Noviembre 4, 2042

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Cuando llegamos a casa, fue difícil dejar de sonreír. Nos sumergimos en una timidez peculiar que hasta impidió el simple gesto que era tomarnos de las manos.

Encender la radio fue una necesidad en aquél momento.

Compramos comida chatarra, nos arropamos con frazadas y nos acomodamos en la terraza, como si el lugar fuera una extensión de la playa.

El silencio reinaba entre nosotros; ni siquiera habíamos cruzado palabra durante el trayecto. Era como si todas las incertidumbres se hubieran desvanecido, dejando únicamente la serenidad.

Nuestros dedos se encontraron en varias ocasiones, hasta que finalmente se entrelazaron de manera inconsciente. Él irradiaba calidez, ¿lo he mencionado anteriormente? Probablemente sí, en innumerables ocasiones.

Cada escena entre nosotros parecía coreografiada con momentos oportunos para cada cosa, porque una melodía lenta empezó a sonar, como dije, en el momento preciso.

Los tarareos resonaban, acompañados de sonrojos y sonrisas pequeñas.

Esa noche, bailamos toda la canción pegados, como si estuviéramos protagonizando un baile de secundaria extraído de las películas.

Fue mágico, completamente mágico.

Recuerdo cómo sus ojos se cerraron y su cabeza reposó en mi hombro, con delicadeza.

'Te amo'.

Creí que era el momento adecuado, ya que la música era la indicada, los sentimientos eran los indicados y él era el indicado.

Al separarnos, sus labios se movieron. Nuestras manos entrelazadas dificultaron la comunicación, pero entendí claramente su significado. Comprendí que me estaba correspondiendo.

Sopló suavemente en mi cuello.

Nuestros labios volvieron a unirse, marcando movimientos suaves que susurraban más de una promesa, y permanecimos abrazados, incluso cuando la canción concluyó, solo admirando la vista que marcaba un nuevo comienzo.

Pocos saben que esa noche las estrellas fueron testigos de nuestra mutua confesión, marcando el momento en que todo se volvió oficial.

Quizás él simplemente dijo 'seamos novios' y yo respondí 'está bien'.

Quizás reímos y nos besamos hasta el amanecer.

Quizás, al despertar, todos ya lo sabían.

No podía ser más feliz, representaba el final de lo malo y el inicio de lo bueno.

Te preguntarás, ¿qué más puede suceder entonces? ¿Puede realmente haber algo más desalentador que lo ya experimentado? Sinceramente, pensé que nada más podría interponerse entre nosotros, así que me sentía en paz.

Incluso después, cuando recibí todas esas cartas en el buzón de nuestra casa, consideré que lo mejor era ignorarlas.

¿Estaba en lo correcto?

¿Tomé la decisión adecuada?

No lo sé,

solo me concentraba en que

Él, en los momentos indicados él, tenía la sonrisa más bonita.


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⏰ Last updated: Feb 03 ⏰

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él  jujae.Where stories live. Discover now