Capítulo 12. El bungalow.

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“En el bungalow no podrás quitarte mi cuerpo de encima Nanase, voy a ser tu perdición.”- Pensó orgulloso dejando de abrazarle, pero justo antes de separarse por completo le dio un beso en el cuello.

Durante todo el trayecto por la casa del terror el pobre Makoto no dejó de asustarse ni un solo segundo, pero por suerte, tenía a Rin a su lado y aunque fuera un poco eso le calmaba. Ellos tenían una relación envidiable, es cierto que ambos tenían defectos, pero se complementaban y se querían más que nadie. Eso les hacía fuertes, pero separados eran frágiles.

Los chicos caminaron hacia la playa, pensaban encontrarse con una casita de madera, pero en lugar de eso había en medio de la arena un bungalow enorme con muchas habitaciones.

“Esto debe ser ilegal.”- Dijo Rei con los ojos como platos, parecía un palacio comparado con lo que pensaban que se iban a encontrar.

“Vamos chicos.”-Exclamó Nagisa mientras corría por la arena de la playa.

El interior era precioso, decorado al estilo caribeño, todo estaba lleno de frutas y de colores alegres. La chica que estaba de encargada en el hotel estaba hablando por teléfono así que tuvieron que esperar un poco. Había una placa dorada encima de la mesa en la que ponía “María”, ese debía ser su nombre. Ella era morena, con los ojos castaños y tez blanca. Su cara era muy dulce, debía tener unos 22 aunque aparentaba algo menos.

“Goro-sama, es sobre las habitaciones que nos pediste, bien, hay un problema, solo están disponibles las que vienen con “cosas divertidas” ¿me entiendes?”- Ante la respuesta negativa de Sasabe la chica dio un suspiro.-“Bien, déjalo, supongo que no pasa nada, son chicos de instituto así que da igual. Bueno, hablamos luego que acaban de llegar. Adiós.”- María colgó el teléfono y se acercó a los chicos. “Bienvenidos, supongo que sois los amigos de Goro-sama, yo soy María, si me seguís os enseñaré las habitaciones y el jacuzzi.”

“JACUZZI”-Pensaron todos a la vez completamente incrédulos, les parecía imposible que fueran a disfrutar de todo eso gratis.

Cuando María les llevó al cuarto no podían creérselo era enorme. La habitación estaba dividida en dos por un lado cuando abrían la puerta principal daban al salón, en medio de este había colocada una mesa muy grande que a la hora de la cena estaría repleta de comida de todas las clases y sabores. Pegada a una de las paredes se encontraba una puerta que daba a los dormitorios.

“Bien, este es el salón y dentro de esa puerta daréis con las habitaciones, son dos para dos personas y dos individuales. La cena estará lista en un rato. El jacuzzi está al final del pasillo, podéis ir antes de cenar.”- Dijo sonriente.-“Si necesitáis algo bajar a buscarme en recepción.”

Al escuchar la palabra “jacuzziHaru no podía parar de pensar en el agua. Su cuerpo se movía solo y sin avisar a nadie se fue directo. Llevaba un par de días que no había podido nadar, esa misma tarde no pudo hacerlo porque tuvo que acompañar a Mayu todo el día.

El agua bañaba su cuerpo como abrazándolo,sin duda estaba en la gloria.- “Mayu…”-Dijo en voz baja recordando la bonita cara del pelirrojo, realmente se parecía mucho a Rin, pero era más alegre. El de los ojos azules se sumergió en su tan amada agua, sin poder dejar de pensar en todas las cosas que lo tenían tan confundido y entre ellas estaba Sousuke.

Al sacar la cabeza un mensaje llegó a su móvil, lo desbloqueó y vio que de nuevo era Mayu. Le había enviado un vídeo, cuando por fin pudo descargarlo el pelirrojo salió en la pantalla.

“¡Nanase! Llegando a mi casa me he dado cuenta de una cosa.”- Dijo mientras bajaba por las escaleras de su casa, todo estaba lleno de cajas de embalaje, por lo visto se acababa de mudar a la zona. Al salir por la puerta siguió hablando.-“Mi vecino.”- Mayu hizo una pausa y se colocó delante de una casa que al de los ojos azules le resultaba demasiado familiar.-“¡ERES TÚ!”- Exclamó sonriente mientras el vídeo acababa.

Aprendiendo a querer.  (SouHaru) Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu