Amor de Noches © #1 (Corrigiendo)

CAPITULO 11

Dedicado a Greenyerlys A. 💔

Carla

Rabia... eso es lo que me describe en estos momentos, luego de cortar la llamada con Anthony, no pude evitar sentir rabia.

No puedo creer que sea tan descarado como para llamarme y decirme que me extraña. Un nudo en mi garganta aparece, la vista se me nubla. Y de un instante a otro, me encuentro tendida en la cama, llorando como si no hubiese un mañana.

¿Por qué? Sus súplicas para que regresara habían sido tan reales, tan dolorosas.

Trato de calmarme, sé que fui muy dura al decirle "Solo déjame en paz" y luego colgué, ahora me encuentro como tonta extrañando sus labios, su mirada, cada una de sus bobadas de niño malcriado.

No deseo regresar al departamento, pero tampoco al Hotel. Aunque estoy cómoda aquí, no es mi habitación, no está mi armario, no está mi espejo cuerpo completo, no está mi cama.

-¡No sé qué hacer!- chillo frustrada. Estaba en una habitación de alguien que fue mi amigo, pero ahora, no lo sé.

Me quedé mirando alguna de mis redes sociales, mientras que desviaba cada una de las llamadas que recibía.

Termino quedándome dormida de nuevo.

(•••)

La puerta de la habitación se abre, haciendo que me despierte de golpe. El cabello castaño de Jayden se asoma poco a poco. Al tener la cara dentro yo le sonrío adormilada.

-Bella durmiente, ¿Te desperté?- dice adentrándose completamente a la habitación.

-Hola - digo mientras paso mis manos por el cabello-, tranquilo de igual ya debe ser hora de levantarme.

Jayden asiente sonriente, - Vamos a comer, acabo de llegar y muero de hambre.

Pasa sus manos por su estómago, haciendo que ría de sus tonterías. Me levanto de la cama algo dormida, y salimos de la habitación ambos.

Un silencio inunda nuestro alrededor, no tengo ganas de hablar. Hoy no tengo ganas de hacer nada que no sea estar tendida en mi cama.

-¿Como te fue hoy?- dice Jayden rompiendo el silencio.

-Esto debería preguntarlo yo- le respondo sonriendo-, pero me fue muy bien, luego de desayunar, estuve un rato en el móvil- sonrío bostezando-, al final terminé durmiendome.

Él me sonríe y dice- Pareces oso en invierno, ¿Como puedes dormir tanto?

-¿Quieres que te diga cuál es mi secreto?- le digo frunciendo el ceño- Pues es muy fácil, solo no duermas durante dos días seguidos.

El chico suelta una carcajada bastante fuerte, haciendo que sonría también.

-No puedo con tus ocurrencias- detuvo su caminata-, eres tan jodidamente increíble.

Ay. ¿Qué digo?

Sin poder evitarlo bajo mi cabeza para ocultar el color de mis mejillas, mis palabras se van a lo más profundo de mi garganta.

-N...no pues, eso siempre- digo sonriendo.

-Qué ego, señorita- dice levantando mi mentón con su mano.

Su tacto es caliente, es delicado y suave.

-Vamos pequeña egocéntrica -me toma de la mano y me lleva a rastras a la cocina.

Almorzamos un pasticho con una ensalada César y refresco. Ambos charlamos un poco antes de que se haga tarde y el chico tenga que regresar al trabajo.