Octubre 17, 2042

496 129 75
                                    

¿Sabes cómo ocurrió? Seguramente no; no sabes nada al respecto, lo cual resulta gracioso si lo reflexiono detenidamente.

Nos dirigimos al pueblo en verano, como habíamos planeado con anterioridad. Era como de costumbre: la radio encendida, yo entonando melodías, él simulando tocar una batería invisible. Pero esta vez, había un nuevo integrante en nuestra rutina.

Los ladridos de nuestro imponente pero adorable perro resonaban desde los asientos traseros, asomando la lengua mientras observaba por la ventana. 

¿Tienes algún recuerdo vago de esa mascota? Quizás escuches sus ladridos en tus sueños. Al menos, algo así es lo que oí.

Meses atrás, antes de Navidad, nos habíamos mudado a una bonita casa cerca del centro. Era una buena zona; ambos disfrutábamos de estabilidad económica en aquel entonces. 

Fue ahí cuando nos dimos cuenta de que parecíamos una pareja recién casada, pero ni siquiera nos importaba. Decidimos adoptar un perro y celebrar la Navidad junto a nuestros seres queridos en ese nuevo hogar.

Consideré compartir contigo aquel día, pero eso sería excederme demasiado.

'¿Por qué no cantas? No tiene sentido que toque la batería así'.

Preguntó a mitad de camino, haciendo un puchero exagerado. Le estiré el labio con los dedos y se quejó con un manotazo a mi muñeca. El perro ladró, porque claramente estaba de mi lado.

Lamentablemente, en ese momento, aún no tenía un nombre; siempre discutíamos sobre si debía llamarse "naranja" o "mandarina".

En realidad, ninguno de nosotros quería esos nombres, solo disfrutábamos burlándonos mutuamente y peleando sobre quién tenía la razón.

'¿Ves, perrito? Él es malo'.

'¡No lo pongas en mi con...!'

Sin embargo, antes de que pudiera terminar, el auto se detuvo con un ruido estruendoso. Ambos observamos el volante como si poseyera la respuesta al repentino freno. 

Fue un momento dramático.

'¿Estás bien?'

Asentí, notando una marca roja en su frente, provocándome una sonrisa al recordarme la vez en que nos conocimos. 

El perro solo golpeó mi asiento durante el choque y ladró. Afortunadamente, nada grave sucedió, y después de sobar la zona rojiza sin prestar atención a sus quejas, bajé del auto para revisar, descubriendo que una de las ruedas se había pinchado mágicamente.

La noche caía y la situación no era para nada buena. La carretera estaba desolada, y llevábamos demasiado equipaje como para solicitar ayuda. Ni un milagro haría que algún camión pasara por allí.

Observé el bosque vacío y luego a él, que también había salido del auto. 

Sí, estábamos asustados. La noche anterior habíamos visto una película de terror, y esta situación no ayudaba en nada.

Tuvimos que empujar el coche fuera del camino, y cuando terminamos, el sol ya se había ocultado por completo. Al menos, contábamos con la luz del techo dentro del auto.

'Le mandaré un mensaje a mi madre por la mañana; no quiero que su esposo maneje a estas horas'.

Él comprendió.

Yo intentaba mantener mi enfoque en él para no mirar hacia la oscuridad afuera. 

Claro, dos temerosos que se hacían los fuertes a mitad de camino en una carretera desolada, era bastante cómico si lo mirabas desde lejos.

él  jujae.Onde as histórias ganham vida. Descobre agora