-Todo será perfecto siempre y cuando sea contigo Emily.

Llegamos al lugar y está Helena esperando. Nos falta un testigo más.

-Emily, nos falta un testigo

-Lo sé. Estoy llamando a alguien, pero no contesta- dice impaciente y enojada

Bajamos del taxi y Em le paga al conductor por todo el trayecto, él muy amable nos sonríe a ambas y nos desea lo mejor. Empieza a irse y mi mente hace un "click". Le pido que pare y él señor me mira confundido y con miedo.

-¿Puede ser nuestro testigo? - le pregunto al señor - No sé como se llama, pero realmente necesitamos casarnos.

- Mi nombre es Alberto,  señorita y sería un gusto. No todos los días ves a una novia fugarse de su matrimonio y llevarla a casarse. Seré un desconocido, pero puedo testificar que esto es amor.

Emily me mira totalmente sorprendida y me abraza con fuerza. Esto es increíble, no puedo creer que esté pasando esto, que esté con ella, que no tengamos ningún plan, que no hayamos conversado sobre lo nuestro y, sin embargo, estemos a minutos de casarnos. Hace unas horas estaba destrozada por saber que no tenía un futuro con ella y dispuesta a tener cualquier futuro, pues sin ella nada importa. Ahora estoy a punto de ser de ella y ella de mí.

La casa es pequeña por fuera, pero hermosa por dentro. Tiene decoraciones de arte, libros por todos lados y plantas que llenan los espacios con vida. Su amigo, John nos recibe con gusto y me saluda como si me conociera de toda la vida.

-Claro que las casaré - afirma mientras nos guía hacia su estudio - no importa las irregularidades, las podemos solucionar luego, no hay problema de ello. Veré a mi amiga feliz al fin - dice y mira a Emily

-¿Sabías de mi? - le pregunto a John

-Todo aquel que ha bebido con Emily sabe de ti, Clara. 

-Eso es vergonzoso y no tenías que decirlo - interviene Emily con el rostro sonrojado. 

Me acerco a ella y le susurro "yo también te nombré estando ebria" le confieso y le doy un beso en la mejilla. John inicia el procedimiento llenando el acta de matrimonio con nuestros datos  los de los testigos, el señor Alberto y Helena dan los suyos respectivamente. John pregunta si hay anillos, no los hay. No importa, dice que luego podemos tenerlos

-Nadie lleva anillos cuando se fuga, ¿no?- bromea.

John hace la gran pregunta. Mi corazón se detiene.

Emily dice que sí.

Yo digo que sí.

Ambas nos miramos por un momento, sin nada que decir, pero entendiendo todo lo que sentimos. Ella se acerca a mi, muy cerca y sin besarme, siento su respiración tan cerca, siento su manos en mi cintura y coloco las mías en su cuello atrayéndola hacía mi y besando a mi esposa. Empiezo a llorar mientras nos besamos, no de tristeza sino de felicidad y de alivio. 

"Al fin" pienso. Después de tantos años, tantas miradas en la calle buscándola a dondequiera que vaya, al fin puedo ser feliz. Después de tantas lágrimas, tanto dolor, tanto sufrimiento y pérdida, al fin puedo ser feliz con ella. Después de tanto vacío dentro de mi, de tanto estar muerta en vida dejando que todos hagan lo que quieran conmigo, al fin viviré mi vida como yo quiero y seré feliz.

-Te amo - me susurra Emily mientras se separa lentamente de mi - no hay nadie más con quién quisiera estar en este momento, siempre has sido tu, siempre serás tú y no estoy dispuesta a perderte. Pienso luchar hasta el final por ti, todos los días de mi vida con tal de tenerte a mi lado en cada despertar - seca las lagrimas que caen de mis ojos y me siento estúpida por llorar tanto.

-Emily, jamás había estado tan feliz como lo estoy ahora. No tenemos nada, pero siento que tenemos todo exactamente al lado de la otra. Perdóname por todo, de verdad - le pido y ella me besa.

Los testigos y nosotras firmamos la acta de matrimonio y oficialmente Emily es mi esposa. Helena me sonríe y no deja de llorar, me abraza con fuerza y se ofrece a ir a mi departamento por mis documentos, hacer maletas y llevarlas a su casa para que yo no tenga que ver a nadie. Le agradezco por todo, por su amistad, por sus consejos y por su paciencia.

Alberto nos felicita, intercambia número con Emily y se va con una enorme sonrisa. Ese señor tiene un gran corazón, nadie más lo hubiera hecho y sin él no podríamos estar casadas.

-¿Alguna idea de a dónde ir? - le pregunto

-Tu departamento no- me dice y empieza a caminar de un lado a otro en el despacho - mi casa ya no es mi casa - recuerdo que ella estaba con alguien y siento celos.

Muchos celos injustificados, pero los siento. 

-Ya te enojaste - me dice y yo niego con la cabeza - conozco tu rostro cuando estás celosa. Clara, acabas de fugarte y casarte conmigo, no puedes tener celos. Es injustificado

- Lo sé- respondo e intento pensar en otra cosa - no tenemos a dónde ir. 

-No podemos quedarnos en esta ciudad,  ambas somos adultas con estudios y podemos conseguir trabajo. Vámonos a otro lugar, sin nada, empecemos de cero y construyamos nuestro hogar lejos de todos los problemas y lejos del pasado - me dice

-Por mientras necesitamos un lugar donde quedarnos, reunir nuestras cosas. Tenemos que renunciar, pedir cartas de recomendación... procesos que necesitamos antes de irnos - le digo intentando pensar en todo para no tener que volver jamás.

Emily y yo nos vamos a casa de Helena, esperando que ella regrese con mis maletas y papeles necesarios.  Emily está sentada no tan lejos de mi, pero apartada y distante. Tal vez las dos no hemos tenido tiempo suficiente para procesar lo que tenemos que hacer, me hace dudar de haberle dicho "Si" tanto a fugarme como a casarme. Me asusta y solo puedo pensar en el rechazo

-Emily, ¿estás bien? - ella me mira y sonríe

-Solo estoy pensando, Clara. Tendré que abandonar toda mi vida y replantear mi futuro y metas - responde y puedo ver que se está arrepintiendo.

-Creo que no pensamos bien las decisiones que tomamos, ¿no? - le digo adolorida y siento que empezaré a llorar. 

Emily se acerca a mi a través de la sala y se sienta a mi costado. Me abraza fuerte, pero yo no lo hago. Siento que rompió mi corazón. Siento que si ella fue a pedirme huir con ella era porque estaba segura de nuestro amor.

-Clara, Clara, Clara, aleja esos pensamientos destructivos e inseguros, por favor. No sientas que estoy arrepintiéndome, solo que tienes que entender lo complicado que es esto- me da un beso en la frente y yo sigo sin reaccionar, estoy dolida.

-No pareciera que estés segura de la decisión que tomaste - le digo

-Clara, siempre estaré segura de nuestro amor. Decidí ir por ti, por nuestro amor, por nosotras. Va a ser muy difícil para ambas volver a conocernos después de todo lo que hemos pasado, todo lo que hemos cambiado. Estoy dispuesta a intentarlo cuantas veces sea necesario y para toda mi vida. Jamás había estado tan segura de algo. Ahora, ¿tú lo estás?

La veo a los ojos, esos ojos que tan desesperadamente busqué por años que me miraban como lo hace ahora: con amor.  No tengo dudas, soy toda de ella.

-Siempre 




Solo diré que aún te amoWhere stories live. Discover now