El Clan De Las Flores

2. Los Omegas Del Clan Del Norte

A Shouto no le gustaba la idea de casarse, de hecho, la detestaba, pero a final de cuentas era algo común que los hijos de las familias imperiales se comprometieran entre ellas, ya fuera por intereses comerciales, políticos o militares.

Un ejemplo de ello era Ochako Uraraka omega del clan Oeste con Katsuki Bakugo alpha del clan Este, el compromiso de ambos generaría un gran intercambio comercial que el clan Este necesitaba, donde la seguridad militar se mejoraría con las técnicas de combate impartidas por parte del clan Oeste a los demás soldados del cuerpo de la Alianza. Pues a pesar de que actualmente se hallaba la paz entre clanes y exterior, jamás se debía confiar de  las zonas externas qué, a pesar de no acercarse a ellos de forma hostil desde hace tiempo, podrían ser una amenaza.

Shouto conocía a ambos chicos de su misma edad, Bakugo podría pasar como un lunático porque gritaba tanto como respiraba y el masoquista de Ejirou Kirishima parecía no inquietarse de sus rudas palabras, aunque lo cierto era que la dulce y aparentemente tierna omega Ochako, que más bien era feroz en su comportamiento que rayaba en competitivo chocando constantemente, pero al mismo tiempo contrarrestaba el salvajismo del rubio.

Y es que ella siendo amable, domaba a la bestia de cabellos rubios con amabilidad y paciencia que callaba a su compañero que era grosero y algo mal hablado, pero siempre demostraba cuanto respetaba y admiraba a la omega.

Eran la pareja más rara de omega y alpha vista entre los clanes, pero a final de cuentas ellos se comprendían y animaban a mejorar entre sí mismos, teniendo una buena comunicación que hacía reflexionar al otro.

Los inicios de la pareja se dieron a causa de sus múltiples encuentros por ir a las reuniones de la Alianza junto a sus padres, donde Ochako hablaba hasta por los codos con el pequeño rubio ceñudo que la buscaba callar con gruñidos desde el fondo de su garganta, aunque ella siempre se defendía de sus gritos que poco a poco se fueron transformando en pequeños intercambios de palabras algo altisonantes, seguido de pláticas civilizadas y finalmente tardes de juegos en el jardín del edificio de reuniones de la Alianza.

Iniciaron como conocidos, luego se volvieron amigos y terminaron en una pareja prometida, que no molestaba a ninguno de los dos el acuerdo entre clanes, sino que parecían felices con la poca espera de la concertación del acuerdo nupcial.

De cierta manera Shouto sentía envidia de ellos, pues a pesar de que Ochako le arrastraba a sus juegos, siempre se centraba más en Bakugo y aunque no le molestaba, le hubiera gustado tener una relación así con quién sería su futura pareja. Sin embargo, tampoco tenía buena relación con los otros hijos de las familias imperiales, menos los del Norte y a pesar de conocer a Momo, hija de los Yaoyorozu, tenían una relación árida contraria a la que ella tenía con el hijo de los Midoriya, cuya apariencia jamás llegó a ver solo él, ya que el omega siempre estaba aprendiendo en casa por presión familiar y social al ser hijo único de la primera familia imperial, donde según Momo —le comentó “humildemente”, solo que parecía más una presunción— el hecho de que ambos se casarían en el futuro por acuerdo entre familias, pero ahora él se casaría con Midoriya.