Así que ruedo los ojos.
—Muy bien— empieza a decir Claudia recargandose en la mesa— ¿Y como va tu primer día aquí, Rayla?
—Bien, supongo— le respondo, aunque la imagen de aquel chico no se va de mis pensamientos.
—Mmm. Bueno, creo que eso esta bien, ¿no?— dice Claudia.
—Y...— empieza a decir Soren— ¿Te vas a apuntar a algún deporte aquí en la escuela, elfa?
Ignoro la última palabra.
—Pienso hacerlo, así podré aplastarte.
—Ya quisieras.
—Ya lo verás.
—¿Y cómo terminaste aquí, en Katolis?— me pregunta Claudia queriendo terminar un poco con la tensión entre nosotros dos.
—Mi padre quería empezar desde cero.
—¿Tu padre?— pregunta Soren.
—Bueno, no es mi padre biológico, es como mi tutor. El quería empezar de nuevo, y a mi realmente me agradó la idea.
—¿Empezar de nuevo? ¿Por qué?— me pregunta Soren de nuevo.
Yo me veo obligada a quedarme callada.
—No, por nada. Pues... el matrimonio— miento lo más rápido que puedo.
—Entonces, tú no tienes madre...— dice Soren.
—Soren, cállate— le murmura Claudia.
—No, no se preocupen. Tiene razón.
—Perdón si te hicimos sentir incómoda, ¡¿verdad, Soren?!— dice Claudia en un tono bastante alto— Además, mira el lado bueno, los tres no tenemos madre.
—¿Ah, no?
—Bueno, nosotros si tenemos, solo que no esta con nosotros— me aclara Claudia.
Los tres empezamos a reír por lo bajo, sin llamar la atención. No es un buen momento para reír, y menos por el tema tocado, claro está. Pero la verdad, pienso para mi misma, ambos son demasiado agradables.
Por un instante, algo me molesta muy de repente. Un pensamiento ¿lúgubre? Me distraigo un momento con mis propias ideas.
Bufanda roja.
Entonces lo veo. Logro ver por el rabillo del ojo una bufanda roja carmín. Llama mi atención al instante haciéndome voltear.
Ahí estaba, el chico del puente. Se que es algo muy tonto reconocerlo con ese sobrenombre. Pero hay está, frente a mi, aunque estoy 100% segura de que no me notará.
Esta acompañado con otros chicos. Hay humanos y elfos de cielo entre ellos, que charlan, ríen y pasan orgullosos por entre las mesas. El castaño no dice nada, solo tiene su mirada fija en su bufanda. Parece no coincidir con el grupo. Es como un punto y aparte entre todos esos chicos.
"Ese no es su mundo", me digo a mi misma.
El chico se sienta con el grupo a unas cuantas mesas de distancia detrás de Claudia y Soren, así que es seguro que podre verlo.
Yo lo sigo observando mientras escucho las risas de Claudia y Soren, que cada vez disminuyen en volumen. Ellos, bueno, Claudia nota que yo ya no estoy riendo con ellos y que tengo mi vista en un punto detrás de ella.
—Rayla... ¿Rayla?— Claudia trata de llamarme, pero aunque la escucho perfectamente no aparto la vista de donde la tengo.
Claudia, como último recurso, me lanza un silbido perfecto y por fin llama por completo mi atención.
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Alguien Para Ti
Teen Fiction[AU Moderno] Dos adolescentes luchan con las heridas emocionales y físicas de su pasado. Juntos, descubren que hasta los momentos más pequeños pueden ser relevantes.
Capítulo 2
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