Capítulo 8: Phoenix

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N.O.

Pero un chillido comprimido se oyó, sacándolo de sus pensamientos, los tres chicos de abajo se giraron al sonido y al tanque en movimiento que azotó la madera, Adam golpeó la ventilación para saltar de esta. Le hizo una seña a Kai, mientras que con un manotazo le quitó el arma. Vanessa fue a buscarla, pero el pelirrojo se interpuso. Mientras que las alarmas sonaron y comenzó a caer agua del techo, justo como lo predijo Adam y el muro de fuego se cayó y se extinguió.

El moreno anotó una patada en la cabeza de Reeve, este se agarró la zona dolorosa y se tambaleó. Aprovechando su desorientación cruzó un pie en los suyos, para hacerlo caer de cara contra el piso, en este estaba el pedazo de tela de Vanessa, y le amarró las manos.

Kai recibió una bofetada. Una bofetada. Hasta esperaba un puño. Se sintió menospreciado por un movimiento tan común, sólo que la subestimó y ahora parecía una lluvia de golpes por parte de ella. Él trataba de echarse hacia atrás pero Vanessa no lo dejaba ser, probablemente aún tenía rencor por el repentino secuestro. Adam se acercó hacia él y se colocó entre ambos y comenzó a ganar haciendo una técnica magnífica, limpia en todo su sentido. Patadas y puños firmes sin titubebear, y la cara de Vanessa rogaba piedad, pero Adam no paró.

Ya estaba molesto. ¿En serio ese tal Reeve se atrevía a apuntar y disparar a Kai? ¿O en serio Vanessa no lo impidió? Por favor, no puede esperar eso y menos de ellos.

La chica quedó en el piso, rendida.

-No tuviste que atacarla tan duro.- Comentó el pelirrojo mirándola desde arriba, mientras que tiraba el cabello mojado que le tapaban los ojos hacia arriba.

-No me importa si es mujer- Admitió frunciendo el ceño-. Salgamos de acá, nos vamos a intoxicar. Y tú casi mueres, que no te sorprenda.

-¿Y tú por qué sólo veías?

Adam se apresuró a la cocina, con el chico detrás, le indicó que subiera por ahí para salir de una vez por todas, pero no por la puerta. Ya faltaba poco para que entraran. Kai se quitó la camiseta y la tiró ahí. Al parecer estaba demasiado pesada como para llevársela, y tampoco podía quedarsela porque nunca pararán para colgarla. Pero eso sí, le dolía perder su camiseta favorita.

-Estaba esperando mi distracción.- Contestó.

-Muy ingeniosa por cierto.

El silencio reinó, mientras que el moreno lo ayudaba a saltar hacia las ventilaciones que había visto antes.

-Supongo que viste el muro que salvó mi vida- Dijo, gateando por los túneles oscuros con Adam detrás-. ¿Sabes qué fue esa cosa?

-Es algo inexplicable. Eso no fue creíble, era cómo una pelicula de ficción.

-Cuando pasó sentí un hormigueo en mis manos, pero no se si fue por eso o por el hecho que me iba a llegar una bala.- Dijo sonriendo, pero Adam no pudo percibirla.

𝘾𝘼𝙈𝙋 ⇄ 𝙆𝘼𝙄𝘿𝘼𝙈      [Pausada, editando] Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz