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Cassy observó el lugar en donde se encontraba

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Cassy observó el lugar en donde se encontraba. Era un gran salón de un color blanco y bastante luminoso, bastante para sus ojos. En un trono igual que todo el lugar, había un hombre de unos 40 años bastante guapo de cabello castaño y ojos azules potentes, unos escalones debajo había un hombre de unos 20 o por ahí con un traje blanco pero partes de su pecho descubierto, guapo y con unas enormes alas del mismo color que todo el lugar. 

-No tiene nada de malo el poder, los débiles son quienes no lo pueden portar, son los débiles quienes deben adorarlo.- dijo el hombre más joven, aunque se refería más a el que al hombre en el altar.

-¿Acaso te estas escuchando Luzbell? Los seres humanos no están para adorarnos, nosotros les mostramos el porque vivir.

-Pero vi el futuro. Abra muerte entre ellos, enfermedades, sangre y caos entre ellos, son solo débiles que no saben que hacer con el poco poder que tienen... Si no le muestra quien es usted en verdad, dejaran de adorarlo.- dijo el joven.

-Dime Luzbell, ¿Acaso yo los cree para que me adoraran?- pregunto Dios pero no dejo que respondiera.- Yo los cree para que pudieran vivir felices y como a mi me gustaría vivir, los cree para ser como yo. 

-¡Pero usted tiene el poder mi señor! 

-El hombre expresa que es una criatura racional, dotada de inteligencia, voluntad y libertad. El hombre está dotado de la capacidad de conocerse y de transcenderse para entrar en relación.

-¡Tu no eres digno de ese poder! ¡Ese poder no es tuyo! ¡YO SOY DIGNO!- grito Luzbell.

-Me entere de lo que provocaste en el jardín, ¿Acaso no recuerdas? Ese jardín está hecho con mi poder.... Me temo que se te serán retenido tus poderes y serás enviado a la tierra o algún otro planeta.

-¿Un castigo?- pregunto burlón, su risa era de un típico psicópata.- ¡Yo seré quien le enseñe a tus humanos el arte de reinar! Yo seré quien les mostraré como matarse, el fuego, sangre, bombas y armas, yo seré quien los gobiernes.

-Si es así como deseas imaginarte, pero no olvides, es malo desear.

-¿Acaso no has aprendido nada? Yo soy el mal, yo soy la sombra, soy la oscuridad, soy la muerte.- al terminar de decir aquellos, tres ángeles lo agarraron y el forcejo pero no consiguió nada, a unos pasos se encontraba Cassy quien observaba todo.

Pero de pronto los papeles fueron intercambiados. Ella estaba siendo agarrada y su padre la miraba.

-¿Enserio creíste que podrías contra mí?- eso fue lo último que escucho antes de que Dios lanzará un potente rayo dorado hacia ella. Sentía como si estuviera ardiendo pero no sentía dolor alguno, solo sentía como si tuviera un poco de calor pero nada más.

Cuando salieron de aquel lugar. Padre y hija lanzaron su poder, escarlata contra negro, energía contra polvo. Ambos salieron volando. Nuevamente aquel calor sintió Cass y cuando abrió los ojos se sintió como nueva.

Alzo la vista hacia su padre quien la miraba sorprendido, en aquel entonces le gustaría hacer un hechizo para sentir las emociones de su padre pero debía ser rápida. Alzó ambas manos y varias esferas de energía fueron contra el, al igual que ella.

Volaba con rapidez y intensidad, lo único que la detuvo fue cuando Vorpal atravesó la especie de corazón que tenía el demonio, un grito salió de sus labios y un líquido espeso color negro también salía de su cuerpo. Cassiopeia puso ambas manos de ella en el pecho de Satán y sin sacar la espada, la energía escarlata salió de su cuerpo y entró al de su padre.

Su poder viajo por cada parte dentro del cuerpo de aquel demonio, no hubo lugar que se salvará y cuando estaba completo. La energía escarlata empezó a volver donde pertenecía pero no era lo único, una energía color negra también estaba siendo introducida en ella.

Los ojos de Cassiopeia era de un rojo escarlata intenso, luego de entrar en la mente de su padre, la pupila pasó a ser un dorado y luego de absorber los poderes del demonio, el iris pasó a ser de un negro. Una combinación poderosa y peligrosa. La palma de la mano de Cassy había una energía escarlata y por sus dedos también lo recorría, con sus ojos de aquel color chasquido sus dedos y el cuerpo de Satán se empezó a iluminar hasta que explotó.

En vez de un cuerpo, hubo pequeñas cenizas las cuales Cass las puso en una esfera y de la mano izquierda apareció un fuego color dorado y las quemo hasta que se consumió en nada. Lo había logrado.

Con tanta gracias aterrizó, alguna que otra casa se estaba quemando pero enseguida una pequeña ola estampó con aquellas casas y el fuego se apago. Ahí estaba Harry y Rhysand quienes le sonreían orgullosos, ella también los sonreía. A lo lejos se escuchaban aplausos y gritos pero los tres lo ignoraron y se abrazaron.

-¡Lo lograste! ¡Lo lograste!- exclamaba Harry mientras hacía raros pasos de baile.- ¡Eso fue emocionante! Debes enseñármelo plisss.- el chico seguía estando alegre, todos estarían alegres luego de acabar con el demonio. Hasta que el elemental estampó sus labios con los de la bruja.

-Vaya.... Eso fue wow.- dijo Cassiopeia luego de aquel beso de la nada, con un revoltijo el su estómago, beso ahora ella al castaño, era un beso algo lento pero a la vez intenso, como si sus labios estuvieran escarbando a los del otro.

-Okey, okey, okey. No se besen delante de los pobres.- decía burlón Azriel y ambos se separaron algo avergonzados, se habían olvidado de toda aquella gente.- Además Blight, no te di permiso para besar a mi hermana.

Cassy golpeó de manera juguetona el hombro de su hermano y lo abrazo, lo abrazo como si no lo hubiera visto hace miles de años.

-Cuando sentí aquel dolor, temí que te hubiera pasado y más cuando el habló sobre tu muerte.

-Eso ya no importa mi ojitos tricolor.- dijo Sandy mientras acariciaba su mejilla y dejaba un mechón de aquel hermoso cabello castaño oscuro rojizo algo ondulado detrás de su oreja.- Solo fue que me golpeó la cabeza, nada grave, te lo prometo.

-Te creo.- sonrió Cassy y abrazo a su hermano una vez más.- ¿Qué esperas Harry? Eres parte de esta familia.

Con una enorme sonrisa, el nombrado de acercó a los mellizos y los abrazo.

-Con cuidado donde pones tus manos Blight.- le advirtió y Cass sonrió divertida, amaba los momentos con su familia y ya deseaba ver como estaba Sam junto a su manada, enserio esperaba que no le hubiera pasado nada grave.

-Creo que es momento de irnos.- hablo Cassiopeia al notar que aquellas personas ya estaban sacando fotos, grabando y deseaban acercarse a sus héroes.

-Concuerdo contigo.

-¡Ahora somos superhéroes!- exclamó emocionado y con una gran sonrisa Harry antes de atravesar el portal y volver a su hogar el cual se encontraba tal como lo habían dejado antes de la última batalla.

𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑𝐎𝐔𝐒 | 𝐣. 𝐇𝐚𝐥𝐞Where stories live. Discover now