-07-

626 39 1
                                    

La luz solar, se colaba por la ventana de la habitación de Yuna. Estos mismos rayos, fueron los que despertaron a la chica. Traspasaban el vidrio sin piedad alguna.

—Mierda, mi cabeza—Maldijo mientras se sobaba la cabeza, como si eso pudiera ayudar a combatir la resaca—no vuelvo a beber en mi vida—mintió, sabía de sobra, que eso no era verdad, que seguramente, en la siguiente fiesta, volvería a hacer lo mismo.

La luz del solar la cegaba. Con pesadez, la joven, se paro, de su bonita y cómoda cama, para correr las cortinas.

Su cuerpo pesaba más que todo el agua del planeta.

Regresó a su cama donde, estuvo todo el día, durmiendo y lamentándose por beber tanto.



[...]

—Mamá, por favor—Suplicó.

—Esta bien—Dijo ya cansada—toma.

Llevaba dos horas pidiéndole el celular a su madre, y había merecido la pena. El aparato electrónico, ya se encontraba entre sus manos.

Sin esperar nada más, agarró las llaves y su chaqueta.

Salió  de casa, para dar un paseo, iría por la misma ruta, por la cuál fue la última vez, solo que hoy llevaba el móvil consigo.

Esperaba encontrarse con Bloo. Ni si quiera ella sabía, porque. Era cierto, que aquel sujeto, le producía curiosidad, pero no entendía el porque.

Recorrió las mismas calles, por las que había pasado la vez anterior, hasta se asomó por el callejón en el que Bloo le había salvado, aun que esta, no se atrevió a poner un pie dentro.

—No esta—Pensó decepcionada.

—Su casa—Susurró, cuando esa idea se le cruzo por su cabeza.

Yuna, hizo un esfuerzo mental, para tratar de recordar, el trayecto.

—Derecha, ¿ahora tenia que ir por ahí o por allí?

Durante más de treinta minutos, Yuna, estuvo divagando por la ciudad, tratando de encontrar el camino correcto hasta su destino. Hasta que ante sus ojos, apareció el bloque de edificios, en el que había estado hace unos días.

Acerco su dedo índice, al telefonillo, pero rápidamente lo quitó.

¿Que le iba a decir? Hola Bloo, soy Yuna, a la que seguiste hasta encontrar su casa, y te hecho como si fueras un perro. ¿Puedo pasar?

Se sintió estúpida. Había hecho todo este trayecto para nada. Y ni si quiera sabía que decir.

—¿Yuna?—Habló alguien, tras su espalda—¿Que haces aquí?

Se giró sobre sus talones, lentamente, no quería darse la vuelta, deseaba que ese giro fuera eterno, para no tener que verle la cara al dueño de la voz. 

—Hola—Dijo con vergüenza mirando al suelo.

—¿Que haces aquí?—Repitió Bloo soprendido.

—Pues, te estaba buscando—Respondió la joven, esta vez con menos pena y mirándolo a los ojos, ya que al parecer, no había rastro de enfado sobre la faz del mayor.

Una pequeña sonrisa, apareció sobre la cara del mencionado, cosa que Yuna no ignoró—¿Y por qué me buscabas?

—Pues...—la castaña no supo que responder.

—Anda, entremos—dijo rompiendo el pequeño silencio que se había formado. —Que estas bolsas pesan—levanto, las mencionadas bolsa, detalle del que Yuna, no se había fijado.

El también castaño abrió la puerta, con las bolsas aun en la mano, hazaña que a la joven le pareció inverosímil.

La menor, le había ofrecido ayuda, pero este la había rechazado. Y con un poco de dificultad, el solito, había llevado las bolsas hasta su departamento y las dejo en la encimera de su cocina.

no[BLOO]Where stories live. Discover now