CAPITULO 6

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-Venganza parte II-

Aviso, este capítulo contiene escenas +18, si no deseas leerla, avanza hasta que encuentres un pequeño separador (•••). Sin más que decir, sigan con lo suyo.

CARLA

Los besos son muy pocos para lo que deseamos. Anthony comienza a bajar lentamente dejando besos húmedos por alrededor de mi cuello, clavícula, pechos y abdomen.

Recorre con sus manos mi intimidad. Una corriente de sensaciones me motivan a quitarle la camisa y los jeans.

—Si deseas que me detenga — dice Anthony interrumpiendo el beso— dímelo, más adelante no podré.

Sonrío,— Jamás te pediría que te detuvieras, así que cállate y sigue— le toco su intimidad y éste jadea instintivamente.

Él me arrastró hacia la cama, me empujó ligeramente, haciendo que cayera de espaldas y tuviera una mejor vista de su cuerpo.

Me quedo mirando su cuerpo embelesada, todo estaba perfectamente en su sitio.

Sus músculos se tensaron cuando se dirigió a mi como un depredador cuando encuentra a su presa.

Colocó su rodilla en el espacio que dejaban mis piernas, un leve roce de mi intimidad con su rodilla hizo que todo mi cuerpo sintiera severos espasmos.

¿Cómo podía ser tan perfecto y sensual en un momento así?

Sonrío ante mis notables sensaciones y susurró en mi oído.

—¿Qué sucede Hada?— su aliento fresco golpeando mi oído.

Tragué grueso al sentir que se posicionó justo para sentir su bulto en mi abdomen bajo.

Señor, ¿Eres tú?

—¿Te quedaste muda?— preguntó divertido.

Negué con la cabeza, tomé su rostro y estampé mis labios con los suyos nuevamente.

Su mano acariciaba todo mi cuerpo y apretaba en los lugares justos para hacerme sentir mucho más segura de que lo que estaba haciendo era correctamente incorrecto.

—Anthony, deja ya de torturar— dije en un suspiro de anhelo.

Necesitaba que estuviera más cerca, lo necesito más cerca.

—Sus deseos son órdenes— dice sonriendo perversamente.

Él bajo mi ropa interior, dejándome expuesta.

—Eres perfecta— dijo en un susurro embobado.

Buscó en el bolsillo de su pantalón algo que me imaginé que era un preservativo.

—Sin gorrito, no hay fiesta— dije divertida, viendo cómo se lo colocaba.

—Pervertida— dijo dedicándome una mirada acusadora.

—Te encanta— respondí encogiendome de hombros.

Él caminó hacia la orilla de la cama, y se arrastró hasta quedar encima de mí.

Amor de Noches © #1 (Corrigiendo)Where stories live. Discover now