Capitulo 16

6.5K 705 63
                                    

Entre tropiezos y suspiros ingresaron a una lujosa residencia ubicada en el centro de Seúl. La habitación estaba oscura, pero se vislumbraba una gran sala de estar que reflejaba gran parte de la ciudad en sus grandes ventanales. Jimin había sido acorralado en la puerta de entrada, Jeongguk había juntado sus frentes mientras trataba de regularizar su agitada respiración. Las cosquillas en su vientre bajo y su gran ereccion no ayudaban a calmarlo, había esperado durante tanto tiempo aquel momento que a pesar de estarlo viviendo lúcido seguía experimentando desesperación. Estaba enamorado de Jimin.

-¿Que ocurre?- Pregunto tomando ambas mejillas del menor que se había perdido en sus pensamientos

Jeongguk se apoyo en el toque y besó una de las pequeñas y adorables manos de su amado.

-Solo...

Definitivamente no estaba listo para confesarle a Jimin que lo amaba, sus sentimientos no se habían desvanecido con el pasar del tiempo y en los últimos días se habían intensificado. Necesitaba de Jimin, y tal vez estuviera obsesionado pero estar alejado siete años de la persona que amas era tiempo suficiente para anhelar y desear tanto algo o alguien.

-Dime.- Susurro en sus labios preso del pánico a que Jeongguk quisiera huir nuevamente o alojase emociones de arrepentimiento.

-Estoy enamorado de ti.- Las palabras habían salido rápidamente, no había vuelta atrás y si no era correspondido, se conformaba con pasar una última noche en brazos de Park Jimin.- Estoy enamorado Jimin, no sabes cuanto trate de que los sentimientos desaparecieran o simplemente fueran enterrados para revivirlos un par de veces pero no fue así.- Comento mientras observaba los pequeños ojitos del chico frente a el.- Entiendo si no sientes lo mismo, pero necesitabas saberlo.

El silencio de Jimin sepultaba el corazón de Jeongguk, pero los brazos del más bajito alrededor de su cuello le daban una leve esperanza. Un pequeño destello de luz, de que las cosas podrían salir bien.

-Me resigne con la idea de que jamás volverías, mucho menos por mi.- Susurro mirando sus labios.- Pero aquí estás, yo estoy aquí.- Murmuro mirando fijamente los ojitos de bambi frente a el.- Y eso es más que suficiente.

Jimin se acerco para besar con ternura la boca del mas alto. Quería volver a estar en sus brazos de la forma más genuina, quería sentirse amado y sabía que Jeongguk era esa persona, su persona. A base de tropiezos y hambrientos besos, el más alto los dirigió a la habitación principal de la residencia. La enorme cama estaba situada al lado de un enorme ventanal que dejaba a vista de ambos amantes una hermosa y cálida noche. Con delicadeza y lentitud, Jeongguk comenzó a sacar las prendas del pequeño frente a el. Los apasionados besos que compartía con Jimin dificultaban su trabajo. El castaño por otro lado comenzaba a sentirse abrumado por las sensaciones que causaba Jeongguk en el, a duras penas había logrado desabrochar la camisa a cuadros y con pequeños temblores había sacado la hebilla del cinturón, ayudando a Jeongguk a sacar sus pantalones para quedar solo en bóxers.

-Hmm...

Jimin agradecía mentalmente que Jeongguk se lo hubiera llevado de la casa de Taehyung, sus gemidos eran cada vez más audibles y ¿como no? Jeongguk sabía dónde tocarlo con precisión para hacerlo perder la cabeza. Sabía que quedaría un enorme moretón en su cuello pero no le importaba en lo absoluto, no cuando Jeongguk lo chupaba con avidez a la par que masajeaba sus glúteos.

-Te deseo tanto.- Susurro en su oreja mientras dejaba un suave mordisco que hizo suspirar al más pequeño

-Yo lo hago aún más.- Respondió entre jadeos cuando fue alzado por el chico para depositarlo en la cama.

Suaves mordiscos en sus pezones no se hicieron esperar al igual que las pequeñas manos de Jimin en el cabello de Jeongguk. Su respiración era errática, y cuando Jeongguk deslizo su mano sobre su erecto miembro se sintió desfallecer. El más alto subía y bajaba dando masajes al miembro de Jimin mientras jugaba con los dulces pezones de este. Su otra mano consiguió llegar a la apretada entrada de su amado, que con un poco de saliva al no contar con lubricante se hizo fácil la intromisión de uno de sus dedos.

Belong to you | KOOKMINWhere stories live. Discover now