4 días que han sido perfectos. Sexo, comunicación y plenitud. 4 días llenos de amor, días que me han enseñado que con Emily puedo hacerlo todo, desde ver una serie absurda,  confesarle mis miedos y dolores, contarle todo aquello que hice mientras no estaba con ella, cocinar y quemar la comida, cocinar y tener sexo en el proceso. No hay lugar en este departamento donde no hayamos tenido un orgasmo. Es tan intenso lo que ella y yo tenemos que es imposible controlarnos. 

Aún es temprano y le propongo a Emily salir. Siento que nos estamos escondiendo y no deberíamos hacerlo. Ya no más.

Emily está un pongo indecisa sobre la idea, sin embargo, accede a ir al cine y luego a cenar. Me visto con un jean claro, botas negras con taco, una blusa blanca y un saco negro. Emily con un jean negro, zapatillas, una blusa gris y un blazer largo. Se ve tan sexy.

Caminamos en dirección al centro comercial, tomadas de la mano y conversando sobre los pendientes que tenemos. Ambas hemos renunciado a nuestros trabajos y tenemos que esperar a los respectivos pagos por ley, liquidación, seguro, esas cosas legales que tienen su tiempo y proceso. Por más que queramos irnos de una vez, tenemos que esperar. También cuentas de ahorros. Ella tenía una con su ex, aún la tiene... no puede retirar el dinero sin ella y por el momento es muy complicado que se vean. Por mi parte, también tengo una casa con Ricardo. La habíamos comprado entre los dos y ahora no sé qué haremos con ella, si la vendemos o él me compra lo que me corresponde.

Responsabilidades de adulto que nos mantienen en esta ciudad.

-Es algo estresante, pensar en todo eso - dice Emily mientras compra las entradas a una película animada.

Podemos ser muy adultas para huir y casarnos, pero no lo suficiente como para dejar de ver películas animadas. 

- Teníamos vida antes de fugarnos y ahora tenemos que re acomodarnos. No me molesta porque es para nuestro futuro - le digo y la beso.

Escucho a una señora decir "jesucristo, cómo pueden hacer eso frente a los niños". No hace que la deje de besar, incluso la acerco un poco más a mi. Eso sí, sin llegar a ser inapropiado. Emily me muerde el labio antes de separarse de mí y me sonríe.

-A Jesucristo no le gusta esto - me bromea - Arderemos en el infierno juntas

-Exacto, será juntas - le respondo.

La función empieza en 30 minutos, por lo que hacemos tiempo vagando por las tiendas. Solo viendo por fuera para no estar paradas esperando. Todo se siente muy tranquilo y correcto, hasta que escucho de Ricardo detrás de mi.

No quiero voltear a verlo, pero tampoco puedo ignorarlo.

Giro y lo veo acercándose. Tiene una sonrisa pequeña que es opacada por sus ojeras y ojos inflamados. Puedo sentir su dolor con solo verlo.

-Hola, pensé que te habías ido de la ciudad. Intenté llamarte y tu teléfono sonaba apagado - habla conmigo y evita con todas su fuerzas ver a Emily. Ella me presiona la mano fuerte y se aleja un poco para darnos privacidad.

Ella entiende lo doloroso que debe de ser para él verme, y aún más, ver que estoy con ella.

-Lo siento - es lo único que le digo y bajo la mirada. Veo los botones de su camisa y me concentro en los hilos que pasan entre estos.

-Hiciste lo que tenías que hacer- responde con la voz rota - tenemos asuntos pendientes, lo de la casa ¿qué quieres hacer?

-Lo que tu decidas estará bien - le digo 

Ricardo intenta conversar de manera neutra para no mostrar lo que siente y fracasa. Puedo sentir su dolor, su pérdida, su soledad, todo lo que yo causé en él y no lo merecía.  Acordamos en vender la casa, le daré una carta poder para que haga los trámites y no necesite verme. Será lo mejor. Él parece estar bien con eso, así que estará bien para mi que haga lo que tenga que hacer para acabar con esto y no volver a vernos.

-Clara, tal vez pienses que no quiero volver a verte, pero si lo deseo - me dice y toma mi rostro - odio cuando no miras a alguien a los ojos cuando te habla. Fuimos amigos antes y me gustaría ser tu amigo después, no quiero dejar de saber de ti. Siempre tendrás un amigo en mi, espero que puedas entenderlo. No te odio, jamás podría odiarte cuando te amo demasiado 

Sus palabras son alivio y al mismo tiempo tortura. Me siento mal por hacerle esto. Lo abrazo con fuerza y empiezo a llorar, no lo puedo controlar. Él me abraza fuerte e intenta calmarme, demoro unos minutos antes de separarme y aguantar las lágrimas. 

-Ve a ser feliz - me dice

-Gracias por todo, por tu amistad, por tu compañía y por tu amor. Encontrarás a alguien que te corresponda y serás muy feliz - le digo antes de que se vaya. Ricardo camina y se aleja de mi, siento que un peso se va. 

No lo amaba lo suficiente como para casarme con él, pero si como un amigo y compañero. Me había hecho la idea de que eso era suficiente, el casarte con tu mejor amigo aunque falte amor. No lo es.

Emily se acerca a mi y me abraza suavemente. Su abrazo es dulce y tierno, y hace que me sienta mejor. Sé que para ella tampoco es fácil que yo haya estado a punto de casarme con Ricardo y que sufra por él, pero entiende mis sentimientos y por eso la amo tanto.


Solo diré que aún te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora