¡El Lobo Del Rencor! "Gowther X Tu"

"SEIS"

"La tierra sagrada de  los druidas"

La puerta que hacía años no se abría, se abrió al fin, aquella habitación que antes estaba en completa oscuridad ahora ingresaba la luz por la puerta abierta.

Desorientada levantó su cabeza y vio hacia allá, cruzando miradas con un chico rubio que portaba una espada en su cinturón y una mujer de cabellos azabaches con vestimentas extravagantes.

La de ojiverde ladeo la cabeza a un lado con confusión, las mujer de vestimentas extravagantes hizo un ademán con su mano y las cadenas que la tenían sujeta fueron liberadas, sorprendida vio su cuerpo como se podía mover ya al fin, y el crujir de sus huesos fue inevitable en cuanto comenzó a moverse.

La pequeña niña de aparentemente trece años, se comenzó a estirar mientras se levantaba y se acercaba a los dos que se encontraban en la puerta del calabozo.

Ella arqueo la ceja al sentir el nivel de poder de esos dos.

-Me sorprende su nivel de poder-exclamó el rubio- ¿Cual es tu nombre?

Sin embargo la niña se mantuvo en silencio.

Ella logró reconocer a la mujer frente suyo, hacia varios años ya la había conocido a esa mujer.

-Te me eres familiar, ¿Nos hemos visto antes? -preguntó la menor ignorando lo dicho por el rubio.

-Claro que si pequeña-contestó sin mas la mujer, le pequeña sólo asintió satisfecha por su respuesta-Hemos venido aquí para ofrecerte que te unas a los pecados capitales, ¿Te interesa?

-Depende-ladeo la cabeza a un lado- ¿Me pueden decir cuanto tiempo llevo aquí encerrada? Eh pasado tanto tiempo aquí que ya perdí la cuenta-Confesó- ¿Cuánto a pasado desde la guerra santa?

-¿Guerra santa?

El rubio observó estático a la niña, esta a primera vista pareciese como si no supiera nada pasado hace ya tantos siglos.

-Fue hace 3000 años-respondió la azabache con simpleza.

-Wow-murmuro atónita la castaña-Yo creí que solo llevaba tres años aquí, que equivocada estaban-río con ironía la pequeña-Acepto unirme-dijo con firmeza.

Hacía pocos días los recuerdos del pasado han estado llegando a mi cabeza, pese a que estoy con los pecados capitales estos llegan sin cesar.

Sacudí mi cabeza para ignorar ese tema, no era relevante en estos momentos, tenia cosas más importantes que hacer aquí en el mundo real.

Caminábamos por un enorme prado en el cual habían cientos de estructuras de piedra en los alrededores, era bello el lugar no cabía duda.