𝐂𝐎𝐔𝐋𝐃 𝐇𝐀𝐕𝐄 𝐁𝐄𝐄𝐍 𝐌𝐄. ━ Yeonjun. ✓

━━━ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗦𝗘𝗩𝗘𝗡𝗧𝗘𝗘𝗡.

𝗘𝘅𝘁𝗿𝗮ñ𝗮𝗿 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝘀𝘂𝗰𝗲𝗱𝗶ó

Me sobresalté cuando la ventana se abrió, emitiendo un ruido que logró asustarme al no saber de qué se trataba, mi vista se dirigió a ña zona y entre las sábanas, la oscuridad de la habitación y la luz del televisor, observé a Yeonjun entrar por la ventana como era tan común en el hacerlo.

Me reincorporé en la cama cuando la luz del televisor reflejó en su rostro y pude ver el corte que tenía en el labio acompañado del moratón que yacía en su mejilla derecha, más los otros que eran leves a comparación con los más evidentes; cabía resaltar que hace dos días cuando había salido de su casa dejándolo con Jordan, él no estaba en ese estado y verlo con el rostro masacrado encendió una alarma en mi sistema, tanto que salté de la cama cuándo dio algunos pasos en mi dirección.

Corrí a su encuentro.

──¿Qué fue lo que le pasó a tu rostro, Yeonnie? ──expresé angustiada, tomando entre mis manos su rostro.

──Hey. ──saludó sonriendo de medio lado── No es nada, Yuri, solo son algunos golpes.

──Esos golpes no parecen ser nada, mira nada más como tienes el rostro. ──le dediqué una mala mirada, volviendo a mi estatura normal, pues me había tenido que poner de puntas para tomar su rostro── ¿Qué sucedió?

Se quedó viéndome sin responder, dejándome apreciar sus ojos brillando en tristeza; únicamente me tomó de la nuca y dejó su mano reposar en mi cuello, dejando leves caricias que me parecieron cómodas, sus ojos me examinaron con tanta atención que por un momento me pareció que se había perdido en la nebulosa que sus pensamientos conformaban y había olvidado que estaba ahí conmigo. Sus ojos se apagaron por un momento y su dedo pulgar que reposaba sobre parte de mi mejilla y mandíbula comenzó a trazar leves caricias que me causaron un escalofrío, pronto dio un paso en mi dirección, quedando mucho más cerca de lo que ya nos encontrábamos y soltó un suspiro pesado.

Incliné un poco la cabeza, descolocada por la actitud que estaba teniendo, pero sin apartarme completamente de su tacto y presencia. Me daba curiosidad el por qué mantenía esa mirada sin esperanza en sus ojos o el por qué me estaba mirando con tanta atención, como si quisiera guardar cada parte de mi rostro en su mente; ¿Había pasado algo en los dos días que habíamos durado sin vernos? Había pasado algo, por algo están golpeado, pero no tenía manera de saber si él no quería contarme que pasaba por esa cabeza suya.