·My little Peter Pan· [Yoonseok]

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Capítulo anterior:

Suspiró y con su voz aún temblorosa decidió hablar.

-Quiere una familia con dos hijas...

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'Tengo muchos futuros posibles para ti, para nosotros'

Decir que había pasado una noche tranquila y sin preocupaciones en mente era mentir totalmente, puesto que toda dicha madrugada por su cabeza pasaba el "problemita" de los dichosos bebés que quiere tener Hoseok, realmente todo de él estaba tan decidido que le comenzaba a dar miedo, no por Hoseok si no por el fastidioso tema de mentir y sobre todo de tener una familia. Todo a su alrededor le decía que nada de lo que había pasado anteriormente en su niñez hasta la fecha pasaría de igual manera con Hoseok pero habían probabilidades ¿no? Así como no podría pasar algnad nada malo, también podría pasar, tenia muy en cuenta que con Hoseok las cosas eran muy diferentes y este no le haría daño en lo más mínimo, al contrario Hoseok era un ángel en la tierra.

Pero de igual manera el solo pensar en la posibilidad de tener una familia a futuro le provocaba escalofríos, no estaba listo en lo más mínimo más tampoco tenía el coraje para hablar con él menor sobre el tema, porque si ya una vez le vio desanimado y triste entonces no quisiera verlo de tal manera nuevamente, aunque por algún medio o momento el menor sabría la verdad.

Le aterraba, mucho, bastante.

No podría pedir nada más en su vida, en esos momentos se sentía muy feliz sabía que todo cambiaría y ya no sería un niño solitario, que tendría con quien pasarla y contar sus anécdotas, sus travesuras y podría tener un cariño diferente. Corría por toda la casa, explorandola, analizando donde sería su lugar de juegos aunque claramente este sería en su propia habitación, le encantaba la nueva casa, el nuevo lugar.

Su madre a lo lejos observaba a su hijo con una gran sonrisa en su rostro, verlo feliz era lo mejor de que podría haber pasado, lo cuidaría valla que si, aún si no se encontrara su esposo en casa todo el tiempo sabía que no sería como en las típicas familias en las que el hombre trabaja más de lo que debería sin saber nada de su familia. En este caso era distinto, eran una familia y darían lo mejor para no acabarla.

El menor de cabello negro corrió hacia su madre saltando sobre esta y abrazándola con mucho cariño recibiendo un abrazo devueltq por parte de la mayor además de un sueve beso en la mejilla del menor.

Un año después todo cambió.

-¿¡De verdad hay que tenerlo en esta casa!?.-gritaba una mujer con mucho enojo en su voz al punto de casi ponerse roja.