━𝗘𝗥𝗘𝗡 𝗝𝗔𝗘𝗚𝗘𝗥 ፧ ❝𝗬𝗢𝗨𝗥 𝗕𝗢𝗬𝗙𝗥𝗜𝗘𝗡𝗗❞.

―𝑵𝒚𝒂, 𝑵𝒚𝒂~

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Todo tendría un significado.
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🔶Para Eren, colocarte un sobrenombre tierno, tendría un significado detrás de ello.

🔶Siempre tendría un porqué de todo en situaciones menos esperadas.

🔶Y al hacértelo saber, lo haría con su toque tierno e inocente.

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–Hey, princesita.—Llamaba mientras ambos se encontraban encima del pasto, al sentir ligeras brisas quien su vista era clavada en lo que sostenía en sus manos.—¿Sabes por qué eres una princesa para mí?—Preguntaba al tomar pequeñas flores que se encontraban a su alrededor, para llevarlas consigo—Porque por lo que sé, gracias a todas esas lecturas de Armin, las princesas son consideradas de la realeza, son firmes, idealistas, hermosas y fuertes.

–Eren, tú y yo sabemos que no soy de la realeza.—Decías vagamente.

–Lo eres, tontita. Lo eres a partir de ahora.—Sostuvo en ambas manos una corona de flores realizada con improvisación. Se aproximó ligeramente hacia ti, para así, llevar aquella corona con gentileza hacia tu cabeza.—A partir de ahora, eres mi princesa, la única princesa que amaré.

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–¿Tienes sueño?—Preguntaba mientras te abrazaba en la misma cama compartida.—Que linda eres, tienes tantas energías para molestarme, pero en la noche caes como un lindo gatito.—Con gentileza, colocaba la yema de sus dedos en tu rostro, para así, recorrer hasta la comisura de tus labios para visualizarlos detalladamente.—¿Sabes porqué te llamo "bebé"? Porque tu rostro es tan tierno, pequeño y suave como la de un tierno y gentil bebé.—Susurró al tomar de tu barbilla, y en un pequeño impulso llegó hacia tus labios haciendo un tacto leve con los suyos.

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–Oye ¿tienes hambre?—Preguntó Inocentemente.

–Aún es muy temprano, Eren.—Decías envolviéndote entre las sábanas.

–Vamos, lindo gatito. Levántate, que tienes cosas que hacer.—Sus labios hacían tacto en tu rostro, provocando caminos largos y duraderos de besos recorriendo por cada esquina.—Nya, Nya~ Levántate, o el león te comerá.—Con agilidad quitó las sábanas que te envolvían por completo, mientras tanto, su aprovechamiento de la situación, logró en tomarte del cuerpo para llevarte por los pasillos de la casa cargada.—¿Sabes por qué te digo lindo gatito? Porque tu pereza para ser como uno de ellos.

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–Cielo, ¿ya viste lo hermosa que te miras aquí?—Mostraba su fondo de pantalla en donde eras tú la que se encontraba ahí mismo.

–¡Eren! Deja de tomarme fotos estando desprevenida.

–¿Por qué?—Preguntaba haciendo un puchero.