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Lunes, cuatro de la tarde, hace una hora, que mis padre se fueron a trabajar; esta semana les tocaba currar por la tarde, así que estaría sola, toda la semana, después de las tres.

Estaba acostada en mi cama, mientras leía un libros.

¿Que más podía hacer?

A parte de Swervy, No:El, Young B y Bryn, no tenía más amigos.

Quedar con Bryn, no era una posibilidad, ya que seguramente estaría con los demás y a ellos no los quiero ver ni en pintura.

Resoplé, ya me estaba cansando del libro.

¡Din don! Se escuchó el sonido del timbre, que retumbó por toda la casa.

Me pare de la cama y baje las escaleras, me acerqué a la puerta.
Hojeé por la mirilla, y detrás de esta, se hallaba, el que anteriormente le había comprado una botella.

—Bloo—Susurré para si misma.

—¿Que mierda haces aquí?—Brame nada más abrir la puerta.

—Solo venía a verte—Respondió con un tono desinteresado mientras metía sus manos en los bolsillos de sus pantalones.

—Vete, antes de que mis padres te vean—Mentí.

—Ellos no estan—Habló con una sonrisa burlona.

—¿Como lo sabes?—Pregunté curiosa.

—Fácil, no se escucha ningún ruido dentro de tu casa.

—¿Como sabes dónde vivo?—Pregunté esta vez más seria y preocupada.

—Ayer te seguí—Dijo tranquilamente

—¡¿Pero qué mierda te pasa!?—Grite—¡Como te atreves a seguirme y a decirlo tan tranquilamente!

Le cerré la puerta en su cara y volví a subir a mi habitación, pero antes de que llegará, otra vez se escuchó el sonido del timbre.

Enfada bajé otra vez, abrí la puerta y—¡Vete!—grite.

—Eyyy, Yuna, relájate.

—¿Bryn?—Dije con una mezcla de duda y sorpresa.

—Vine a verte—continuó—bueno y a convencerte de que perdones a los idiotas.

Idiotas, sabía perfectamente a quien se refería Bryn, a los imbeciles de mis amigos, con los que estaba enojada.

—¿Quien más iba a ser? Ellos son mis únicos amigos. Tampoco necesito más, ellos son los que me han apoyado cuando más necesitaba a alguien. Los que me cuidan como si fuera un bebé, aun que a veces se pasan y  me sobreprotegen demasiado, pero lo hacen, porque me quieren.—Dije para mi misma, mientras sonreía.

—¿Yuna, estás ahí?—dijo Bryn sacándome de mis pensamientos—Tierra llamando a Yuna.

—Ehh...¿Que?

—¿Que si me dejas pasar?—Rio la más mayor.

—Claro, claro que si, pasa—Repondí  mientras me hacía a un lado, para dejarla pasar.

—¿Que piensas hacer?—Cuestiono mientras se sentaba en el sofá del salón.

—¿Qué?¿Con qué?—Pregunte confusa.

—Con No:El, Swervy y Young B, ¿los vas a perdonar?

—No sé—Conteste frustrada.

—Cuéntame—Demando la mayor, mientras palmeaba el sofá, indicándome que me sentara con ella.

Me senté—Los quiero mucho, entiendo, que son unos idiotas, con muy mal humor, pero, les pedi que pararan, y en el caso de Swervy que me ayudara—continúe—ya sabes cuanto odio que no me hagan caso.

—Lo sé—Ambas reímos.

—Pero los quiero, y lo hicieron para protegerme—confesé—o eso creo—dije esta vez un poco confusa.

—Lo hicieron, porque Bloo, no es una buena persona y no querían que te pasase nada.

—¿Por qué es malo?—Pregunte curiosa, a mi no me lo parecía, al revés, pienso, que es alguien bueno, amable, ayer, me lo había demostrado; aun que ese detalle, mejor me lo guardaría, no quería, preocuparlos.

—El punto no es ese, entonces,¿hacéis las paces?—Cambio de tema, cosa, que no paso desapercibida por mi persona.

—Pues no se hable más,  nos esperan en el parque, vamos—Dijo Bryn que se levantó y me ofreció su mano, para ayudarme a pararme.

Imite, su acción; agarre mis cosas rápidamente y en menos de dos minutos, ya habiamos salido por la puerta principal de mi casa. Para dirigirnos al parque de siempre, el parque Songpa-gu.

no[BLOO]Where stories live. Discover now