Capítulo 05

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Acacia.

Han pasado dos semanas desde la llegada de Naia, en estos días había logrado que ella saliera de la habitación y comiera, entendía lo que estaba pasando, entendía por completo como se siente.

-el desayuno está listo- hablo a la chica mientras me pongo de pie colocando una sudadera en mi cuerpo, sus ojos azules voltean hacia mi, solo asiente lentamente mientras se pone de pie, salimos de aquí y vamos a tomar nuestro desayuno.

Ella solo se mantiene callada, mirando todo a nuestro alrededor.

Naia y las cuatro chicas más que llegaron junto a ella aún no tenían un papel definido aquí, Cibran estaba de viaje y lo único bueno que eso traía es que:

1. Ellas aún pueden estar tranquilas.

2. No tenía que tener sexo con el idiota ese, no al menos por estos días de su ausencia.

Cibran había ido a Italia, ya que al parecer algunos de sus burdeles allá estaban siendo atacados y terminados, esas eran buenas noticias, alguien estaba destruyendo la mierda que él hacia.

Miro a la pelinegra, solo mira con detenimiento todo, como si estuviese analizando cada espacio de este lugar.

-¿todo bien?- le preguntó y ella asiente mientras me mira.

-¿cuánto tiempo llevas aquí, Acacia?- pregunta mientras continúa comiendo su comida.

Trago saliva mientras bebo mi jugo.

-dos años- respondo después de algunos segundos, sus ojos azules se abren con sorpresa mientras me mira.

-¿dos años?- pregunta y asiento- ¿No has intentado irte?¿no has intentado largarte de aquí?

Mis labios se curvean un poco.

-sí- respondo- lo intenté cuando llevaba poco tiempo aquí- continúo- pero no resultó como esperaba.

Cuando solo llevaba dos semanas aquí intenté escapar, pero, me descubrieron y lo único que obtuve a cambio fue la peor golpiza de mi vida, una golpiza que me dejó en cama por más de una semana.

Trago saliva de solo recordar eso.

-mi hermano vendrá por mi- habla, cierta esperanza hay en su voz- él vendrá, sé que lo hará.

Elevo un ceja.

-seguro- es lo único que digo, no quería terminar con sus esperanzas ni mucho menos hacerla sentir mal, si ella creía en él debía entonces seguir manteniéndose así.

Naia era una chica dulce y tierna, es también una chica inocente, hay pureza en su alma y un aura que hace saber que es paz, había un pequeño instinto dentro de mi que me hacía querer protegerla, es la chica más joven aquí, es sólo una niña, a comparación de todas las demás mujeres que vivimos aquí.

-cuando Agapios venga por mí le diré que te ayude a salir de aquí- mira a nuestro alrededor- a todas.

Sólo asiento con una tenue sonrisa mientras continúo con mi desayuno. Una vez que ambas terminamos salimos al jardín.

Ella solo sigue mirando más mientras caminamos tomando un poco de sol, el jardín es el único lugar aquí que nos hace sentir un poco en libertad aunque no del todo, no por las personas que nos vigilan aquí.

Camino junto a Naia mientras caminamos de un lado a otro, ella sólo mira todo con curiosidad, su mirada azul va hasta cada punto aquí, a cada hombre, a cada puerta, a cada ventana, a cada espacio que puede mirar.

-¿cómo es tu familia?- le pregunto intentando romper el silencio que se ha creado.

Sonríe un poco mirándome.

Dueño de tiWhere stories live. Discover now