La Espada Y El Mar Plateado

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Un silencio abrumador reinaba, un individuo sentía como su cuerpo estaba sumido en algún líquido, aquella tranquilidad inquebrantable parecía no tener final, sumiendo al extraño en una agonía desesperante, su mente estaba bastante fastidiada al no poder ser libre. Fuera de la esfera cristalina alguien monitoreaba de espaldas al prisionero con múltiples pantallas flotantes siendo lo único que iluminará el lugar dejando al resto en la total oscuridad, de pronto en los monitores saltaron alertas importunado al vigilante de la cámara negra las alertas eran referentes al prisionero de la esfera transparente.

—Veo que la conexión psíquica se quebró, la estasis ya no parece someterlo como antes, sin dudas su mente requiere un estudio más profundo — la voz mecánica replicaba intrigado por la incertidumbre pronto aparecen datos en una pantalla la cual repentinamente apareció frente a su apresado y manteniendo su identidad oculta — pronto la expedición que va a la cima de la torre vendrá y con ellos nuevas oportunidades para esta ciudad oculta.

Las pantallas mostraban las escaleras dónde iban Marloc Bells y el resto, sin saber que eran vigilados.

Los vendajes de Minrietta se empapaban de sangre al ser movida cuando era bajada por el ciervo del hombre, Nadira únicamente tenía ojos para aquel que conoció desde pequeño, le era difícil verlo tan frágil, esa imagen evocaba tragedias del ayer eso la dejaba ver lo débil que era, oprimía con fuerzas sus dientes deseando ser más desalmada, más competente, inmediatamente su mirada fue a dar a Marloc quien iba primero al no temer de lo que se pudiera encontrar, la envidia agobiaba el pecho de la mujer al querer el poder del hombre, no siéndole suficiente manejarlo ya que solía oponerse.

—¿Qué tan abajo está el segundo nivel? — pregunto Marloc al seguir bajando y no ver un final.

—No estamos muy lejos, pero te advierto que allí no será como pensarías al escuchar la palabra laberinto — su indicación inquieto al hombre de rostro desfigurado.

Tras seguir el descenso pudieron ver la luz del segundo piso una impresionante cantidad de estructuras de diferentes tamaños y formas se podían ver, todas ellas reflejaban lo que tenían a su alrededor causando un engaño visual no se podía distinguir las estructuras separadas una de la otra, ni dónde comenzaba el piso y las edificaciones, solo el tono plateado reinaba en este lugar, una pequeña ventana a un paisaje futurista aterrador dónde la percepción se perdía con una facilidad asombrosa.

—¿Qué es este lugar? ¡No puedo identificar nada aquí! — Marloc dudaba de poner un pie sobre la superficie platinada.

—Te lo advertí, es un laberinto un sitio donde uno se perdería fácilmente, una vez llegamos aquí con una armada dada por uno de los grandes anónimos, aquí los perdimos a todos, incluso con la ayuda de Romuld — está noticia no le dio confianza al hombre del talento del reptil.

—¿Realmente puede guiarnos con seguridad por este piso?

Nadira paso de largo a su compañero adentrándose en la marea plateada mostrando que era posible transitar por el lugar.

—Necesitamos que se reponga, iremos al sitio más alto dónde los rayos del sol logran llegar

—¿Existe tal lugar tan improbable? Este es un sitio bajo tierra ¿No? — le cuestiona Marloc aún incomprendido la naturaleza del inhóspito lugar.

—Este sitio alguna vez fue fundada por humanos, aquí buscaron refugio hace cientos de años, en el primer nivel buscaron la protección con sus muros creando una sociedad como en nuestro mundo, secretamente eran usados por los pisos superiores, siendo la base de algo más grande quitándoles las posibilidades, sus años de vida fueron succionados para dar paso a niveles con diferente corriente de tiempo, este sitio cumplió el capricho de su líder de ser una ventana al mañana, un futuro para estar listos contra la amenaza de los anónimos quienes nunca les quitaron la vista de encima — contaba la vivencia tan claramente demostrando su amplia memoria — hicieron cosas horribles en nombre de su supuesta seguridad, carne, sangre y vidas fueron dadas sin medidas — la rabia era notable pero optó por dejarlo a un lado al percatarse que su oyente no le importaba.

Will I Become A Monster?Where stories live. Discover now