El Clan De Las Flores

13. Celo Espontáneo

Desde el incidente Izuku no podía dormir bien, los terrores nocturnos empezaron a aparecer después de tantos años, pero ahora con la diferencia de que no era el incidente de su preadolescencia que se manifestaba en el ofuro lleno de viscosa y espesa sangre donde su padre lo ahorcaba ahogándolo con todo el peso de su intromisión.

Esta vez, la pesadilla se trataba únicamente de él y Shouto que corrían por los pasillos los cuales se volvían tan largos y extraños al punto de parecer jamás tener una salida escuchando el tiroteo afuera, donde la apuñalada de aquel desconocido, no la pudo detener, pero antes de eso Shouto se veía igual de angustiado y justo en el momento menos previsto, el falso guardián aparecía y como esa vez se entrometía con su cuerpo para que no lo dañaran, pero por un motivo extraño Shouto era herido a muerte sin que él pudiera alcanzarle para auxiliarlo porque unos hilos le sujetaban del cuello, los brazos, piernas y torso alejándolo a riesgo de ahorcarse mientras trataba de alcanzarlo desesperado. A veces no lo alcanzaba y otras terminaba muerto, pero había unas muy mínimas en las que llegaba a él.

Esta ocasión era el último escenario, ya que terminó llegando a Shouto viendo que había perdido la vida al desangrarse.

La desesperación, la tristeza y el coraje de no haber podido hacer algo lo inundaba mientras gritaba desesperado por perder a la persona que amaba.

—Nunca serás feliz. —susurraba cerca de su oído la voz de su padre que salía de la nada y el charco de sangre parecía tragarse el cuerpo del alpha.

—¡Espera! —gritaba desesperado sintiendo de nuevo los hilos que lo ahorcaban ahora únicamente del cuello arrastrándolo por el suelo haciendo que el shiromuku se ensuciara de sangre.

—¡Shouto! —suplicaba asustado y al ver como el alpha desaparecía por completo, mientras él entre sus gritos iba pidiendo ayuda o se lamentaba de todo repitiéndose una y otra vez hasta despertar agitado en medio de la noche sintiendo el corazón oprimido y un nudo en la garganta viendo que estaba en la casa de Geten y Shouto dormía en el otro futón a su lado, pero un poco más lejos de sí.

Se pasó la mano sobre el cabello desordenándolo más de lo que ya estaba. Izuku queriendo alejar su terror nocturno, se acercó a Shouto, viendo que el alpha dormía tranquilamente sin tener señales de sangre y su corazón latía para su alivio cuando se recargó en el pecho del mayor.

Se sentía tan dependiente del buen estado de Shouto que empezaba a creer que solo lo quería porque era su escape de las garras de su padre y con el sueño las cosas parecían reafirmarse, pero también estaban todas esas sensaciones de su corazón acelerado que le decían que lo amaba fervientemente, no tanto como a Momo, aunque también se había confundido creyendo que dependía de ella. De una manera u otra Izuku tenía un cariño muy especial por ellos y  sentirse amado, le hacía desear corresponder sin cuestionarse a menos que esto tuviera una consecuencia.

Cerró sus ojos y suspiró.

Era patético, un omega que no podía ser más que eso, se repitió cuando de repente sintió el tacto en su cabello, levantándose de golpe notando que Shouto lo miraba despierto recostado en el futón.