—Arsot Les Primavera... Juro ante todos estos plebeyos y la Princesa Komilia que mi amor por ti es y será eterno.

Nakanaka-san rápidamente enrojeció, dándome la victoria de esa ronda. Cuando se dio cuenta de aquello empezó a patalear y a gritar con lágrimas en los ojos.

—¡Ah! Eso es trampa ¡Bájame, bájame ya! ¡Está bien, tú ganas!

Y nada más ponerla en el suelo dio media vuelta, dejándose caer de rodillas y golpeando el suelo.

—¡No puedo creer que mi ojo maldito no haya sido capaz de resistir ese hechizo! —decía para sí misma— ¡Es solo un juego! No te emociones.

La siguiente ronda fue entre Agari-san y Tadano-kun, ella debía confesarse a él. Agari-san ya había perdido en todas las rondas anteriores debido a su timidez, sin embargo había algo diferente en esta ocasión. Los ojos de Agari-san brillaban con la misma intensidad de cuando hablaba de ramen y comida... Lo que significaba que justo ahora estábamos presenciando a una Agari-san enfocada en ganar

—T-Tadano-kun —comenzó ella.

Tadano-kun la miró fijamente, apretando los labios para evitar mostrar algún gesto, pero eso no le funcionó, Agari-san puso su brazo debajo de su pecho, haciendo que éste se levantará y se notara más de lo normal.

—...Te amo —dijo Agari-san.

Tadano-kun tragó saliva y desvió la mirada. Había perdido ante los grandes encantos femeninos de Agari-san. Menos mal que Manbagi-san no se encontraba en nuestra clase pues creo que sería algo problemático aunque ellos dos no fueran una pareja aún.

—Muy bien ¿Listo?

Onemine-san era quien se confesaría a mí esta vez. Asentí ante su pregunta y respiré hondo debía estar mentalmente preparado, ella era una rival demasiado fuerte. Onemine-san comenzó a caminar a paso lento mientras me rodeaba un par de veces. Me preguntaba que estaría planeando hasta que finalmente comenzó a hablarme de cosas triviales.

¡Ese era su plan! Quería distraerme para confesarse repentinamente y aprovechar el factor sorpresa a su favor. Onemine-san, eres realmente inteligente.

—Te amo.

Escuché un susurro en mi oído mientras sentía la calidez de sus dedos rozar la parte trasera de mi cuello. Un escalofrío recorrió mi espalda en ese momento, y di un ligero salto a causa de aquello, Onemine-san comenzó a reír.

—No pensé que fueras tan sensible —dijo entre risas—. Lo siento, pero parece que he ganado.

Era la segunda vez que perdía, la primera vez fue cuando tuve que resistir las bromas de Najimi-chan, perdí porque al momento de confesarse puso una cara demasiado graciosa, que me hizo soltar una pequeña risa.

Las demás rondas siguieron entre Kabedones, ojos y miradas tiernas, susurros y pequeños roces. Komi-san era la que debía confesarse a Yamai-san esta vez. Ambas se sentaron frente a la otra, jamás había visto a Yamai-san poner una expresión tan sería como la que estaba haciendo en ese momento, y me aterraba pensar qué era lo que pasaba por su mente en un momento así.

 Ambas se sentaron frente a la otra, jamás había visto a Yamai-san poner una expresión tan sería como la que estaba haciendo en ese momento, y me aterraba pensar qué era lo que pasaba por su mente en un momento así

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Komi-san no puede comunicar su amor (Tú x Komi) 2.0Where stories live. Discover now