05. MALDITO LOCO

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La entrevista de trabajo más rara que me habían hecho en la vida y era para nada más que ser recepcionista de un hotel, chamo, que locura.

Que si prefería la pasta o el arroz, que con qué fruta me identificaba, que tal. Fue una experiencia estrambótica, pero qué puedo decir, no fue tampoco muy distinta a cuando me pusieron a trabajar en los chinos, aunque en ese momento no me hicieron preguntas sino que no esperara mucha plata.

Así que sí, tal vez porque estaban desesperados por tener otro empleado, el tipo en recepción que estaba ahí tenía otro puesto, por lo que se sintió feliz de tener que salirse de ahí, lo que me asustó al principio, porque si era así, quien sabe qué dolores de culo me iba a dar esa mierda ya de por sí. Lo bueno es, que ahora tenía trabajo, lo que significaba que podía hacer plata.

Por los momentos, estuve quedándome en una habitación para empleados que tenía el hotel cerca de la recepción, debido a que tenía un turno completo, me imagino que por eso es que el otro tipito estaba tan arrecho de ser recepcionista pudiendo ser, qué se yo, cualquier otra mierda que sea porque sé que se la pasa por los pasillos pero no sé muy bien de qué. Ahorita es un manager o algo, que vaina.

Bueno, ese no era mi peo, ya muchos tenía con estar en Corea del Sur yo solita.

No me importaba mucho el horario, tenía una cama, un trabajo y poca vida social, pero no es algo de lo que debería alarmarme porque la única diferencia es que aquí no se hablaba español, era exactamente la misma verga allá en Venezuela.

Claro que mínimo allá estaban mis papás y Freya, ahorita no tengo sino el grupo por el que hablan de vez en cuando nada más para pasar fotos de lo que hacen, mi papá tirándole los perros a la mamá de Freya, luego andarse con huevonadas de gente casada, Freya quejándose de mí y yo diciéndole "maldita becerra más bruta que el coño"

Una familia feliz.

Así, se cumplieron dos semanas en Seul. Estaba sobreviviendo con trescientos dólares que Freya me mandó al segundo día y honestamente, me salía más barato comprar cosas por aquí en el centro o con domicilio, que comer cosas del restaurante del hotel o hacer algo yo misma.

Tampoco es que tenga dónde hacer algo yo misma, tan estúpida.

Así que hoy, veintidós de enero, todavía seguía pelando bolas, lamentando mi existencia, pensando en lo salada que puedo ser por estar pasando esta clase de cosas, pero mínimo había solucionado.

Era una lastima que no había podido escribirle al catire papirruqui que me tenía loquita recordando las míseras interacciones que hemos tenido cuando recién llegué, uf, tremendas expectativas, que me dijera hasta luego y me consiguiera este lugar, más bello.

Aunque bueno, viéndolo de otra forma, yo habría muerto el día que llegué porque no habría podido pensar en un coño e' la madre, y él me solucionó la vida como pudo.

Pues para eso es que sirven los hombres, si no eso pa' qué.

Ya no hacen hombres así.

Me pregunto si el catire pensará todavía en mí y en por qué no le habré escrito o nel, capaz soy muy egocéntrica como para pensar que en una hora me volví completamente inolvidable para un tipito famoso que seguro ha visto a otras chamitas igual de bellas que yo.

Yo medio gafa también.

Pero es que claro, ni cómo escribirle, necesitaba Kakao Talk porque ese era el WhatsApp de los coreanos, y para eso necesitaba un número coreano que no tenía, porque sorpresa, todavía tenía el chip Digitel, que vaina.

Ah, el catire...

Bueno.

Hoy era un día normal como cualquier otro. No hacía nada, mi trabajo era estar sentada en la recepción esperando a que alguien llamara por alguna mierda de pedirme que les ordene comida, que si toallas, que si invitados, que sí tal, lo que pasaba muy poco, para ser honesta. También los registraba en la computadora que había allí, revisaba quienes tenían que irse ese día o quienes llegaban ese día por las reservaciones, quienes llegaban de imprevisto buscando una habitación y todos los empleados que tenían que comunicar que cuartos estaban ya ordenados para tenerlos libres. Una locura que tuve que aprenderme en un momentico cuando me contrataron, que no les importó de donde venía, si sabía algo o si un coño, mientras hablara coreano a toditos les sabía a culo.

EL JALABOLAS DE JIMIN, park jiminHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin