-04-

740 47 0
                                    

Al final, logré, que mi madre me dejara salir.

El móvil, aun no me lo devolvió, pero algo es algo.

Llevaba una hora caminando, y hacía diez minutos un tipo encapuchado, me empezó a seguir o eso creo.

Para comprobarlo decidí acelerar mi paso, el sujeto, también lo hizo.

Caminé aún más rápido, el sujeto, copió mi acción.

Entre en pánico, y corrí, empecé a correr.

Doble la calle, cambié de acera, corrí más rápido, más de lo que mis piernas me lo permitían, pero el encapuchado, seguía persiguiéndome, no me daba desecho de el.

Cada vez estaba mas cerca de mí.

Me estaba pisando los talones.

Ví un callejón, entre en el, y me escondí detrás de un contenedor que allí había.

Oí unos pasos, cada vez sé escuchaban más cerca.

—¿Donde estas, preciosa?

No conteste, sería estúpido que lo hiciera.

Mi respiración era irregular, por la carrera y por el pánico que me invadía.

Mis lágrimas amenazaban con salir.

—Te encontre—Dijo, apareciendo en mi campo de visión.

Paso sus asquerosos dedos, por mi cara, no pude más y rompí a llorar.

—No llores, preciosa—Habló, mientras pasaba sus pulgares bajo mis ojos intentando limpiar mis lágrimas.

Me empujó contra la pared mientras sujetaba mi cuello, casi impidiéndome respirar.

Metió su mano izquierda, dentro de mi camiseta.

Mis piernas temblaban por el miedo.

Si no fuera por el hombre, que me sujetaba el cuello, ya hubiera caído al suelo.

Subió su mano libre, hasta mis pechos, y los apretó.

Gemí por el dolor.

Temí lo peor.

Cerré los ojos.

Pero oí un golpe y casi inmediatamente, ya no sentí las manos del sujeto sobre mi cuerpo.

Abri los ojos, lentamente.

El hombre, estaba en el suelo, un reguero de sangre salía de su cabeza, y al lado de esta, un palo metálico, de unos cincuenta centímetros de largo y diez de diámetro.

Eleve mi mirada, y me encontré con quien menos me esperaba.

—Bloo—Susurré al verlo.

Corrí a el y lo abracé.

No dijo nada, pero se sorprendió un poco y se dejo abrazar.

—Gracias

—No es nada—Repondió mientras sonreía—Deberíamos irnos—Asentí.

Me subió a su espalda, en un movimiento rápido, que me tomo desprevenida pero no me queje.

—Vamos a mi casa.

En cualquier otra situación me habría negado rotundamente pero en esta no, algo me hacía querer confiar en el así que Volví a asentir, a pesar de que el no me podía ver, y me sentí estúpida.

Anduvo por quince minutos, hasta que llegamos a un bloque de edificios.

Saco sus llaves, del bolsillo izquierdo de su pantalón y abrió la metálica puerta.

Subimos, dos pisos, y llegamos a su vivienda.

Que también abrió con las llaves. Y entramos.

—Ve siéntate—Dijo apuntando un sofá, y eso hice, obedecí, como un perro a su dueño.

El fue, a lo que creo que es la cocina, y minutos después, volvió, con dos latas de cerveza, en sus manos.

Se sentó a mi lado, en el sofá y me ofreció una cerveza. La cual acepte con gusto.

—¿Que hacías ahí?—Pregunto el dueño del apartamento.

—Estaba dando un paseo—respondí y no dijimos nada más.

—Oye, siento lo de la fiesta—Rompió Bloo el silencio.

Rode los ojos.

—No era mi intención pegarte, enserio.

—No me enfade porque me dieras un puñetazo—continue— si no, porque, le seguiste el juego a No:El y por no parar, cuando os lo pedí.

—Lo siento—

—Será mejor que me vaya—Dije y a continuación me levanté del sofá.

no[BLOO]Where stories live. Discover now