15. Ellos...

1.1K 139 97
                                    

Me maldije internamente y me volví a disculpar esta vez si mirándolo a la cara, se encontraba serio como siempre pero eso lo hacía ver lindo, ¿Qué? ¿Pero qué dices Ayano Aishi? Estos días andas muy hormonal. Solo asintió y se fue en dirección a la sala del director. Suspiré, maldito peliblanco, ¿Por qué tenías que ser tan increíblemente guapo pero tan serio? Das miedo.

— ¿En qué piensas, Aishi? —preguntó mi hermano seriamente, ¿A este qué le pico? Lo miré confundida.— ¡ASH! Andas pensando en el presidente del consejo estudiantil, tonta, yo no soy idiota. Tu estás muy chiquita para andar pensando en chicos y novios —negó varias veces y volvió a mirarme.— Podrás tener novio a los setenta que es una edad aceptable de resto vete a estudiar o jugar con muñequitas.

—¿ Sabes qué tengo diecisiete, cierto tarado? —le dije, quise estrangularlo. ¿Uno de viejo ya pa' que quiere amor? No joda. Y no me interesa un chico realmente, solo estoy pasando por una etapa que pasan todas las chicas.— Deja los celos.

Gruñí y me fui de ahí realmente molesta, a veces lograba detestar demasiado a los hombres. Yanagi tenían una sola cosa en común, celos, ya no era una niña pequeña, ya no estaba aprendiendo a sumar o jugando con barbies estaba ya en la preparatoria y casi lista para mí ultimo año e irme a una universidad fuera del país. Mi sueño era estudiar en Estados Unidos, la universidad de Stanford... Todos estos años desde muy pequeña ya tenía decidido que quería ser.

Siempre me he esforzado en mis estudios, obteniendo los primeros puestos. He hecho actividades y más cosas que me suman puntos para poder estar allá. Sin embargo, este año me he dejado descuidar un poco, mis notas siguen altas pero he comenzado a tener faltas y llamados de atención... Simplemente no puedo permitir más eso.

Ahora que lo pienso, si quiero ser una gran psicóloga debo concentrarme solo en mis estudios, no estoy en estos momentos para andar pensando en chicos o amigos. Es frustrante tener que dejar cosas que te hacían feliz para poder lograr lo que más deseas y lo que más me causaría, felicidad es graduarme en esa universidad, así que debo eliminar mis distracciones, incluyéndolos a ellos...

Que bipolar podía ser a veces Dios mío, estos días quería estar más cerca de ellos, conocerlos... Ahora simplemente quiero apartarlos para poder asegurar mi futuro. A pesar de que me sentía patética por hacer esto tenía que asegurar mi gran futuro si o si. Ellos eran una distracción, ¿No?

Narra Budo Masuta.

Bebí la soda de un golpe y la tiré a la basura, me encontraba realmente estresado. No entendía que sucedía conmigo, ¿Estaba perdiendo la cabeza quizá y me estaba imaginando cosas que no son? ¿QUÉ MIERDA ME ESTABA SUCEDIENDO?

Dormía en clases sin yo quererlo, tenía actos compulsivos, comenzaba a beber y a reír de la nada, me sentía observado. ¿La muerte de mi hermana ahora si comenzaba tener efectos en mí? Creí que ya lo había superado.

Me sentía enfermo física como mentalmente, puede que solo sea estrés y yo ya este dando algo por hecho. Saludé a Sho-kun y entré junto a él al club. Todos ya se encontraban ahí calentando, me devolvió un poco de energía a mi cuerpo, me gustaba la gente que se esforzaba por hacer las cosas bien, con pasión, mis amigos eran fruto de ello. Hacían todo con amor y paciencia, los admiraba como ellos me admiraban a mí.

Comencé la clase como de costumbre, concentrado en lo que hacía mas mi cuerpo se sentía algo pesado, se me dificultaba hacer algunos movimientos y llegaba a perder el equilibrio. 

— ¿Te encuentras bien, Budo-senpai?  —preguntó Mina-chan con preocupación. Asentí, mentía. Realmente no estaba bien, sentía pequeñas punzadas por todo mi cuerpo, eran molestas pero podía aguantarlas, Budo Masuta es y siempre será fuerte.

— ¿Seguro qué lo estás?  —esta vez habló Ren-kun, todos estaban muy preocupados, todo por mi culpa.— Te ves pálido y débil, es mejor que vayas a la enfermería o a casa.

— Es cierto, no nos gusta verte así —Shima sobó mi brazo y siguió hablando.— Quizás no nos quieras decir que pasa pero tu salud es-

— ¡QUÉ ESTOY BIEN, MALDICIÓN!  —grité y salí de ahí hecho furia.

***

Narradora. (Desempolvando mi puesto)

El día transcurrió de una manera lenta y pesada. El calor, la exigencia de los profesores afectaba en gran manera a los estudiantes, en especial, a un pelimorado y un anaranjado. Sus miradas intimidantes y groseras lograban asustar a cualquiera, esto más por parte de Osano, era normal verlo un poco malhumorado pero no al grado de Kizano cuando se siente estresado en una presentación donde podría estar su padre.

El último mencionado siempre fue reconocido por sus grandes talentos, por la riqueza que poseía y por su gran belleza. La familia Sonobu se caracterizaba porque eran un gran ejemplo para cualquier familia, cada integrante tenía que ser perfecto y nunca estar envuelto en escándalos para seguir manteniendo la posición que habían logrado ganar con largos arduos años de trabajo, al principio no fue fácil. Los catalogaban como gente de quinta por poseer aspectos no tan agradables para la sociedad, mentira, solo les daba envidia que venían de una enorme riqueza como Los saiko. Estás dos familias siempre fueron como perros y gatos sin embargo, una vez se veían sus semblantes serios y demandantes cambiaban por una falsa sonrisa y tonó dulce y amable. Kizano estaba cansado de eso, a pesar de que le encantaba ser el centro de atención y ser el mejor... También era un ser humano que poseía lindos sentimientos, era de esas personas que no les importaba hacer lo que fuera solo para ver a quienes más amaban felices. 

Por el lado de Osano, era una familia que tenía poder por la buena calidad y buen estilo de la ropa, aún así les daba igual las apariencias, les daba igual lo que pensaran de ellos, eran una de las pocas familias que mostraban lo que en verdad eran. Su padre un hombre honesto, serio pero amoroso y comprensible al igual que su madre, su hermana menor podría ser molesta y mamona en algunos casos aunque siempre ha sido ese tipo de persona que logra sus objetivos por sus propios medios(leales). La familia Najimi aborrecía todo lo que tenía que ver con la corrupción, algunas familias con más poder que ellos envidiaban como habían logrado grandes cosas si n haber utilizado juegos sucios.

En otra parte.

— ¡Oko-senpai! —gritó Ayano y corrió apresurada hacia él, necesitaba su ayuda con unos temas. Se había propuesto alejarse de ellos, sin embargo, necesitaba ayuda con un tema que el comprendía a la perfección: Lo sobrenatural, ella nunca fue amante de eso y si le daban a elegir entre matemáticas u la clase extraña de ocultismo que no sabía para que la habían implementado, elegiría sin dudas a matemáticas.

— ¿Necesita algo, Aishi-san?  —susurró y agachó la cabeza esperando la respuesta de la chica de baja estatura. De vez  en cuando le daba rápidas miradas sin que ella se diera cuenta, no solo esta vez sino en varias ocasiones cuando ella se encontraba distraída, incluso le había tomado fotos y las colocaba en un altar para rezarle todos los días. Él no la amaba como ciertas personas lo hacían, el amor que sentía por ella era religioso, era su divina diosa, su salvadora.

— Necesito que me ayudes con unos temas —dijo rendida  y señaló el libro de ocultismo.

A lo lejos, desde un pequeño hueco, alguien observaba a la pareja con locura, con ganas de estrangular al chico. No le importaba que no la estuviese tocando o incluso mirando, cualquier hombre que se le acercara a su amada debía de morir.

Continuará.

Hello babys!

¿Cómo les va?

Yo ando un poco ocupada y con un tobillo torcido -cry-

Ya ando preparando el one shot de Osoro x Ayano para quienes quieran leerlo.

¡ELLA ES MÍA! [Ayano x Harem]Where stories live. Discover now