Steven también ha estado raro. El lunes siguiente al ataque se acercó en el colegio a mí, a preguntarme qué había pasado que no fui el viernes al club como prometí que haría. Yo estaba a punto de contestarle, con una excusa porque obviamente no me creería que un caído me había atacado, pero Owen se interpuso entre nosostros dos y le ordenó que se marchara.

Sí, le ordenó. Como si Steven fuera un perro. Y éste último se fue a rastras.

Ha intentado hablar conmigo, pero Owen se pone imposible cuando Steven está cerca. ¿Qué le pasará? Hay veces que juro que me da un poco de miedo. No me gusta que sea tan protector conmigo. Me puedo valer por mí misma. Tal vez no cuando un ser sobrenatural me ataca a muerte, pero sí puedo cuando me tengo que excusar con un chico sobre algo tan simple, ¡joder!

Owen sabe que lo que siento por él. Sabe más de lo que debería saber; entonces, ¿qué le preocupa?

Owen puede ser realmente molesto, bromista y celoso. Y eso hacerme enojar o reír... o ambas cosas al mismo tiempo. Pero lo que hay entre nosotros es más fuerte que todo.

Las chicas en el colegio lo miran babeando en sus ropas, y cuando corren la vista a su lado y me ven, ponen cara de asco. O cara de «¿quién es ella?». Sí, el chico es demasiado bueno para mí, ¿cierto? Debo decir que me molesta, y que mi autoestima se ve algo afectado por aquellas miradas atónitas. No soy de hierro, las palabras pueden doler, después decides si importan o no.

El colegio es lo mismo: pruebas, trabajos, notas. Estoy bien en eso. Owen me distrae algo, pero no lo suficiente estando en clase.

Carla es la misma idiota de siempre. Agrandada, presumida, y ahora orgullosa de sus recientes tetas operadas. Sin ofender, ella luce como un sapo. Un sapo que está a punto de estallar. Un sapo de silicona.

Sin embargo, ya no se ríen tanto de sus chistes hacia mí. En parte porque me defendí la vez pasada, y en otra, porque Owen se sienta cerca de mí aunque no sea en el mismo banco, y él no se ve amable cuando intentan molestarme con algo.

¿Mis amigas? ¡Oh, diario! Es complicado de decirlo. Le quieren a él, pero tampoco demasiado. Odian que yo tenga que repartir mis tiempos. Ellas notan algo extraño en él. Notan el peligro que desprende. Pero Owen no da motivos para desconfiar. A pesar de ello les agrada.

Hemos salido una vez todos juntos. Celina con su novio —sí, es una larga historia también, pero son felices. y yo con el mío—. Belén y Gala invitaron a unos chicos que van a su gimnasio, pero terminó en desastre: resultaron ser gays.

Sí, Gala tiene suerte. Es como la tercera o cuarta vez que le pasa, ¡y luego termina siendo amiga de todos esos chicos! De hecho, se ha convertido en la casanova de un par. En cambio ¿Belén? Ella estaba toda ruborizada.

Fue gracioso ver la cara de ellas cuando ellos les dijeron. Pero no debió de serlo para Gala o para Belén. Ellas estaban locas por ese par. Los chicos, Adam y Federico, fueron muy simpáticos, divertidos y buena gente. Aunque miraban de más a Owen y se daban patadas entre ellos. Yo me reí mucho esa noche. Quedamos en reunirnos otra vez, aunque las chicas no estuviesen muy entusiasmadas como antes.

Ellas siempre dicen que les pase el número de la fábrica de chicos como Owen. Que es imposible que él sea humano. Yo me río pero por dentro sé que no es gracioso. Owen no es humano.

Mis padres lo adoran, no dejan de hablar de Owen. A veces me pregunto quién estará más enamorado, ellos o yo. Él viene mucho a casa, y mi hermano aprovecha y juega a vídeos juegos con él. Mati lo trata mejor de lo que me trata a mí. ¡Cielos!

No digo que mi familia no piense que Owen tiene algo extraño, pero le tomaron cariño. Y eso importa.

Mi vida ahora es una novela adolescente paranormal... ¡Hey! ¿Y si la escribo? No estaría nada mal.

Hasta ahora, y toco madera, nunca más tuvimos que enfrentarnos a alguien. Pero no estoy tranquila, no sé cuándo puede pasar algo. Tal vez en un año, o en el próximo minuto. El siguiente segundo.

En serio, tengo que dejar de torturarme pensando así. ¡Agh!

Debo prepararme para la cita. No sé qué ponerme porque él no me quiso decir dónde vamos. Estuve pensando en una remera negra con una pollera que empieza en la cintura. Eso será adecuado, supongo.

Ya he estado maquillándome con un poco de rímel y delineador de ojos. Debo vestirme, Querido Diario. Así que te despido por ahora.

Escribiré más seguido, lo prometo.

Te quiere,

Emma.

❤

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Corazón de cristal [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora