Veneno de Basilisco

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Bueno... creo que mucha gente esperaba ésto. Disculpen la tardanza, no pude actualizar antes. Un saludo y disfruten de la lectura :)



—¿Estás bien? —le preguntó Harry a Hermione, acariciando la mejilla que Ginny le había abofeteado,

—Sí…, no te preocupes —respondió ella apesadumbrada por lo ocurrido— pero creo que es mejor que vayas tras ella Harry, es tu novia, anda…, ve a buscarla, no dejes que lo vuestro termine de esta manera,

—¿segura?,

—Sí, segura, hazme caso, es tú chica…, no la dejes escapar —Harry asintió y salió de la habitación a toda prisa en busca de Ginny.

Sin embargo ya no había ni rastro de ella, todo había sido demasiado rápido, demasiado repentino, le había costado reaccionar, él sabía perfectamente que tarde o temprano tendría que hablar con ella, y sabía que cuando llegara el momento, sería un trago amargo y doloroso por el que tendría que pasar, pero Harry pensaba explicárselo todo, pensaba decirle que tan solo había sido un desliz, ellos ni siquiera estaban juntos cuando él y Hermione se habían acostado, solo había pasado una vez, solo había sido un paréntesis en el tiempo, un deseo cumplido, algo que no tenía que haber trascendido.

Pero lo importante era aclarar las cosas con su novia, él la quería, la amaba, había comprendido que Ginny se convertiría en su esposa y en la madre de sus hijos, estaba seguro de ello y no albergaba ninguna duda, pensaba dejarla terminar sus estudios y después pedir su mano a su padre. Nunca pensó que Hermione quedaría embarazada de aquel único encuentro que habían tenido, no quería pensar que había tenido mala suerte, James era su hijo, su primer hijo, y se lo iba a dar Hermione, su mejor amiga, ya le había cogido cariño al pequeño, definitivamente la mala suerte no cabía entre sus pensamientos, simplemente, tenía que haber hablado antes con ella y quizá, solo quizá lo hubiera entendido.

No quería perderla por nada del mundo, menos después de haberse dado un tiempo de descanso para reflexionar, a ambos les había servido para darse cuenta de lo mucho que se necesitaban, de lo mucho que se extrañaban y de lo bien que se sentían cuando estaban en la compañía del otro, Harry presentía que Ginny era su pareja ideal, la mujer con la que quería envejecer, y ahora ella había descubierto de la peor forma, que iba a tener un hijo de Hermione, y no quería saber nada de ninguno de los dos.

Tenía que encontrarla y tratar de hablar con ella, tenía que hacer que razonara, que le escuchara, tendría que entender la situación, sería muy duro para ella, pero tenía que entender que no lo habían planeado, y el niño no tenía la culpa.

Harry deseaba con todas sus fuerzas encontrarla y poder arreglar las cosas, él quería decirle que la amaba y que estaba dispuesto a comprometerse con ella, tenía que explicarle que no tenía nada con Hermione, que había decidido hacerse cargo de su hijo pero nada más, solo la quería a ella, pero tenía que comprender que iba a tener un hijo y que era un acontecimiento de suma importancia, el más importante de su vida.

Después de hora y media buscándola por todas partes, finalmente se dio por vencido, no sabía hacia dónde había ido, y si se le ocurría presentarse en la madriguera, lo más seguro es que le montara un escándalo allí mismo, lo mejor era esperar a que se calmaran un poco los ánimos, dejaría pasar un día o dos e iría a buscarla, la dejaría desahogarse y escucharía paciente todo lo que ella le tuviera que decir, y entonces le contaría toda la verdad, ya no le ocultaría nada nunca más.

Por terrible que fuera, él solo esperaba que ella intentara abrir su mente y su corazón una vez más, y que pudiera perdonarles la falta, sabía que iba a ser difícil, y que tenía que esperar a que ella calmara un poco el dolor de su atormentada alma, pero no pensaba darse por vencido, ahora se daba cuenta de cómo lo embargaba la angustia al saber que Ginny podía salir de su vida para siempre.

Enamorarse del enemigoWhere stories live. Discover now