Capítulo 21 [Especial San Valentín]

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Posó con delicadeza la palma de la mano sobre la herida en su cuello, no era tan profunda, o al menos así lo creía, sin embargo, y fuera como fuera, sabía que lo mejor sería detener aquel sangrado

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Posó con delicadeza la palma de la mano sobre la herida en su cuello, no era tan profunda, o al menos así lo creía, sin embargo, y fuera como fuera, sabía que lo mejor sería detener aquel sangrado.

Dios, ¿Pero qué acababa de hacer?

¿De verdad se había entregado?

¿De verdad había cedido al llamado de Shindou?

Sus pupilas se dilataron al momento en que dejó de escuchar los pasos de Takuto y Munemasa, él seguía en ese vasto callejón, permitiendo a su cuerpo temblar levemente, mientras un montón de pensamientos pasaban por su mente.

Su familia.

Haruya.

Masaki.

¿Qué pensaría Masaki si se llegaba a enterar de todo esto?

El chico con complejos de gato, que siempre había confiado en él, la primera persona a la que le contó sobre todo lo que estaba ocurriendo con Kirino, antes de que las cosas se complicaran...

Le había traicionado.

¿Valía la pena todo esto?

Su familia ahora estaba en riesgo, pero al mismo tiempo, era ese riesgo el que los mantenía con vida, mientras que Fuusuke estuviera del lado de Takuto nada malo les pasaría.

Podría protegerlos.

Debía protegerlos.

Sacudió su cabeza varias veces, tratando de librarse de aquellos pensamientos que no hacían nada más que comerle la consciencia y recalcarle que tal vez lo que acababa de hacer estaba mal.

Aunque, de cualquier forma, lo hecho, hecho está.

Y ya no había vuelta atrás.

[...]

El sonido de agua hirviendo y el inconfundible olor a café fue lo que le despertó aquella mañana, por un momento pensó que aquella era la desventaja de dormir en el sofá, a tan solo unos cuántos pasos de la cocina del hogar.

Entreabrió los ojos, las cortinas abiertas de par en par dejaban paso libre a los rayos de sol para darle de lleno en la cara, ni siquiera se molestó en mirar el reloj, no le apetecía despertar así fueran ya las tres de la tarde o más, su cuerpo estaba cansado, él estaba agotado.

Se acomodó entre las mantas una vez más, dándole la espada al tedioso cristal, sus párpados pesaban, no lograba entenderlo en su totalidad, es decir, era cierto que la noche anterior había salido de madrugada, con temperaturas bajo cero y que podía haber pescado un resfriado, pero aún así, lo que estaba sintiendo era demasiado, incluso para él.

Se quedó pensando unos minutos, la noche pasaba como pequeños flashes en su cabeza, no recordaba cómo había llegado a casa, a qué hora o si lo habría hecho caminando o tomando algún taxi, algún medio de transporte, todo estaba confuso luego de su conversación con Shindou, y por más que intentara recordarlo y quitar aquella niebla que cubría los sucesos, no conseguía nada, su cuerpo lo rechazaba con un montón de escalofríos pasando por su espalda.

Quédate Por Mí©[Inazuma Eleven GO Yaoi] [Ranmasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora