CAPÍTULO 15 : FLOR DE AZAHAR

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MARATÓN 1 / 2

POV HARRY

Me desperté tras rodar incómodo por la cama.

Recordé toda la noche anterior de golpe.

El estrés, el malestar, los mareos...

Y Louis.

Me había cuidado con todo el amor del mundo.

- Buenos días, amor. - Saludé al castaño que siempre dormía a mi lado. - ¿Lou? - Palpé con la mano el espacio de la cama que había a mi izquierda. - ¿Lou?

Abrí los ojos, todo el cansancio y la pereza habían desaparecido de golpe al no haber encontrado al ojiazul.

Estaba solo. Estaba solo en mi cama. En nuestra cama.

- ¿Dónde estás, Lou? - Miré nerviosamente a mi alrededor.

Mi primer pensamiento fue que seguramente habría ido al baño o a desayunar algo, pero después de la primera vez que había visto las numerosas cicatrices en sus brazos, no podía no pensar en que se había intentado hacer daño de nuevo.

- No, no, no... - Me tiré nerviosamente de los rizos. - ¡Louis!

Di un salto y me puse las pantuflas del revés, pero poco me importaba.

Necesitaba encontrar a Louis.

Apoyé la mano en la manilla de la puerta, dispuesto a correr escaleras abajo; entonces ésta bajó, a pesar de que yo no estuviese haciendo fuerza ninguna.

- "Como sea Niall..." - Pensé, imaginando que el rubio iría a la habitación a despertarme.

- ¡Hazz! - No fue el marcado acento irlandés de Niall el que escuché, sino la aguda y suave voz de Louis. - ¿Qué haces fuera de la cama? - Estaba sujetando una bandeja con dos apetitosos desayunos en un precario equilibrio sobre una mano, mientras con la otra abría la puerta. - ¡Acuéstate de nuevo, inmediatamente! - Me ordenó, señalándome con el dedo con el que acababa de abrir la puerta, haciendo que nuestro almuerzo se tambalease.

- Ya voy, ya voy... - Mascullé entre dientes, dirigiéndome a la cama y sentándome en una esquina, dejando sitio para el ojiazul y el desayuno.

- Así me gusta. - Sonrió con autosuficiencia. - ¡Pero que novio más obediente tengo! - Apoyó la bandeja en el espacio que yo había guardado para ella en la cama y me apretó las mejillas, como suelen hacer las abuelas, solo que con más suavidad.

- Te echaba de menos... - Cogí una de sus manos y besé el dorso de ésta, mientras él me acariciaba el rostro con la otra.

- Solo fui a hacer el desayuno... - Miró hacia la bandeja. - Y hablando de desayunos... Tienes que comer algo...

El castaño sujetó el cuenco con una mano, mientras que con la otra sujetaba una cucharilla llena de cereales y leche y la acercaba a mi boca.

- Es un desayuno un poco pobre, pero no quería dejarte demasiado tiempo solo... - Explicó, dándome una tercera cucharada.

Tragué todo lo que tenía en la boca y hablé.

- No pasa nada, está muy bueno todo. - Le mostré mis hoyuelos en una gran sonrisa.

- También traje un poco de esto... - Hizo una especie de redoble de tambores golpeando el borde de la bandeja con los dedos. - ¡Tachán! - Anunció, ilusionado, levantando dos tazas. - ¡Chocomilk!

- Gracias, Lou... - Dije con fingido agradecimiento. Al ojiazul le encantaba aquella dulce bebida chocolatada, lo que hace que casi siempre huela a cacao, pero yo la detestaba.

Two Ghosts (Larry Stylinson + Ziam Mayne)Where stories live. Discover now