𝐂𝐎𝐋𝐎𝐑𝐒; Yamanaka Inojin.

✎│ 010.

Nuestro profesor Aburame Shino nos dividió en grupos de tres para enfrentarnos en una pelea que nos puede servir para nuestra graduación.

—Muy bien. Los primeros serán Inojin, Shikadai y ChouChou —mencionó a lo cual los tres nombrados se acercaron para así ver contra quienes les tocaba—. Pelearán contra Iwabee, ____ y Metal.

Rápidamente me coloqué junto a mi grupo para así enfrentarnos al equipo Ino – Shika – Chou. En ese instante miré a Inojin, quien no despegaba su mirada de mí; fue entonces que lo vi realizar un sello a penas el profesor comenzó el combate.

Todo en mí se volvió completamente negro. Era como si me hubieran encerrado en una habitación sin salida y sabía perfectamente a que se debía.

Inojin había ingresado a mi mente con la técnica del clan Yamanaka, pero desafortunadamente para él todavía no estaba del todo desarrollada por lo que me fue demasiado fácil expulsarlo de mí.

—Inojin —mencioné, mientras me encontraba de rodillas—. Te dije que te iría muy mal si alguna vez intentabas ingresar a mi mente.

—Eso nos sorprendió demasiado —oí mencionar a Iwabee—. Bien. Les daremos una lección.

—¡Andando! —exclamó Metal.

Los tres hemos directo contra el equipo Ino – Shika – Chou; los cuales esquivaban muy velozmente nuestros ataques mientras intentaban arman un contraataque.

—Maldición... —oí mencionar a Inojin cuando uno de mis Shuriken rozó su brazo derecho. Él me miró unos segundos e intentó realizar nuevamente la técnica de su familia, pero lamentablemente no volví a caer.

Con velocidad aparecí frente a él y lo golpeé en su estómago haciendo que cayera a una larga distancia. Él se levantó con demasiada dificultad e intentó huir, pero su cuerpo estaba demasiado cansado.

—De esa forma no vas a ganarme —mencioné mientras le lanzaba su pergamino de dibujos junto al pincel—. Todavía no puedo comprender tu razón para dejar de dibujar.

—Ya te dije que no puedo...

—¿No puedes o no quieres? —pregunté captando completamente su atención—. Recuerda bien las razones por la cual dibujabas.

Inojin no mencionó nada. Simplemente se me quedó viendo por lo que comencé a alejarme, donde me di cuenta de que Metal e Iwabee habían vencido a Shikadai y ChouChou.

A Boruto se le había ocurrido la idea de realizar una acampada para comer la legendaria carpa eterna; la cual nos costó demasiado en atrapar.

Cuando todos estaban disfrutando del gigantesco pez yo me alejé por un momento, ya que no me gustaba demasiado estar entre tanta multitud. Me adentré en el bosque que había en el lugar y me quedé en una rama mientras miraba el cielo estrellado que se formaba sobre mí.

—Es lindo.

—Concuerdo contigo —oí la voz de Inojin, quien se encontraba bajo la rama mirando también el cielo—. No había visto un cielo estrellado desde hace mucho.

—¿Qué haces aquí?

—Bueno... Te vi alejarte y no pude evitar seguirte —respondió sinceramente—. ¿Está todo bien?

—Solo estoy un poco intranquila por nuestro examen de graduación.

—Estoy seguro de que lo harás bien —dijo y al mirarlo pude ver una sonrisa plasmada en su rostro—. Confío en ti.

Oírlo me hizo sonreír y sentirme más en tranquilidad.

—Veo que has traído contigo tu pergamino de dibujo.

—Ah, sí... —dijo, mientras tomaba su pergamino y me miraba—. Finalmente puedo volver a utilizar el Chojuu Giga.

—Me alegra oír eso.

—Todo te lo debo a ti.

—¿A mí?

—Sí. Tú me hiciste recordar las razones por la cual dibujaba —dijo con tranquilidad mientras me miraba—. Gracias a ti vuelvo a ser yo mismo.

Una sensación agradable se plantó en mi pecho al oírlo y verlo sonreírme con demasiada sinceridad.

—Ya veo... —dije inquieta, mientras me levantaba y debido a que estaba algo distraída terminé por resbalarme. Sin embargo, no caí en el suelo y todo se debió a que Inojin me había atrapado.

—Eso estuvo demasiado cerca —mencionó mientras me mantenía en sus brazos y el verlo nuevamente esa sensación agradable se hizo presente—. ¿Te encuentras bien?

—Sí. Gracias, Inojin.

—¡Hermana! —oí la voz de Sarada, quien se acercaba corriendo hasta donde nos encontrábamos—. ¿Eh? Inojin también estás aquí.

—¿Qué sucede, Sarada?

—Todos se están arreglando para dormir, así que vine a buscarte para que fuéramos a descansar —dijo para luego mirar a Inojin—. Shikadai estaba buscándote.

—¿Puedes decirle que iré luego? —preguntó—. Quiero dibujar un momento por lo que me tardaré en ir.

—Está bien —asintió mi hermana para luego sostener mi mano—. Vamos, Hermana.

Sarada prácticamente me arrastró de regreso, pero antes de alejarnos completamente vi como una hoja de dibujo se caía del cuaderno de Inojin y cuando él la levantó pude ver por un segundo unos ojos verdes dibujados.