16. Estúpido peliblanco... Aunque la propuesta era tentadora.

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(recomendación: leer primero este capítulo y luego el one shot)

Un mes después.

Ya había pasado un mes, donde regresó el presidente, donde había comenzado a ignorar a los chicos y a mis amigos, donde quedé en el primer lugar con notas excelentes y un comportamiento impecable. Estaba muy orgullosa de mí mas no debía descansar, debía seguir y seguir estudiando, hasta que mis manos ya no aguantaran más, hasta que mi cuerpo comenzará a debilitarse y quizás perder la conciencia, solo si eso pasaba pararía. Amarré mi cabello a una coleta y salí de mi casa no sin antes despedirme de mis padres. Iba acompañada con Yanagi a la escuela, andaba más meloso y protector que antes. Miré la entrada de Akademi high school y entré sin mas que hacer. Todos me miraban, no entendía nada, ¿Por qué lo hacían? Me resultaba tan incomodo, mi hermano se dio cuenta y actuó acordé a su gran personalidad.

— ¿Se les perdió algo o es que Ayano se les parece a sus mamás? — gritó. No pude evitar soltar una pequeña risa. Todos agacharon la cabeza pero siguieron murmurando, no alcancé a escuchar nada de lo que decían. 

— Eres muy cómico, onii-chan  —confesé sin poder controlar mis carcajadas. Lo abrace para luego irme a mi salón y comenzar a repasar mis notas.

Narra Yanagi.

Suspiré y la miré desde lejos, se estaba sobre exigiendo mucho, ¿Qué más quería? Obtuvo el primer puesto con un alto puntaje, ¿Le costaba parar a mi hermana? En un maldito mes había logrado bajar de peso, se había alejado de los demás. Sus amigas estaban algo confundidas y dolidas, les prometí que intentaría hacer entrar en razón a la tonta de mi pequeña hermana menor. Pero en especial, los que más estaban preocupados eran esos chicos que parecían no querer separarse de ella, eran como un puto grano en el culo. Los detestaba.

Le di una última mirada a la menor y me dirigí al patio donde se encontraban mis amigos, charlando de trivialidades.

— Oye Yanagi, ¿Te enteraste?  —me preguntó Riku-kun. Negué confundido.— ¡Oh, amigo! Te perdiste de lo mejor! —habló emocionado

Miré a Sota para que me explicara.

— Primero que nada, buenos días, maldito irrespetuoso  —le mostré el dedo del medio y siguió.— Se rumora que vendrá el hermano mayor de Musume, dicen que es incluso peor que ella, será un dolor de cabeza —asentí pensativo.— Y al parecer quieren a tu hermana en el consejo estudiantil, por su rango académico y otras cosas que no recuerdo —abrí los ojos, ahí comprendí todo, porque nos miraban.— Ojalá y acepte, he escuchado que tienen muchos privilegios.

No me gustaba para nada la idea, en un pasado mi madre y Ichirou Saiko tuvieron sus sospechas, peleas y creo que él se enamoro de ella... Me preocupa de que Megamo puede hacerle daño a mi pequeña. Oculté mi enojo y seguí la conversación con los chicos.

Narradora.

Oko se despidió rápidamente de sus amigos y fue al club de ocultismo, necesitaba hacer algo antes de seguir con sus tareas. Al llegar sacó la pequeña caja que estaba escondida, estaba decorada con pequeñas calaveras y cruces invertidas, dentro de aquella pequeña caja se encontraba un cabello negro, una curita, una toalla con un olor algo asqueroso y por último una foto de la chica... Todo eso era de Ayano. Aspiró la toalla con mucha emoción a pesar del olor que esta emanaba, miró a todos los lados y comenzó a rezarle. 

Su amor por ella había comenzado el día que se cruzaron, la veía como alguien diferente a los demás, en su corazón podía sentir que ella sufría y ocultaba algo muy grande, comenzó a verla con admiración porque a pesar de todo creía que era alguien realmente fuerte y hermosa. Se convirtió en su diosa, ella no se comparaba a él Dios que los demás adoraban, sin duda ella era mejor, más poderosa e inalcanzable. 

¡ELLA ES MÍA! [Ayano x Harem]Where stories live. Discover now