Kiss You

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Con la valentía que su espíritu emanaba, acercó su rostro al de Kakyoin.

El cabello del pelirrojo hacía dulces caricias en su mejilla, a esa distancia podía ver los preciosos ojos de Noriaki, aunque eran color violeta pudo apreciar una faja de azules y los preciosos destellos de luz reflejados en aquellas amatistas gemas.

Por el otro lado, Kakyoin se sentía intimidado, cobarde por tener que dejar que Jotaro se acercará, cohibido por los atractivos rasgos de Jotaro, emocionado por lo que sería, su primer beso.

Los labios de los jóvenes se tocaron y la sensación no fue placentera.

Por alguna razón que el destino eligió, Kakyoin estaba atravesando a Jotaro, su mentón traspasó su quijada de un momento a otro, se separaron al instante.

Kakyoin tocó su boca, fue un sentimiento muy extraño, por alguna razón, por su cabeza pasaron rápidas imágenes de Jotaro pasando diferentes cosas por sus labios, desde los dulces de su infancia a la sangre de las peleas en aquella loca adolescencia.

Jotaro en cambio, tuvo una sensación fría por toda su boca, sintió por un momento que su boca se separó de su cuerpo.

La muerte tenía una forma peculiar de recordarles que lo suyo era tan imposible como unir el cielo y el mar.

Pero el amor de los jóvenes era un ciclón, una tormenta, un huracán, uniendo el cielo y el mar; ponía los corazones de ambos dando vueltas, arrasando la lógica, destruyendo estigmas, subiendo las esperanzas de los chicos, llegando a un centro, un espectáculo, un momento, un ahora.

De forma brusca, Kakyoin se lanzó a los brazos de Jotaro, envolviendo sus piernas en las caderas ajenas, no sé bajaría hasta haber obtenido un beso directo de su chico.

Al diablo con la timidez, al diablo con las leyes de Dios, tenían que besarse hasta sentirlo.

Sus bocas se unían de manera salvaje, apasionada, las lenguas se tocaban entre ellas cuáles tentáculos de Hierophant Green. Jotaro tomaba la nuca de Kakyoin profundizando el beso, los dientes chocando no impedían la fuerza de aquel huracán.
La respiración, por otro lado, sí
Tomando bocanadas agitadas, ambos chicos intentaban normalizar su respiración; Jotaro subió a Kakyoin a la mesa para poder besar mejor al chico, hasta poder sentir el calor que se suponía debía tener, no sólo el sentimiento de besar algo.

Llamó a su Stand, Star Platinum sostenía por la espalda a Kakyoin para no tumbarlo de la mesa, las piernas separadas del pelirrojo ayudaban al acceso de las caderas del fornido, restregando sus cuerpos con el poco pudor que les quedaba, todavía no querían llegar a tanto.

ㅡ Te aviso que me iré a aquí hasta sentirte en lo más profundoㅡ le comunicó Jotaro, dejando a libre interpretación lo que quisiera entender.

ㅡ Me parece bienㅡ volvió a juntar sus bocas.

Era una mezcla de saliva, el calor en Kakyoin se sentía cada vez más, como sí pudiera calentarse de alguna manera y eso le daba una satisfacción tanto a él como a su pequeño amigo, sólo que no quería que Kakyoin se enterase de lo último.
Sería difícil considerando que tenía el miembro del otro pegado al suyo.

Kakyoin jaló a Jotaro se la camiseta con fuerza para hacerlos caer sobre el pecho de Star Platinum, tan libido, tan personal y ardiente.

Kakyoin que todo el tiempo mantuvo sus manos sobre los hombros de su querido amigo se atrevió a posar sus manos sobre los músculos de Star Platinum, apretando y jugando, esperando las reacciones del otro.

Aunque Star Platinum no lo dijo, exigió a su compañero.

Hierophant Green se envolvió en Jotaro, pasando sus tentáculos por la espalda tanto del usuario como el Stand, los jugueteos del usuario del Stand verde eran cosa peligrosa.

Sí Jotaro hubiese seguido sus instintos animales, Kakyoin hubiera perdido la virginidad y el primer beso el mismo día.

Pero no quería las cosas tan fáciles, debía respetarlo y conquistarlo como debía.

Era tan difícil con el chico jadeando frente a él, una erección notable, un Stand seduciendo al suyo y las manos tentando cada vez más.

ㅡ Espera Nori... Tenemos que hacer las cosas bien, quieroㅡ su respiración entrecortada le costaba explicar más de lo que yaㅡ Quiero conquistarte.

ㅡ Ya lo hiciste, ahora, vuélveme a besarㅡ Kakyoin colocó sus brazos en el cuello de otro, que lo rechazóㅡ.

ㅡ No me entiendes, quiero que de verdad te enamores de mí, como yo lo estoy de tiㅡ Kakyoin quedó con una expresión tan amorosa que no dudaba que se querían mutuamente.

ㅡ Joot, te juro por lo más sagrado que estoy enamorado de tiㅡ Kakyoin tomó su manoㅡ adoro cada parte de ti, cada cosa que haces o dices me enamora todos los días.

ㅡ La primera vez que supe que eras un fantasma me decepcioné por no poder pasar mi vida junto a ti y más aún, me aterra, porque el chico de mis sueños no era para mí. Estoy convenciendo que estaba equivocado, eres para mí, me siento egoísta por sentirme feliz de conocerte pero te amo tanto que sí pudiera, regresaría en el tiempo para salvarte.

Kakyoin quería llorar, sí él no hubiera muerto, hubiera tenido una vida fantástica, seguramente, lleno de premios e inventos adelantados a la época.

Durante mucho tiempo odió a Dio por su muerte; extrañamente, se sentía feliz de morir, porque conoció al amor de su vida y su muerte.

ㅡ Jotaro, estoy feliz de estar muerto, pude tener una vida buena pero no te tendría a mi lado, ¡Ya no puedo morir sin ti Kujo Jotaro! ㅡ Kakyoin reía, tanto por la expresión como por confesar su amor de esa manera tan espontánea.

Jotaro reía de felicidad, levantó al chico de la mesa y dieron vueltas en el aire, como sí una victoria se tratase.

ㅡ Jotaro, quiero conocer a tu familia, les diré que por mi culpa su precioso hijo no regresará a casa mientras pueda evitarloㅡ eso era raro pero no arruinó el momento.

ㅡ Bueno, mi familia vive en Japón pero estoy seguro de que el abuelo Jonathan te recibiría con cariñoㅡ la cara de Kakyoin cambió totalmente.

Jotaro entendió que era momento de bajarlo, el chico tapaba su boca con miedo, esperando que no fuera quién creía que fuera, había muchos Jonathan en el mundo, después de todo.

ㅡ Dime el nombre de tu abuelo, nombre completo, por favorㅡ le pidió amablemente.

Jotaro estaba confundido, no entendía nada.

ㅡ Jonathan Joestarㅡ el tan maldito apellido salió a la luz, finalmente.

ㅡ ¿Nunca te habló de mí? ㅡ Kakyoin se volvió gris, opaco y triste.

Los recuerdos de la infancia de Jotaro junto a su querido abuelo Jonathan llegaron a su memoria, como un golpe de agua fría se dio cuenta que la persona frente a él no era su chico, era el chico de Jonathan, su héroe, El héroe de su abuelo.

ㅡ¡No es cierto! ㅡ Jotaro le gritó a Kakyoin esperando que fuera una broma.

ㅡ Jonathan Joestar, tu abuelo, era mi mejor amigo... Di mi vida por él.

ㅡ¿Qué?

El Departamento del Tanque Roto • JotaKakOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz