Capítulo 75

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Acacia.

Miro mi reflejo en el espejo de la habitación en la que estoy, aplico labial rojo en mis labios. 

-no llores- me regaño a mi misma cuando mis ojos grises se muestran acumulados de lágrimas- no puedes llorar- mi voz es dura. 

Trago el nudo en mi garganta y solo me obligo a mostrarme firme aún cuando apenas puedo sostenerme, miro las prendas que cubren mi cuerpo, un conjunto de lencería que apenas cubre partes de mi cuerpo sobre un disfraz de gitana que me obliga a lucir provocativa. 

-¿estás lista?- escucho la voz de Cibran detrás de mí, lo miro a través del espejo. Me mira de arriba a abajo y solo sonríe con perversión- tan reluciente como siempre- se cruza de brazos- es hora del show, Medusa. 

No digo palabra alguna, solo me mantengo de pie frente al espejo, él se acerca y toma con dureza mi brazo para girarme hacia él. 

-más te vale que hagas esto como debes- habla con su rostro a escasos centímetros del mío- allá afuera están todos tus clientes, todos han venido para el resurgimiento de Medusa así que más te vale que hagas esto como siempre lo has hecho. 

Mis puños se aprietan al igual que mi quijada. 

-si haces esto mal juro que seré yo mismo quien te castigue- amenaza- sabes lo que eso implica así que más vale que seas inteligente, Acacia, no quiero ser duro contigo. 

-vete a la mierda- suelto entre dientes. 

Suelta una carcajada sarcástica y antes de decir más me da una bofetada, su mano arde en mi mejilla acumulando las lágrimas en mis ojos. Da una bofetada más que regresa mi rostro, ambas mejillas arden con tanto picor que me obligo a apretar mi mandíbula intentando alivianar el dolor. 

-es momento de que me vayas respetando, puta- toma mi mentón con firmeza mientras me obliga a mirarlo- me he cansado de ser paciente contigo. 

-mátame- suelto- ¡anda, mátame!

Morir es mejor que esta mierda, morir es mejor que regresar a este infierno y si lo había aceptado es solamente por Ava y Naia. 

-¿matarte? no, cariño- responde- eso no está en mis planes. 

Toma mi brazo con dureza y comienza a jalarme con él, salimos de la habitación en la que estábamos hasta que puedo escuchar el ruido que hacen los hombres que han venido aquí. Música, silbidos y gritos. 

-todos ellos han venido por ti- habla- no los decepciones, cariño, hechízalos como solo tú sabes hacerlo. 

Rompe mi ropa dejando la lencería al descubierto para después lanzarme hacia un hombre que me recibe de la misma manera, me toma con fuerza por mi brazo para llevarme hasta el escenario. 

-¿alguna canción en específico?- pregunta. 

No respondo y suelta un bufido. 

-Med...

-pon la que quieras, me da igual- suelto fríamente. 

Una canción comienza a sonar por las bocinas del sitio, los gritos aumentan al igual que los silbidos, no sé ni siquiera que canción es, me quedo de pie aquí, los abucheos comienzan a sonar afuera cuando no salgo. 

-Acacia- Cibran advierte entre dientes. 

-dije que me mates- suelto de la misma manera- dije que prefiero morir antes que ser una esclava de nuevo. 

De un momento a otro me azota contra la pared, mi cuerpo recibe el impacto como una bala haciendo que caiga al piso. 

-vas a salir y vas a mover el culo- suelta. 

-no- respondo entre dientes e intentando hacer el dolor a un lado. 

Una patada en mi abdomen me obliga a callar, el dolor crece más haciendo que me haga un ovillo en el piso. 

-¿vas a salir?- pregunta con enfado. 

-no- susurro. 

-llévenla atrás- ordena a unos de sus hombres quienes de inmediato me toman y me llevan consigo. 

Solo veo como Cibran sale hacia el escenario, son dos los hombres que me llevan con ellos, seguimos en el yate, este no se ha detenido desde que dejamos a Ava y Naia en Atenas. 

Me llevan por unos pasillos en donde todo está oscuro siendo alumbrado solo por pequeñas luces que salen de las habitaciones, no soy la única mujer aquí, desde que salí he visto a algunas más, Cibran volvió a reclutar a varias mujeres. 

Me remuevo del agarre de los hombres pero estos no cesan. 

El dolor en mi cuerpo limita mis movimientos pero aún así intento pelear, de un momento a otro logro zafarme del agarre de aquellos hombres, golpeo con mi codo en la boca de uno y doy una patada en la entrepierna al otro.

-ven aquí, puta- el hombre que ahora sangra por su boca intenta acercarse, me toma por los hombros y me pega a la pared, golpeo ahora sus costillas con mi codo haciendo que se doble del dolor, logro girarme de nuevo, tomo su cuello y lo retuerzo con fuerza hasta que truena y cae muerto al piso. 

Mi respiración acelerada no es un impedimento a la hora de comenzar a correr, el hombre al que había golpeado en la entrepierna comienza a seguirme de nuevo aún quejándose del dolor. 

No sé hacia dónde ir, solo corro hasta donde mis pies lo permiten, me dejo llevar por los múltiples pasillos aquí sin saber si quiera a dónde van, corro sabiendo que de esto depende mi vida. El dolor en mis costillas me hace maldecir, el aire se me acaba cada vez más rápido haciéndome retrasar. Me detengo mientras me oculto en una de las habitaciones, mi respiración acelerada me obliga a inclinarme, una mano sostiene con fuerza mi abdomen intentando que el dolor disminuya pero este solo parece incrementar. 

Aprieto mis ojos rogando internamente porque el dolor disminuya. 

Las lágrimas amenazan en mis ojos cuando recuerdo que estoy sola aquí, Agapios jamás va a encontrarme. 

Limpio mis mejillas con lentitud y me recompongo lentamente cuando algunos pasos comienzan a resonar en el pasillo. 

-Medusa- una voz habla del otro lado. La habitación en la que estoy está completamente oscura, me mantengo en silencio. Maldigo en el momento que comienzan a girar la perilla. 

Me coloco detrás de la puerta y solo espero a que aquel hombre entre o haga algo más. 

Poco a poco comienza a visualizarse por completo su silueta en el interior de la habitación, me da la espalda así que aprovecho para golpear su nuca haciéndolo caer, con mi tacón golpeo su espalda haciendo que se retuerza del dolor, quito mi tacón y comienzo a clavarlo en su espalda una tras otra vez, la sangre comienza a salpicarme pero no me detengo hasta que muere. 

Salgo de la habitación y comienzo a correr de nuevo, mis pies no dejan de moverse mientras intento buscar una escapatoria. 

Me detengo de golpe en el momento que entro a otra habitación, intento regresar para salir de aquí pero alguien me arroja al piso, me recompongo mientras veo la silueta de una mujer interponerse en la puerta. 

Comienza a adentrarse en la habitación mientras comienzo a retroceder aún en el piso, me pongo de pie con rapidez e intento salir de nuevo pero vuelve a aventarme haciéndome retroceder una vez más. 

La luz que se cuela en la habitación me deja ver el rostro de la mujer misteriosa. 

Trago saliva mientras miro la cabellera castaña que posee, una sonrisa se pinta en sus labios mientras sus ojos grises coinciden con los míos. 

-Atenea.

-Acacia. 

◇ 

Capítulo nuevo. 

Fue un placer hacer negocios con ustedes. 

Nos leemos pronto.

-Neftali.

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