Capítulo 3✔️

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Narrador Drag Müller

Después de mucho tiempo vuelvo a Rusia, un país que siempre me ha tratado como un huésped. Los negocios y colaboradores que he podido conseguir han sido de gran ayuda en mi escala al poder.

Lástima que ésta sea una visita de negocios... Aunque eso no evite, que pruebe de las delicias que este país me brinda con cada visita

Una vez que aterriza mi Embraer Lineage 1000E en un aeropuerto privado, decido ir directamente al Night Club de un viejo amigo y socio, Sergey Rosberg, allí tendremos una reunión de negocios. Por mis puestos de trabajos, requiero de un amplio personal de seguridad, en esta ocasión me acompañan 2 caravanas, una de pantalla y la real por si existe algún problema en el camino. En mi camioneta van el Perro, el Tiburón y el Lobo; ellos son mis mejores hombres y a los únicos a los que confiaría mi vida.

Si por mi hubiera sido, me habría quedado en mi país disfrutando de una buena bebida y un par de putas, pero mañana tengo una reunión muy importante con otro de mis competidores y aliados (dependiendo de como se vea el asunto), el Rey, Dimitri Romanoff, aún no sé qué clase de asociación planea hacer conmigo, pero si es provechosa para mí sin duda alguna aceptaré. Todo trato que hago siempre sale beneficioso a mis intereses, no por nada me llaman el Diablo del Narcotráfico.

Si algo tiene Dimitri es que es un hombre visionario, alguien a quien no le tiembla el pulso para hacerse respetar, alguien como yo, por eso acepte esta inesperada reunión, ya que, legalmente nos encontramos dos veces al año para sacar cuentas y limar asperezas con las demás organizaciones.

— Eh, Müller— dice el Perro, sacándome de mis vacilaciones— Deja de pensar en lo de mañana. Y más bien disfruta de lo que nos ofrecerán hoy...— dijo mientras simulaba la figura de una mujer con sus manos.

— Si, jefe— dice el Lobo, con una mirada cargada de muchas emociones— Dónde Sergey, seguro habrán muchas rameras con las que nos podremos descargar. Ya es hora de que tengamos un descanso. Y las rusas, son...

— Que va— dice Tiburón, de los tres el podría decirse que es el más sensato en cuanto a dejarse llevar a sus instintos— Yo prefiero ver la pelea de hoy. Dicen que va a estar Ángel, y una pelea con ella, es sangre segura.

— ¿Ella? ¿Una mujer?— digo incrédulo, decido mirarlo fijamente— ¿En el ring? ¿Acaso te estás metiendo algo? — pregunto molesto.

Pese a estar metido en el narcotráfico, no tolero que ninguno de mis hombres consuma algo, tan sencillo como quien vende no consume. Los únicos vicios que permito son las mujeres, el alcohol y el cigarro.

— No, señor— se apresura a responder de manera clara— Pero si hay una mujer que aparte de ser extremadamente hermosa es muy buena peleando. Ninguna derrota, un empate— termina diciendo con voz de presentador, haciendo que los ánimos se relajaran un poco.

— Müller, aunque no lo creas hay mujeres que saben cómo moverse fuera de la cama— dice el Perro con arrogancia.

— Bah, eso es imposible. Si fuera así, ya la tendría conmigo— digo aburrido por el rumbo que está tomando la conversación— Ninguna mujer es buena peleando, ellas sólo...

— Sólo sirven para la cama— termina Lobo por mí.

— Exacto. Así que dejen ese tema.

— Lo siento señor, pero cuando la vea va a opinar distinto— dice Tiburón muy seguro.

— Eso— digo pero soy interrumpido por el Perro que nos avisa que llegamos a nuestro destino al tan aclamado Night Club.

He de admitir que el club está mejor de lo que recordaba: muchas mesas ocupadas en su mayoría; varios tubos donde las bailarinas realizan sus bailes moviéndose de forma provocativa y con un diminuto traje; a los lados están los bares donde sirven cualquier bebida que pidas y otras cosas. Y en el centro un gran ring de boxeo.

Supongo que es ahí donde se presentará la supuesta Ángel de la que mis hombres no paran de hablar, pues los otros de seguridad también hablaban de ella, al parecer es muy popular.

El edificio consta de tres pisos, el primero donde están todas las personas, el segundo donde están las zonas VIP y los cuartos de atenciones especiales, y el tercer piso, donde está el despacho de Sergey y donde tienen parte de la mercancía que contrabandea.

Entramos y nos llevan a la zona VIP, en eso aparece Sergey.

— ¡Por fin!— exclama con su típico acento ruso, siempre remarcando la r— Tengo ante mí al mismísimo Diablo del Narcotráfico, al único, Drag Müller— finaliza con un abrazo hacia mí.

— Basta de tanta payasada, Rosberg— a pesar de que me gustaban los halagos a veces me parecían innecesarios, como ahora— ¡Vamos a lo que nos importa! ¿Como está mi...

— Shhh— dice interrumpiéndome— Primero disfruta del espectáculo y luego los negocios. ¡Mira que hoy mi Ángel peleará! Y créeme que lo disfrutarás.

— ¿Tú también?— pregunto, cansado de tanta tontería con esa fulana— Ya mis hombres me tienen mareado con tal estupidez.

— Ninguna estupidez, cuando la veas te vas a embobar al igual que todos— dice guiándome a un reservado, con una vista perfecta directa al ring— Mientras esperamos, te presento a nuestra nueva adquisición, para que la estrenes...— llama a una mujer la cual se me sienta en las piernas— Zafiro cariño, has disfrutar a mi amigo acá presente.

— Claro que sí— dice guiñándome el ojo, mientras se acomoda el diminuto sostén de color azul intenso que combina con sus ojos y su diminuta braga.

Acepto el ofrecimiento de la puta mientras me deja ver sus perfectos pechos. En eso, escucho a una multitud enloquecer gritando Ángel. Y es cuando mi curiosidad y ganas aumentan, uno por el griterío del público y el otro por el trabajo manual que estaba recibiendo por encima de mi pantalón.

Bajo la mirada y veo a una joven con una bata corta caminar con una elegancia digna de una reina seguida por un idiota cualquiera. Al quitar su bata por completo me deja anonadado con lo que veo.

Ángel De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora