𝘾𝘼𝙈𝙋 ⇄ 𝙆𝘼𝙄𝘿𝘼𝙈 [Pausada, editando]

Capítulo 13: Escondite

N.O.

Frunció el ceño. Golpeó el hombro de Adam con el suyo, echándole hacia un lado y de impotencia se adelantó. Vio el hombre muerto, y arrugó su nariz por el aroma de putrefacto que estaba impregnado en todas las murallas.
Skeet hizo lo mismo, haciendo caso omiso a la orden del moreno.

Se quedaron en silencio, admirando el cuerpo mutilado, y Kai se preguntó el paradero de la cabeza y el brazo del soldado.

-Lo mataron hace menos de treinta minutos- Comentó Skeet-. Deberíamos salir de acá pronto, el asesino podría estar cerca.

Unos segundos bastaron para salir del shock, y el pelirrojo entró aún más para ver debajo de las camas y buscar comida, y su cabello tocaba la sangre, ensuciandolo de un crimen que no hizo. Sacó un maletín de plástico gris, y se levantó de nuevo.

-¿Qué es eso?- Le preguntó Adam, señalando lo que tenía mientras lo veía salir de la cabaña. El pelirrojo no contestó.

-Vámonos.

-Eh- Masculló, con confusión el rubio, entrando, y ver más de cerca el cuerpo-... ¿Esto...?- No terminó de hablar, y se puso de cuclillas, tomando entre sus dedos un pelo en punta desde el charco de sangre, grueso, enorme y de color negro. Se levantó de nuevo y estiró el brazo para que lo vieran.

-No parece el cabello de alguien.- Comentó Adam, acercándose para verlo.

El menor se lo arrebató de su mano para analizarlo él, frunciendo el ceño. Lo olió y fue la peor idea del mundo.
Tenía una tela de baba que escurría hasta el piso, y tenía un peor aroma que a la sangre de adentro: era como... carne podrida y a sudor.

-Qué asco.- Luego lo guardó en el bolsillo de su pantalón.

-Lo extraño es que no sólo hay uno, está en todo.- Dijo Skeet.

-Hey- Llamó el moreno al pelirrojo que se iba alejando y lo alcanzó a zancadas-... Dijiste que el monstruo llevaba vellos, ¿cierto?- Preguntó, escuchando los pasos del rubio por detrás.

-¿A qué quieres llegar con eso?-

-Puede que algo haya salido mal y que... esa cosa haya escapado de la jaula.- Giró la cabeza hacia atrás, sin parar.

-¿Entonces...?- No pudo terminar.

-Sí, eso lo mató- Afirmó Kai, sin titubear-. Es algo improbable que el asesino sea un humano y le saque la cabeza y un maldito brazo a fuerza bruta. Con un disparo habría sido suficiente.

Adam lo escuchaba calmado, pero sabía que no lo estaba. Él no quería mostrarse débil, por su orgullo, quizás. Hablaba como si lo supiera todo, eso le molestó.

-Entonces, la bestia estuvo aquí hace media hora, y el comedor está a diez minutos de aquí, y nosotros necesitamos ingresar a la consejería que... más o menos tiene veinte desde nuestra ubicación actual, sumando imprevistos y todo.- Calculó Adam, comentando en voz alta.