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Afortunadamente los problemas con los de la niebla se habían arreglado, por lo que esa noche regresamos al hotel y al estar demasiados agotados nos fuimos directo a nuestras respectivas camas

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Afortunadamente los problemas con los de la niebla se habían arreglado, por lo que esa noche regresamos al hotel y al estar demasiados agotados nos fuimos directo a nuestras respectivas camas.

Al día siguiente debimos de embarcarnos en el barco que nos llevaría de regreso a Konoha, así que algunos miembros de Kirigakure nos habían ido a despedir.

—Que extraño —oí mencionar a Boruto.

—Kagura no vino, ¿no? —dijo Shikadai.

—Tal vez no pudo por estar relacionado con la revuelta —dijo Inojin, mientras se colocaba a un lado mío—. ¿Descansaste lo suficiente?

—No. Sarada no dejó de mencionarme el cómo debería de decirle a nuestra madre que desperté el Sharingan —dije, mientras soltaba un pequeño bostezo para luego apoyar mi cabeza en su hombro—. Permíteme descansar aquí.

Inojin no mencionó nada por lo que asimilé que no le molestaba para nada que yo utilizara su hombro como almohada.

El padre de Inojin fue invitado a nuestra clase para que supervisara por un tiempo nuestra clase de arte que nos puede ayudar cuando tengamos que hacer reconocimiento de algún mapa o retratar al objetivo

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El padre de Inojin fue invitado a nuestra clase para que supervisara por un tiempo nuestra clase de arte que nos puede ayudar cuando tengamos que hacer reconocimiento de algún mapa o retratar al objetivo.

—Hoy quiero que dibujen personas —dijo el señor Yamanaka, mientras miraba a todas partes hasta fijar su vista en ChouChou—. Tú, la belleza de allá, haz de modelo.

—¿Yo? —dijo ChouChou emocionada mientras se levantaba y se dirigía a la parte central—. ¡Vamos! ¡Observen mi cuerpo egoísta y dibújenlo cuanto quieran!

La Akimichi comenzó a realizar varias poses, por lo que tomé mi pincel y empecé a plasmar todo de ella en el papel.

Solo hicieron falta unos minutos para que terminara y al ver mi dibujo sonreí con orgullo, ya que hice mi mayor esfuerzo en ello y había quedado muy bonito.

—Terminé, profesor —informé al padre de Inojin, quien no tardó en acercarse para ver mi esfuerzo. Sin embargo, él no fue el único que se acercó, sino que Inojin también lo hizo—. A que lo hice bien, ¿verdad?

—En verdad dibujas mal —mencionó sinceramente Inojin, pero al verme pude notar su arrepentimiento al mencionar esas palabras en voz alta—. En realidad...

—Es un dibujo divertido —dijo el señor Sai—. A mí me gusta.

—¿Eh?

—¿De verdad? —pregunté con una pequeña sonrisa y al verlo asentir me sentí muy feliz—. Hice mi mejor esfuerzo y coloqué mis sentimientos en ello.

—Debo decir que podrías usar el Chojuu Giga.

—¿Qué dices? ¿Usar el Chojuu Giga con ese dibujo? —oí susurrar a Inojin y al mirarlo pude notar su expresión de angustia, por lo que iba a preguntarle qué sucedía.

Sin embargo, él se alejó de inmediato. Así que, me decidí que le preguntaría que sucedía después de clases.

Al finalizar las clases tomé de inmediato mis cosas para buscar a Inojin; quien se había apresurado a abandonar el salón

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Al finalizar las clases tomé de inmediato mis cosas para buscar a Inojin; quien se había apresurado a abandonar el salón.

Busqué a Inojin por unos minutos hasta que lo vi practicar constantemente la habilidad del Chojuu Giga. No obstante, en vez de salir un animal solamente salía unas manchas.

—Maldición... ¿Por qué no funciona? —se preguntaba en voz alta—. ¡Ah! ¡Ya no sé qué hacer!

—Es muy inesperado que pierdas la paciencia —dije, mientras me acercaba y captaba su atención—. ¿Qué es lo que sucede?

—No puedo usar el Chojuu Giga —confesó, mientras lanzaba su pergamino de dibujos y pincel—. Ya me cansé. No seguiré intentándolo...

—¿Dejarás de dibujar?

Él se mantuvo callado un momento, pero luego se levantó de donde se encontraba sentado y comenzó a alejarse.

—Ya me estaba aburriendo de dibujar —dijo mientras se iba—. Intentaré hacer otras cosas.

—Entiendo —mencioné mientras me acercaba a su pergamino de dibujos que lanzó lejos—. Es una lástima, ya que de verdad me gustan tus dibujos.

Pude notar que Inojin detuvo sus pasos por un momento, pero en vez de regresar prosiguió su camino y ante ello solté un suspiro.

—Hermana —oí la voz de Sarada—. ¿No regresas a casa?

—Sí. Ahora voy.

—¿Eh? ¿Qué haces con eso? —preguntó al verme con el pergamino y un pincel—. ¿Acaso piensas dibujar? ¿La clase del padre de Inojin te inspiró?

—Posiblemente.

Sarada sonrió, y entonces ambas comenzamos a regresar a casa mientras hablábamos acerca de nuestra próxima graduación. No obstante, en el camino yo iba pensando acerca de lo que sucedería con Inojin y su problema con los dibujos.

 No obstante, en el camino yo iba pensando acerca de lo que sucedería con Inojin y su problema con los dibujos

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𝐂𝐎𝐋𝐎𝐑𝐒; Yamanaka Inojin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora