— ¿Que? — Niego. — No, estás equivocada, no nos besamos, solo tenia algo en mi ojo y él estaba ayudándome, si, eso era.. malinterpretaste la escena niña entrometida.

— Utilizas gafas Hatsumi, busca alguna otra excusa si no quieres admitir que lo besaste, ademas los vi como si hubiese estado ahí. Como sea, te gusta y le gustas, esta bien que él tomara la iniciativa por que tú no ibas a hacerlo, eres muy cobarde para hacer esas cosas.

— No sabes nada, solo eres una niña. — Suelto su brazo molesta. — Sigue en lo que estabas y luego estudia, no olvides que debes ir con la abuela a hacer las compras.

— Eres demasiado exigente Hatsumi, conmigo, contigo, con la abuela y hasta con Nala, por eso se escapa de ti. — Dice caminando hacía su habitación. — No estás disfrutando tu vida y tienes a alguien frente a tu nariz maravillado contigo, incluso con toda tu torpeza el está aceptándote.

Cierra la puerta justo cuando se supone que debería defenderme pero no tengo absolutamente nada para decirle, incluso yo se que soy exigente con ella y conmigo misma, con todo el mundo en realidad, pero lo hago porque quiero que todas ellas vivan bien, que Sujin tenga la vida que yo no tuve, se que apenas logro salir a beber con mis amigos para terminar muy borracha y lamentándome de todo, pero es mi forma de escapar de la realidad. Yo no debería de preocuparme tanto de sus cosas, porque solo soy su hermana y no su madre, yo no debería trabajar tanto para pagar todo sus estudios y sobre todo no debería haberla criado cuando apenas yo era una niña, no viví mi adolescencia, pero es la vida que me toco y sin mi hermana o mi abuela, estaría derrumbada.

— ¡Ella está aquí!

SuJin abre la puerta con Nala en sus brazos y me la entrega rápido para luego volver a encerrarse en su habitación con un leve portazo que me hace sobresaltar. Aturdida vuelvo a la sala de estar, con Nala ronroneando en mis brazos, me siento sobre el sofá y mientras intento darle su jarabe, mi abuela se sitúa a mi lado tocando mi brazo.

— ¿Que? — Suspiró casi al aborde del llanto.

— Ella tiene un poco de razón, ya no es una niña, por lo tanto se da cuenta de lo que sucede alrededor, está preocupada por ti, no estás viviendo Hatsumi, solo tienes que diviértete un poco, jamás haz fallado en años y apenas respiras, sal más con tus amigos y con ese muchacho guapo. — Nala me rasguña cuando me distraigo y se escapa. — Ahora ve a dormir un poco, tienes una expresión muy vacía, prepararé algo de comer y llevaré a SuJin a qué se compre nuevos zapatos.

— No gastes tu dinero abuela, sus zapatos aún sirven.  — Le digo siguiéndola hasta la cocina. — El siguiente mes tendré para comprar los nuevos, aún pueden aguantar.

— No te preocupes. — Acaricia mi espalda y quiero llorar, por qué Nala me ha rasguñado, se supone que por eso. — Ve a dormir, descansa.

Me empuja suavemente fuera de la sala y Nala escapa de mi cuando me ve, camino arrastrando las pantuflas hacia mi habitación y cierro la puerta apenas ingreso, la luz del sol interviene demostrando que realmente tengo un desorden que costará arreglar, así que solo me dejo caer sobre la cama después de quitarme los pantalones y me pongo los auriculares, cierro los ojos intentando conciliar el sueño, pero lo único que consigo es recordar el beso y a Johnny, junto a las constantes palabras de que no estoy viviendo la vida.

Estoy segura de que después de haberme visto escapar se arrepintió de lo que hizo, no me ha contactado ni siquiera por llamada y tampoco lo he visto saliendo de la propiedad de sus tíos, como si se hubiese esfumado de la faz de la tierra.

«...»

Despierto solo por que un horrible escalofrío me recorre el cuerpo descubierto, se esta oscureciendo y mi ventana está abierta por completo dejando entrar el frío aire, ni siquiera estoy cubierta con las cobijas. Me refriego los ojos antes de buscar mi celular entre el caos de las almohadas y está completamente apagado, me doy cuenta que aún llevo los auriculares puestos.

Me levanto y me tropiezo con mis libros, refunfuñando como el grinch comienzo a ordenar un poco mientras mi celular se carga, pero en realidad solo recoger lo del piso que me entorpece caminar y vivir ahí, de todas formas queda un poco más decente el caos. Termino de ordenar y salgo, toda la casa esta en silencio con las luces apagas, ingreso al baño y me lavo el rostro, me miro unos segundos al espejo, no veo bien porque no llevo mis gafas, pero no estoy tan mal, digo, si no fuera porque soy un caos la gente podría considerarme alguien atractiva, pero tampoco tengo autoestima, ese pensamiento solo dura unos segundos.
En la cocina me espera la deliciosa comida de mi abuela y saco platillos de las alacenas para sentarme a disfrutarla, apenas llevo mi primer bocado a mi boca el timbre suena.

¿Debería fingir que no hay nadie y solo comer?

Aún así me pongo de pie y abro la puerta, Johnny me sonríe ampliamente y rápido cierro la puerta, me apoyo contra está haciendo una mueca de vergüenza., se me aprieta el estómago de nervios y se me acelera el corazón.

— ¿Hatsumi, te encuentras bien?

—Uhm, si. — Lentamente vuelvo a abrir la puerta, solo dejándome ver un poco. — Lo siento, me tomaste por sorpresa y no estoy muy presentable, acabo de despertar, lo siento.

— Está bien.

¿Cuando deja de sonreír?

— ¿Puedo entrar? — Pregunta en voz baja inclinándose un poco hacia la puerta donde mi rostro solo se ve un poco.

— Si, yo iba a comer ahora. — Abro más la puerta y entra, el frío me golpea las piernas, recordando que solo llevo la playera y mi ropa interior — Yo... iré a abrigarme.

Intento correr hacia mi habitación mientras el está en la entrada quitándose los zapatos. Me apoyo contra la puerta de mi habitación cuando ingreso, inhalo y exhalo, para luego buscar los pantalones que antes usaba y ponérmelos. Me preparo para salir, para verlo y confrontar lo qué pasó.

— ¿Haz comido, Johnny? — El se gira hacia mi cuando le hablo y me sonríe otra vez.

— No, ¿vas a compartir tu comida conmigo? — La forma en que lo dice, me hace estar casi segura de que está coqueteando otra vez.

— Si, mi abuela ha hecho suficiente. — Camino a la cocina y me sigue. Torpemente busco platillos en la alacena para el.

— Yo, estuve llamándote por la tarde y no contestaste, creí que estaba molesta por...

Rápido me giro hacia el, para callarlo antes de que hable sobre el beso, pero ridículamente he dejado abierta una puerta de la alacena y me golpeó de frente contra esta. Me quejo y me cubro la frente, es suficiente vergüenza, ya no quiero que él vea más, pero solo me rio para hacerlo menos incómodo.

— ¿estás segura de que estás bien? — Se ríe también, toma mi mano y me lleva hasta la silla. — Toma asiento y descansa, quizás deberías calmarte un poco y no estar tan nerviosa. — Acaricia mi cabello, cómo se supone que me calme si hace eso. — No voy a comerte o algo así, así que relájate conmigo, no quiero sentir que te hago sentir incómoda, no voy a hacer nada que tú no quieras, Hatsumi

Después de que él mismo se sirve un platillo con la comida se sienta a mi lado, me mira unos segundos, porque llevo mucho rato mirándolo, desde que dijo que no haría nada que yo no quisiese, sonó demasiado lindo.
Tomo la iniciativa de comer primero, porque el contacto visual me está haciendo temblar, comemos en silencio y intento relajarme, hasta que Nala aparece y se interesa más en ella que en mi, agradezco mentalmente a la gata por qué puedo relajarme un poco más al no tener su mirada en mi.

❥ 𝗳𝗲𝗲𝗹𝗶𝗻𝗴 𝘁𝗵𝗲 𝗹𝗼𝘃𝗲  | | ➳ Johnny S.        Where stories live. Discover now