CAPÍTULO 35 | ÚLTIMO ADIÓS |

Start from the beginning
                                    

Levanté mi cabeza furioso y muy triste. Estaba hecho trizas y no podía entender la tranquilidad de mi hermano.

— ¿cómo demonios puedes estar tranquilo? — me alteré mirándolo y llorando desesperado — ¡acaba de morir!...acaba de hacerlo..

Él se asustó y se corrió unos centímetros más atrás.

— Tom — la voz de mi tia me despertó, todos sabían de mi problema y me sentía inútil — debes calmarte, todos estamos mal...pero debes...

— ¡ya basta! — me puse de pie — ustedes no entienden una mierda...por dios, no puede ser cierto — mis manos viajaron a mi rostro y lo recorrí como secando agua y salí de ahí.

— ¿Tom? ¡Tom donde vas! — mi hermano corrió trás de mi y me tomó del codo.

— sueltame — dije tirando mi brazo con fuerza — quiero estar solo

— no es bueno en la condición en la qué estás

— ¡basta! — estallé en llanto desesperado llamando la atención de las personas y secretarias — acabamos de perder a mi papá y a ti no te importa

— si me importa Tom

— ya basta, sueltame. Quiero estar solo — dije, bajo todas las miradas.

Caminé al baño de varones y cerre la puerta con llave. Miré mi rostro en el espejo por unos segundos...mis ojos llenos de lágrimas, rojos y mi vista comenzaba a nublarse. Empuñe mi mano y golpeé el espejo haciendolo estallar en mil pedazos sobre el piso de cerámica y mi ropa, no me importó...no me importaba nada, estaba solo...completamente solo.

Caí sentado al baño mirando la muralla de enfrente perdido, no sentía mis nudillos y veía la sangre recorrer por el piso blanco, pero no me dolía, nada.

"Estoy solo. Mi mamá me abandonó, mi padre acaba de fallecer y he quedado completamente solo. Mis hermanos no entienden nada de lo que pasa en mi corazón ni en mi cabeza y...ni un millon de años iría a vivir con mis tias, jamás. No tengo razón para seguir adelante...mi motivo de seguir en pie acaba de abandonarme".

Ese pensamiento recorría mi cabeza a cada segundo mientras de mis ojos no dejaban de salir lágrimas y mi corazón se llenaba de ira y más ira.

— ¡hijo de puta! — grité expulsando todo mi odio — Tom, eres un hijo de puta... — susurré.

Comenzaron a golpear agresivamente la puerta, hasta que me levanté y la abrí encontrandome con un tipo de seguridad.

— ¡que demonios hiciste chico! — se alteró viendo la sangre en mi mano, en el piso y el espejo hecho trizas.

Lo ignoré y salí de la clínica caminando sin dirección algúna. Me sentía jodidamente perdido, cruce miles de calles hasta llegar a un lugar qué no conocía. La sangre en mis manos había cesado, pero mis nudillos se tornaban rojos para luego estar morados.

— ¡ey! — escuché, volteé a mirar y unas grandes luces se acercaron a mi, demasiada luz y oscuridad a la vez, junto a un sonido estruendoso de una bocina de un auto. Sentí un impacto en mi rodilla izquierda, me elevé del cemento y luego caí golpeando mi cabeza a una solera.

Un pitido se formó en mis oídos, no sentía mi pierna izquierda y mi cabeza iba a estallar en cualquier momento.

— ey chico, reacciona — escuché muy lejos.

Estaba tan débil qué se me hacía imposible mirar. Mi vista comenzaba a nublarse con rapidez y al mirar hacia en frente supe que estaba en la calle, acostado y que un auto me había impactado. Ví sangre a mi alrededor y quise ponerme de pie en seguida, pero alguien me lo impidió, aparte de una gran punzada en mi pierna izquierda que apenas podía sentirla.

Ganar perdiendo | Tom HollandWhere stories live. Discover now