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Yeji todavía se encontraba shockeada por el beso que había compartido con la mayor, claramente era algo no planeado y todo el ambiente la dejó nerviosa además de temblorosa. Fue esa misma sensación la que no le permitió actuar en el momento que Lia comenzó a correr en la dirección opuesta, apenas en unos segundos su presencia en ese lugar no era más que un recuerdo.

Llena de cuestionamientos, Lia emprendió una carrera con destino desconocido para la menor que seguía clavada en su lugar. Vio su reloj y meditó si ir por ella o llamarla pero realmente no tenía ni la menor idea de su dirección y los intentos por llamarla fueron fallidos.

Ahí se encontraba ahora, en plena noche y luego de ser besada de la forma más intensa de los últimos meses pero sola y sin realmente comprender lo que había sucedido. Pensó en volver a casa, pero realmente no tenía ánimos de escuchar a Ryujin hablando mal de Lia ya que claramente le iba a terminar contando lo que había pasado. Decidió caminar, la noche era fresca pero con el movimiento logró mantener una buena temperatura corporal. Se sorprendió de la cantidad de personas que parecían caminar sin rumbo a esas horas de la noche, también se preguntó si Lia se vería como una de ellas mientras corría. Tocó sus labios y sonrió sin pensarlo, la imagen viva del beso se repitió en su cabeza y realmente le encantó, no podía negarlo. Creía que pese al desenlace de los hechos, el beso significaba que las pocas ilusiones que tenía podían ser fundadas, Lia sentía cosas por ella.

Subió las escaleras eternas, maldiciendo a su amiga por no vivir en un lugar con elevador. Tocó el timbre y después de una larga espera vio a Mina del otro lado de la puerta. —¡Yeji! Ven, pasa. —La mayor le tomó del brazo con algo de torpeza y la hizo entrar. El departamento que Mina y Nayeon compartían era lo más parecido al hogar de una pareja casada, ellas llevaban años juntas y habían hecho de ese lugar su espacio, Yeji siempre aspiró a algo así y veía con admiración y envidia la estable relación de sus amigas. —Ni idea por qué estás aquí, pero te lo agradezco porque no quería cenar sola. —Mientras se quitaba los zapatos, Yeji sintió el aroma de comida casera que seguramente había sido preparada por la fotógrafa. —Oh, yo ya cené. —Admitió la menor, acercándose al comedor donde la mesa estaba preparada para una solitaria cena. Decidió sentarse frente a ella y hacerle compañía a su amiga mientras comía. —¿Y Nayeon? —Agradeció el vaso de agua que le sirvió y finalmente ambas estaban sentadas compartiendo. —En la revista, hay mucho trabajo y ya sabes como es, no se va hasta que termine de hacerlo todo. —Yeji asintió, conocía bien la forma de ser de su amiga y con lo difícil que era encontrar un buen trabajo en esos momentos ella buscaba desempeñarse lo mejor posible para mantenerse en su puesto.

—Y entonces ¿a qué se debe la visita?— Mina ya se encontraba comiendo, pero estaba intrigada con la repentina llegada de su amiga en especial por el horario particular. Yeji jugaba con su vaso sin realmente beber el contenido. —Besé a alguien hoy. —Confesó, haciendo que los ojos de su amiga se abrieran en razón de la curiosidad.

—No sabía que salías con alguien. —Mina se tomó una pausa de su cena, prestando su completa atención a la chica frente a ella.

—No estamos saliendo, uhm. Es complicado realmente. —Yeji no estaba segura de si era o no complicado porque realmente hasta ahora no había mucho que comentar, nunca antes habían demostrado interés entre ellas sino hasta que sus labios estuvieron pegados.

—Pero explícame quién es ¿Acaso es la chica que invitaste a la salida del otro día? —Yeji asintió y Mina le respondió con una mirada de orgullo. —Es muy guapa. —Ambas rieron, su grupo de amigas no era de fijarse en lo visual pero tampoco se podía negar la belleza que irradiaba de Lia. —Pensé que tenía novio. —Mina volvió a su comida, esperando que ahora la conversación continuara por iniciativa de la menor.

Amor entre telas.  / YEJISUNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ