33 - ¡No, joder! ¡Ella no esta muerta!

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Narradora.

La pelinegra miró hacia un punto fijo, absorta de lo que pasaba a su alrededor, sin sentir como la chica colocaba un poco de brillo en sus pálidos labios. La mujer la miraba con pesar, ni ella aguantaría estar con la bestia

— Hemos terminado —susurró a su oído para llamar su atención.— Debe bajar ahora, le gusta la puntualidad, no haga que se enoje, por favor. 

Ayano solo asintió, ella parecía ya no tener vida, se veía rota. Todos esos monstruos la corrompieron en tan poco tiempo, sus ojos se habían oscurecido, su aura era pesada. Ella ya no lloraba, sus lágrimas se agotaron, se dedicaba a  mirar a cualquier lado que no fuera el rostro de una persona, porque sentía que si lo miraba desearía morir.

El ser humano era su mayor miedo.

Se levantó y abrió la puerta, ahí había un guardia que la escoltó hacia esa gran mesa. En una esquina se encontraba el primogénito de los Saikou con una sonrisa viéndola acercarse, su mirada destellaba de ansias, por fin era suya

Ya en pie caminó hacia su amada y la tomó de la mano, sin darse cuenta de que lo que tenía en frente ya no parecía tener vida. Su mano estaba fría.

— ¿Estás bien, cariño? ¿Tienes mucho frío? ¡Alguien traiga una maldita frazada! —ella no lo miró ni se inmutó ante tal grito tan molesto.— Vuelves a tardar en traer algo y estás despedida —amenazó a la señora del servicio con indiferencia. Guío a Ayano para que se sentara a su lado.— Pedí que hicieran tu comida favorita.

Ayano se dio cuenta de que en estos momentos Megamo no mostraba su actitud arrogante e indiferente con la cual solía tratarla en la escuela. Era un Megamo que trasmitía dulzura y adoración por ella, como si fuera su padre él que estuviera ahí sentado junto a ella. Pero jamás se podría si quiera imaginar a su padre ahí, él no era un monstruo como el que tenía en frente.

— ¿No te gusta la comida?  —preguntó luego de unos largos minutos de silencio, donde ella solo toco una vez su comida y fue para alejarla.

No dijo nada.

— Puedo traerte otra cosa si quieres, solo pídelo.  —casi parecía suplicar, ansiaba que le hablara la pelinegra.

Una vez más no dijo nada. 

— ¿Podrías por lo menos mirarme entonces?  —dijo ya molesto al sentir que estaba solo. Hizo caso omiso, odiandolo por ser tan imbécil.— Bien, supongo que tendré que asesinar a la cocinera por hacer una comida asquerosa.

Se tensó.

— Nadie de aquí sale vivo —escalofríos recorrieron su cuerpo. Escucho como llamaba con insistencia a la mujer.

Empezó a sudar, temiendo por la vida de la señora. Vio como sacaba un cuchillo y sonreía cínico.

— No suelo encargarme yo del trabajo sucio, aunque deseo darte un espectáculo.

Se alertó más cuando vio venir a la mujer con nerviosismo. Parecía tener la edad de su madre, se detuvo a casi dos metros de Megamo. Parecía que ya sospechaba su destino.

— Ojalá lo disfrutes, pequeña. —dejó ver el cuchillo con una sonrisa y se acercó con una elegancia impresionante.

Escucho los pobres llantos y sintió que debía hacer algo. No lo pensó y solo se lanzó hacia el peli blanco. Luchando por quitarle aquel arma que acabaría con la vida de la mujer.

— ¿Qué mierda haces? —poco a poco la fue apartando, intentando apartar su mano del cuchillo que comenzaba a clavarse en la piel de la menor.

...

...

...

Sólo sucedió, ella quedó en shock cuando vio caer el cuerpo estrepitosamente. Había sido su culpa.

Forcejeando con Megamo, logró quitarle el cuchillo sin medir su fuerza cuando lo mandó hacia atrás cortándole el cuello a la cocinera.

— De una u otra forma hoy moriría —sin una pizca de remordimiento habló.— creo que sería bueno enviarle un regalo a tus padres.

Cogió a Ayano del cuello y la levantó como si fuera una pluma.

***

— No me digas que esa es la mano de mi pequeña, Ryoba  —habló con temor el señor Aishi al ver que dentro de la caja estaba toda empapada de sangre con una mano delgada de mujer.

— No... Es imposible  —susurró Yanagi, sintiendo como se rompía su corazón. Intentando hacerle creer a su mente que todo esta bien.

— Yanagi, cielo...

 — ¡No, joder! ¡Ella no esta muerta!

Explotó como nunca lo había hecho, empezó a tirar todo a su paso mientras su padre intentaba calmarlo.

— Es hora de visitarlos.  —susurró para si misma.

Continuará.

Me disculpo si es corto.

Sé que he estado muy inactiva y muchos de los anuncios que he publicado han sido desahogándome o diciendo que ando en un bloqueo lector. Siendo sincera, quise rendirme con este libro y con todos los demás, pero ustedes no se merecen eso con todo el apoyo que me han dado y como me han hecho crecer en wattpad, les debo mucho y prometo recompensarlos.

De poco a poco voy saliendo de este bloqueo, ahora ando en otra ciudad sin mi laptop, donde me siento más cómoda para trabajar, así que puede que actualice más "¡Hey, chica nueva!" al ser capítulos cortos, voy a intentar más activa por acá e interactuar con ustedes.

Los amo mucho, ya casi son 200 seguidores. Muak. En "¡Ella es mía!" ya tenemos 27.1k de vistas y 3.8k de votos [cry] y en "¡Hey, chica nueva!" 6.3k vistas y 1.1k votos. /morir.

¡ELLA ES MÍA! [Ayano x Harem]Where stories live. Discover now