CAPÍTULO 6 : MI ÁNGEL

505 113 1K
                                    


POV HARRY

- Ya estoy. - Anuncié, apoyando la bandeja en la mesa.

- ¡Por fin, hijo! ¡Si fuera por ti me moriría de hambre! - Exclamó mi madre irónicamente. Luego sacó la lengua y me dio un golpecito en el brazo. Los dos nos reímos.

- Perdona mamá, me distraje un poco... - Comenté vagamente.

- Con el chico de la fila... Por cierto, ¿no es el mismo que el de la audición? - Preguntó.

Siempre me ha gustado que mi madre sea lista, me ayudaba con los deberes de mates, con los trabajos de ciencias...

Pero en este preciso instante lo odiaba.

- Sí, el mismo. - Respondí, deseando que dejara el tema.

- ¿Cómo se llamaba? ¿Larry? ¿Logan? - Me interrogó.

- Louis. Se llama Louis. - Contesté.

Al pronunciar su nombre con mis labios noté calor en mis mejillas.

Es increíble todo lo que una palabra de evoca.

Si pienso en Louis, lo que se me viene a la mente es...

¿Qué habrá bajo la blanca camisa que siempre usa?

¿Qué esconderán esos ajustados pantalones?

No. Harry, aparta esos pensamientos impuros de tu mente.

En lo que pienso es...

En sus labios: carnosos y suaves, rojos como cerezas.

También en sus ojos, sé que sería muy romántico decir que son celestes y brillantes como el cielo despejado en un día de verano, pero mentiría.

Sus orbes son como el cielo, sí, pero son como el firmamento nocturno. Los pequeños destellos de sus ojos son mis estrellas, y su azul iris, mi universo.

Podría pasarme toda la vida contando los brillos de sus ojos.

Asimismo en su blanca camisa, y no solo en lo que hay bajo ella. Que vista de color blanco hace que se va como un ángel.

Mi ángel.

- Bonito nombre, ¿no crees? - Comentó mi madre, trayéndome de vuelta a la realidad.

- El mejor. - Musité sin pensar.

Mi madre me miró.

Yo la miré.

Me había escuchado, y una pequeña sonrisa se asomaba en su rostro.

Yo empecé a enrojecer.

Me había pillado.

- Bueno... Emm... Mamá... De-deberíamos comer, se nos va a enfriar. - Conseguí articular.

- Tienes razón. - Asintió.

Agarré la hamburguesa y le pegué un gran bocado.

No me había dado cuenta de lo hambriento que estaba hasta que tuve la comida enfrente.

Fue tal la mordida que le di que todo el ketchup salió disparado, acabando en la mesa y en mi cara.

- Harry, cariño, tienes algo en la cara... - Dijo esto y soltó una gran carcajada. Yo me uní a ella y reímos hasta que nos quedamos sin aire.

Entonces oí una discreta risita.

Una tierna, dulce y risueña risita.

Lo que yo daría por escucharla todos los días...

Two Ghosts (Larry Stylinson + Ziam Mayne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora