|| 𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟸𝟹 ||

1.9K 256 197
                                    

|| Fuiste un verdadero amigo, ¿sabes por qué lo sé? Porque eres capaz de tocar mi corazón aunque ya no estés ||

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

|| Fuiste un verdadero amigo, ¿sabes por qué lo sé? Porque eres capaz de tocar mi corazón aunque ya no estés ||


Era de mediodía, sus cabellos azabaches danzaban con ferocidad en el aire por los movimientos bruscos y rápidos del sujeto quien maldijo en voz alta

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Era de mediodía, sus cabellos azabaches danzaban con ferocidad en el aire por los movimientos bruscos y rápidos del sujeto quien maldijo en voz alta. Saltó aquel tronco caído dando una voltereta al caer para seguir corriendo teniendo detrás suyo a tres demonios salvajes persiguiendolo con las ansias de poder comerlo, bufó molesto por ello y continuo con su trabajo. Su arma se encontraba colgando de su espalda ya que no tuvo tiempo para poder acomodarla de otra forma, se encontraba sin munición y tenía un plan para deshacerse de las molestias, hasta que sus ojos grisáceos se encontraron con una figura humana.

En un alto árbol, un joven de mirada vacía mató con su arma a los tres demonios en un instante.

—Te quedaste sin balas —. Afirmó sin preguntar bajando del árbol aquel albino. —¿No te dijeron que dejaras de salir a casar sin un grupo?

—¿Y eso qué? —. Gruñó viendo a los demonios muertos. —¿Qué haces aquí? 

—Procurar que no mueras —. Le dijo fríamente. 

—Tenía un plan —. Le dijo para suspirar y dejar de fruncir el ceño arreglando su cabello. —Esos eran los últimos, la zona se limpiará en una semana, los cuerpos se harán uno con la tierra —. Informó el azabache caminando con tranquilidad en dirección a la base.

—Bien —. Suspiró el de mirada vacía. —Ray —. Llamó. —Feliz cumpleaños.

—No jodas —. Le dijo sin mirarlo, pero sonrió levemente. —Gracias.

—De nada —. Dijo sin expresión en su rostro.

—¡Apenas lleguemos te mandaré con Emma para que haga algo con tu cara! —. Le exclamó.

—No —. Negó, pero Ray ignoró eso.

Al llegar, fueron recibidos por varios adolescentes y jóvenes adultos, ya no eran niños.

𝐒𝐓𝐈𝐋𝐋𝐇𝐄𝐓; 𝐍𝐨𝐫𝐦𝐚𝐧Where stories live. Discover now