Dos hermanos se mudan a Forks para tener un nuevo futuro como lo hacen siempre, ambos están acostumbrados a viajar por el mundo y empezar de nuevo.
Pero hay profundos secretos. Los cuales la familia Cullen descubrirá, en especial Jasper Hale y Alic...
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Al día siguiente los mellizos decidieron ir a sentarse con su otro grupo de amigos ya que debían estar alerta, como dijo su padre, el siempre sabe todo. Pero se llevaron la sorpresa de que Harry Blight había terminado yendo igual colegio.
-¿Qué haces aquí? Te dijimos que te quedaras en tu casa.- gruño la bruja.
-Además, ¿Cómo rayos estas aquí? Pusimos hechizos.
-Si, bueno.- dijo nervioso y se rascó la nuca.- Digamos que hice aquella pasta rara y asquerosa que sale en uno de los libros de Azriel que tiene en su dormitorio.
-Te dije que sacaras ese tipo de libros, sabes como es Harry.
-¡Lo siento, esta bien! Es solo que deseaba ayudarlos, no podía quedarme en casa encerrado cuando ustedes luchan contra el rey de los demonios.- se quejo el elemental.
-Más te vale quedarte a nuestro lado en todo momento.
-Y si te decimos que te largues y salves tu vida, debes hacerlo.
-Pero...
-Si no lo haces te mandaré a Rusia y te dejaré rodeados de hechizos y guardias quienes no dudaran en atacarte si deseas escapar.
-¡Esta bien, esta bien!
Las horas que pasaron no se separaron del chico Blight, ambos mellizos sentían que era un cachorrito al cual deben cuidar. Su padre era el tipo de que prefería irse por las malas que por lo fácil y aburrido, el siempre quería atacar y ver caer sangre, los hermanos sabían que además de proteger a cada uno de esos tontos humanos deben sacar a su padre y regresarlo al infierno, ¿Pero como combates con el rey de los demonios?
Ya para la hora del almuerzo se sentaron en aquella mesa con el resto del grupo aunque estuvo algo tenso ya que además se encontraba Mike quien hacía lo posible para evadir las miradas de los mellizos y del chico Blight, el cual ahora no se dejaba pisotear por bravucones ni por nadie.
-Sí, vi algo en el bosque.- insistía Angela, causando risas en los chicos.
-Claro, amor.- dijo Eric con diversión sosteniendo su mano.- Te creo.
-No es cierto, quiere acostarse contigo.- bromeaba Jessica comiendo de su ensalada.
Los mellizos y el elemental sabían que Angela decía la verdad, ella había visto a un metamorfo pero no iban a decir nada.
-Ni lo sueñes.- soltó Angela.- Era negro azabache y enorme. En cuatro patas, era más alto que una persona. ¿Un oso tal vez?
Cassiopeia pudo deducir que Angela había visto a Sam Uley en su forma de lobo, la bruja le iba a dar un golpe por estar acercándose y dejándose ver ante los humanos.
-O un extraterrestre, suerte que no te rapto.- bromeo el chico Newton.
