Alfita te cuida

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A esa hora por la tarde Jungkook se encontraba preparando su litro de café y la charola con el pastel que sobró de año nuevo.
Sus padres se habian ido con su hermana a Japón, precisamente porque la escuela llamó a su casa  urgentemente.
Ahora estaba solo, preparando la sala para su maratón de Anime.

Hitoribochi estaba esperandole.

Pero también Kim Taehyung.

Cuando el capítulo 1 estaba a medias, la puerta de su casa fue golpeada con prisa.
El susto fue tanto que su pastel terminó en el suelo y la taza de su café derramada sobre la mesita del centro.
No había tiempo en cambiarse, por lo que tuvo que ir a atender en ropa interior.
Un señor Kim alfa muy preocupado estaba frente a su puerta, sudando frío y apretando los puños con violencia.

-S-señor Kim, ¿a qué debo su visita?.- saludó amablemente, extrañandole que Taehyung no estuviera ahí.

-Jungkook. Porfavor ayuda a mi hijo.

-¿TaeTae? N-no entiendo... ¿ayudarlo en qué? ¿Dónde está?.- preguntó tembloroso, pues su lobo comenzaba a comportarse agresivo y desesperado.
Espero una respuesta que nunca llegó, pues Jeojun se hizo a un lado para Jungkook pudiese ver hasta la camioneta.

La puerta trasera estaba abierta, pero la persona dentro solo daban ganas de deprimirte.
Taehyung estaba lo mas arrinconado posible en el asiento, rascando su cuello una y otra vez mientras golpeaba su cabeza con sus manos.

-¿Qué le pasó?.- preguntó Jungkook, retomando su postura de un temible alfa  ante su suegro. Su voz de mando salió inconcientemente, algo alterado por lo que sus ojos estaban viendo.

-Lo mejor será que él te explique. Porfavor cuídalo, necesito ir con la policia.

-¿Policia? Señor Kim, no estoy entendien.-

-¡PAPI!

El grito desesperado de Taehyung en la camioneta alertó a ambos alfas.
El omega seguía temblando, pero los rasguños sangrantes de sus brazos eran lo que mas llamaba la atención.
Jungkook corrió fuera de casa, adentrandose a la camioneta para ver que era lo que le estaba sucediendo a su omega.
Intentó tomarle las manos, pero Taehyung gritó y pataleó con ojos cerrados. Estaba tan asustado y en medio de una crisis que todo se veía y sentía borroso.

-TaeTae...- susurró el alfa, revisando las mordidas y chupetones de su cuello. Quizo acariciarlos, dejar una marca bonita sobre esas horribles protuberancias, pero el grito repentino de dolor le hicieron apartarlas rápidamente.

-¡NO QUIERO QUE ME TOQUES!.

-Cariño ¿qué te pasó? Puedes contarselo a Alfa, no tengas miedo. Alfita va a protegerte ¿si?, solo tienes que decirme quién te lastimó.- susurró, respetando la distancia que el omega imponía.
Aunque moría por abrazarlo y restregarlo contra su pecho para que se calmara, tenía que ser tolerante y esperar a que el omega desee hablar.
Taehyung se mantiene en silencio, respirando hondo en un intento de que el asqueroso aroma de Minhee desaparesca de su cuerpo.
Tiene a su alfa, esta ahí, apoyandolo en silencio y soltando sus fermonas calmantes.
Siente su cuerpo destenzarse, su lobo relajandose y los dolores que él mismo se a provocado en las piernas desaparecen.
Su padre está esperando afuera, custodiando la puerta del hogar de los Jeon.

-T-tenía mu-mucho miedo...- confieza entre hipidos, retirando con violencia las lágrimas sobre sus mejillas.

-¿Quieres ir adentro? Podemos hacer un nido y te prepararé un té, ¿si?.- ofrece el alfa, abriendo la puerta y dandole el espacio suficiente para que Taehyung no se sienta agobiado.

El omega salió de apoco, abrazandose así mismo mientras entra a la residencia.
Su padre sigue afuera, con Jungkook hablando sobre algo.
Se sienta en el sofá, abrazando posesivamente uno de los cojines que tiene impregnado el aroma de Jungkook por todos lados.

El Rarito De Los ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora