donde había una pequeña esquina donde se escondió y descanso. Aún podía sentir su corazón latiendo con mucha fuerza, y su garganta se sentía seca. Tom y Mattheo se habían quedado con su padre en el comedor para terminar un asunto.

—wow, a quien tenemos aquí...— un hombre se acercó, con esa voz horrenda que lograba helar sus huesos.— Amelie Malfoy... Solo mira lo grande que estás.— se acercó aún más, haciendo que Amelie negara para que no continuará.— ven aquí, linda.— la jalo del brazo para separarla de aquella pared y apegarla contra su cuerpo.

—por favor, suelteme.— pidió agitada. La mano del hombre llegó a su cabello para acariciarlo mientras sonreía.

—sigues igual de bonita...

—no...— se intentó soltar. Los recuerdos de cuantas veces había tenido que escapar de estas situaciones llegaron a ella, más las veces que la acariciaba sin su permiso.

—si pequeña... Me pregunto si tu piel sigue igual de suave.— suspiro de forma sonora, y se acercó de forma peligrosa a su rostro. Amelie lo corrió con los ojos cerrados para sentir su nariz bajando por su oreja hacia su cuello.

—no más...— Mattheo al escuchar esto, y haber visto toda la situación tomo su varita para lanzarlo con fuerza sobre la pared.

Todos jadearon impresionados.

—¡Padre!— grito un hombre de unos treinta años. Mattheo le lanzó otro hechizo que lo hizo tensarse del dolor.

—¡¿Que te crees?!— grito caminando a zancadas hacia él.— tocando a mi mujer... ¡Atormentandola con tu sucia presencia!— le puso su zapato en la mejilla, presionando su rostro con el suelo.

𝐌𝐢𝐚 𝐎 𝐃𝐞 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞- 𝐌𝐚𝐭𝐭𝐡𝐞𝐨 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 [+18] «En Edición»Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt